El control político se está perdiendo
Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 15 septiembre, 2021
Algunos lo encuentran chistoso; la idea de tener 23 (más o menos) candidatos a la presidencia para las elecciones del 6 de febrero les incita risa. Algunos otros lo ven con ojos positivos, creyendo que es síntoma de una democracia robusta el hecho que tantos puedan aspirar a ocupar las oficinas en Zapote. Pero la verdad es que tanta fragmentación es señal de un sistema democrático al borde del colapso; es cuestión de tiempo antes que aparezca un líder carismático que tome el control y establece un sistema autocrático. Deberían los costarricenses entender que esta situación es un preludio a un cambio fuerte en el sistema que tanto progreso a traído a su país.
En el libro “El Pasillo Estrecho” los autores Daron Acemoglu y James Robinson describen el balance que es tan difícil de establecer entre la “libertad” por un lado y la tiranía en el otro. Si hay libertad sin límites rápidamente un grupo logra “su libertad” pero a costo de los demás; entra el estado que regula comportamientos y asegura que por lo menos hay “igualdad de oportunidad.” Pero si el gobierno y la burocracia se hacen muy fuertes de repente hay primero caos e incumplimiento sazonado con corrupción (ver el estado costarricense actual) y luego dominio del tipo descrito famosamente por el autor George Orwell en su libro 1984.
Tiene que haber un balance y esto se obtiene con el “control político". Con un partido político fuerte en el poder se limita la capacidad del estado de infringir en las libertades disfrutadas por todos los ciudadanos.
El problema con la gran mayoría de los aspirantes a la presidencia para las elecciones de 2022 es que no tienen un partido político formado por expertos, ejecutivos, técnicos que sepan como operar el aparato muy complejo que es ahora el gobierno con sus 320 instituciones. Ni planes ni ideología poseen. Estas figuras, cuando se les preguntan, dicen que van a organizar un “gobierno de unidad nacional.” El Partido Acción Ciudadana PAC, liderado por Carlos Alvarado, ofreció exactamente ese tipo de administración y es evidente que no funcionó. No hubo disciplina, ni un hilo conductor para llevar el gobierno a alguna meta. Y el PAC si tenía cuatro años de experiencia y algunas cuadrillas.
Imaginar gobernando algunas de otras de las organizaciones que no tienen mucho más que el candidato, un par de amigos, y un sello de hule con el logo del partido es difícil. Llegar alguno al poder implica improvisación como hemos tenido por los últimos ocho años – un país a la deriva con una economía debilitada. Ostenta las peores perspectivas en la América Latina para recuperar después de la pandemia.
Los legisladores tienen que intervenir y exigir al Tribunal Supremo de Elecciones regular mejor lo que son los requisitos para aspirar a una presidencia. El reglamento actual promesa caos en el futuro seguido por un autócrata carismático como se notan en otras de las naciones regionales
Para preservar la libertad tiene que haber control político al gobierno.
cdenton@cidgallup.com