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NOTA DE TANO


El cierre en Honduras fue rojinegro: hay esperanzas

Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Lunes 31 octubre, 2022


Giancarlo González volvió a anotar de cabeza y oxigenó al León
Giancarlo González volvió a anotar de cabeza y oxigenó al León


Las anotaciones 2 y 3 del Olimpia fueron golazos, curiosamente rematados desde una posición muy similar por Jorge Alvarez y Michael Chirinos, dos grandes figuras del mediocampo de los albos.

Goles espectaculares por la belleza de la ejecución, pero si se analizan fríamente, fueron permitidos por una retaguardia manuda que ofreció demasiadas facilidades y no apretó la marca.

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Tanto Alvarez como Chirinos, dispusieron de espacio suficiente, incluso para medir el ángulo de sus remates. Los volantes de la Liga, regalaron el espacio y el par de habilidosos volantes locales, alzaron la vista, vieron el cielo despejado y lanzaron los morteros “no a lo loco”, sino en la dirección exacta.

El 1-0, también lo gestó Chirinos, gracias a que Alexis Gamboa le regaló los metros necesarios para que centrara y José Pinto crucificara cara a cara a Leonel Moreira.

En ofensiva, el Olimpia de Pedro Troglio venía seco de varios juegos atrás y se soltó con este triplete ante el León erizo. Desde luego que el miércoles en La Catedral, la nómina de Fabián Coito no debería hacer tantas concesiones ni dar tan bellos regalos cuando falta mucho para Navidad.

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Insisto en que el tridente de mediocampistas manudos formado por Celso Borges, José Miguel Cubero y Alex López, que lució tan seguro en el juego en que la Liga derrotó de visita 3-0 a Real España, esta vez no colaboró lo suficiente para ayudar a Ian Smith a cerrar espacios y en ese sector, Olimpia gestó sus goles 2 y 3.

Alajuelense tuvo varias virtudes: la mejor, no derrumbarse ante tanta adversidad, porque ese 3-1 en el minuto 68 desconsuela a cualquiera.

Pocos minutos antes del tercer gol catracho, Aaron Suárez sustituyó a Yael López, el jugador que suplió al lesionado Carlos Mora y luego del 3-1, entraron Bryan Ruiz y Doryan Rodríguez, con la doble misión de “robarle” el balón al rival para que no hiciera más estragos (otro gol local liquida la serie), pero también había que construir más fútbol ofensivo, y la doble tarea tuvo éxito.

Alajuelense le puso vida a la serie con el descuento del Pipo González, pero lo mejor fue observar que en ese corto cierre de siete minutos, por centímetros y en dos o tres acciones, la Liga perfectamente pudo empatar el juego.

Todo lo bueno que presentó el Alajuelense con los ingresos de Suárez, Ruiz y Rodríguez, hay que reeditarlo en el partido completo de vuelta y así darle vuelta a la tortilla.

gpandolfo@larepublica.net







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