El encuentro entre dos jóvenes brillantes
Alberto Salom Echeverría albertolsalom@gmail.com | Viernes 01 noviembre, 2024
Alberto Salom Echeverría
albertolsalom@gmail.com
(Capítulo 15 del relato “Los estudiantes y el aspirante a dictador”)
Leopoldo y Leonel se destacan por su inteligencia y una enorme fuerza espiritual. En Leopoldo, esta fuerza brota de una gran transparencia, de un magnetismo único de este joven singular; al mismo tiempo surge de un compromiso con sus ideales como ningún otro y de un altruismo y entrega a los demás bien probado en lo que lleva de su existencia. Con algunas tonalidades diferentes en Leonel, la fuerza de su espiritualidad bulle de su capacidad para sobrepasar las limitaciones que impone la clase social alta a la que pertenece, logrando así otear un horizonte más amplio que el común de sus congéneres de la misma clase social. Leonel sobresale también, porque es poseedor de un razonamiento prístino. Además, se fortalece a cada paso, por su destreza para establecer relaciones sociales diáfanas, casi con cualquier persona del espectro social; es por lo consiguiente maleable o dúctil, asimismo siempre luce prudente, pero nunca se deja intimidar, sobresale por ende por su rectitud y franqueza en el diálogo.
Leonel, estando en sus recientes vacaciones en los Estados Unidos, se enteró del percance sufrido por Polo e Ismael, que lo llevó a sentirse profundamente conmocionado. A causa de ello, experimentó la urgencia de tomar contacto inmediato con el nuevo dirigente de los estudiantes, en cuanto llegara a Costa Rica. Se propuso indagar e imbuirse hasta en los mínimos detalles de la lucha de Leopoldo y su grupo, así como de las dificultades que estaban experimentando. Quería establecer algunos acuerdos entre ellos, en virtud de los cuales sellar una alianza sólida entre el grupo al que pertenecía y el de Leopoldo. En virtud de este anhelo, estaba dispuesto a sortear las diferencias políticas que pudieran existir entre los grupos, según lo presuponía Leonel. Este joven economista sentía, por encima de todo, que había un espacio amplio para sellar un pacto, comenzando por sostener una conversación con Leopoldo, de quien ya conocía su frondosa hoja de vida.
Leonel puso manos a la obra, empezando por contactar a Ismael que era estudiante de la UNA como él. Con cierta facilidad, logró obtener el número del celular de Ismael, que se lo dieron en la escuela de matemática. Al llamarlo, una voz ronca le respondió con afabilidad: -Buenas tardes, habla Ismael, en qué puedo servirle.
-Buenas tardes respondió Leonel, pasando a identificarse enseguida. Soy Leonel Bajamonte, estudiante de economía política de la UNA.
-Sé perfectamente quién es usted -le dijo Ismael. Nos conocimos hace unos meses en una mesa redonda en la que usted era uno de los ponentes, frente al economista Corrales y al ministro de Hacienda Acosta. Me gustó mucho su exposición, tanto por la claridad de sus ideas, como por los datos que ofreció, actualizados y muy comprensibles para el auditorio. Además, usted destacó por una enorme destreza para rebatir a sus adversarios.
-Ah, de manera que usted estuvo ahí. ¡Qué dicha que le gustó mi participación! -contestó con entusiasmo Leonel. - Estudié mucho para ese debate y la verdad le digo, aparte de que fui muy felicitado por mis compañeros y profesores, realmente me sentí bien desarrollando mis argumentaciones. Leonel -agregó a continuación- lo llamo porque estando en los EE. UU, fui informado de lo que le había sucedido a usted y a Leopoldo, al ser asaltados por una “turbita” de malhechores y malandrines, cuando ustedes se disponían a regresar a vuestras casas en Barrio Cuba. Quiero brindarles mi solidaridad, con toda sinceridad se lo digo, y deseo conversar con usted y con Leopoldo lo antes posible, porque albergo la esperanza de que podamos llegar a algunos acuerdos en torno a la lucha social y política que debemos dar en este país. El actual gobierno parece empeñado en acabar con la de por sí maltratada democracia que poseemos. Ignoro el estado de salud en que ustedes se encuentran, pero ante cualquier dificultad para movilizarse, estoy dispuesto a acudir al lugar que se me indique, con tal de sostener esa conversación con ustedes.
-No se preocupe Leonel, eso lo resolvemos; más bien agradezco mucho su iniciativa y le aseguro que es de interés para nosotros. Le volveré a llamar a este mismo número suyo, en cuanto haya hablado con Polo, para sugerirle un lugar y hora convenientes. Me ha dado mucho gusto su llamada.
- De acuerdo Ismael, gracias, en eso quedamos, estaré atento a su “timbrazo”.
Al día siguiente quedaron de encontrarse Polo, Natalia e Ismael, en la casa de este último, a las 6:00 pm para tomarse un café y afinar detalles del encuentro con Leonel, que a Polo y Natalia les pareció muy interesante. Conversaron largamente sobre todos los detalles de la reunión que habrían de sostener. Natalia se mostró muy interesada, ya que, dadas las dificultades de Ismael y Polo, ella se había convertido en la líder indiscutible del grupo que, después de los espectaculares recibimientos de los dos jóvenes en la UCR y la UNA, la organización había crecido vigorosamente. Natalia estaba demostrando una gran capacidad de organización y se movía con enorme sagacidad y agilidad entre los jóvenes, distribuyendo tareas de modo que todas las personas integrantes se sintieran tomadas en cuenta. Había logrado, asimismo, casi equiparar el mismo número de mujeres que de varones, y ese equilibrio le proporcionó una gran armonía a la estructura.
Con semejante entusiasmo, les propuso a Polo e Ismael, que la reunión con Leonel se celebrase en la quinta de sus padres, donde ella y Leopoldo habían sellado la sólida relación amorosa que, desde aquellos días forjaron, luciendo un binomio irrompible. Desde luego, la iniciativa de Natalia fue bienvenida y comisionaron de inmediato a Ismael para volver a tomar contacto con Leonel Bajamonte, con el objeto de afinar todos los detalles.
Cuatro días después, Natalia organizó toda la logística, afinando una cantidad de detalles que asombró a los mismos Leopoldo e Ismael, y por supuesto impresionó a Leonel, quien se presentó en compañía de dos mujeres estudiantes de la UNA, de la misma carrera de economía, que igualmente habían quedado como azoradas.
Hasta una guardia de estudiantes se encontraba bien dispuesta, cumpliendo la función de vigilantes, para reaccionar ante cualquier acechanza de los sicarios. Leopoldo que era muy observador, logró inclusive divisar a un par de los vigilantes debidamente armados, por más que habían sido dispuestos, de modo que ningún vecino, ni menos alguno de los concurrentes pudiera entrever este detalle. Polo volvió a ver expectante a Natalia, quien a su vez lo miraba con una sonrisa maliciosa; sus miradas se cruzaron como si cada uno quisiera descifrar el pensamiento del otro. Polo, por fin sonrió y meneó la cabeza de derecha a izquierda en señal de aprobación del ingenio y la malicia de las que estaba dando muestras su amada.
La sesión de trabajo principió como a eso de las 10:00 am. Los participantes se sentaron alrededor de la mesa debidamente arreglada, un mantel decorado de flores amarillas y rojas con su juego de servilletas, vasos con un pichel de agua y copas por si alguno de los miembros de los grupos apetecía en un momento apropiado una copa de vino. Eran seis contertulios en total: dos mujeres y un hombre por el grupo de Leonel y dos hombres y una mujer por el grupo de Leopoldo.
Leopoldo hizo una pequeña introducción, muy apropiada, de no más de cinco minutos hablando sobre la significancia de este encuentro y de inmediato le cedió la palabra a Leonel.
-Muchas gracias, Leopoldo y compañeros por haber aceptado mi propuesta de conversar con nosotros. Quedo admirado de la forma como nos han recibido; veo que todo ha sido dispuesto de la manera más atenta y gentil, prestando atención hasta en lo más minucioso. -Volvió a ver discretamente a Natalia, hizo una pausa y bajando la cabeza, en señal de saludo, para que fuera notorio, le agradeció particularmente a ella toda su preocupación. – Dijo primero, nada quisiera yo más que poder unirnos y seguir un camino común, como dos paralelas que saben guardar una equidistancia entre sí, sin que ninguna de ellas se extravíe del horizonte común. Esa equidistancia pueden ser las diferencias que existan entre nosotros, o, las que, en el futuro, puedan sobrevenir; pero -enfatizó- no por ello ninguna de las paralelas deberá perder el norte hacia el que se dirigen.
-Después de hacer una pausa, Leonel continuó disertando, haciendo gala de una elocuencia poco común. – Costa Rica ha sido por mucho tiempo un país singular en muchos sentidos, en especial después de 1949, es decir con la Segunda República que, como todos sabemos presidió don José Figueres Ferrer. No voy a omitir mencionar la importancia que han tenido en la historia reciente de nuestro país, las garantías sociales, el código del trabajo, la Caja Costarricense del Seguro Social, la Universidad de Costa Rica y otras conquistas de la década de los años cuarenta bajo el liderazgo del Dr. Calderón Guardia.
-Continuó diciendo Leonel- en nuestra opinión fue notable la gestión de la socialdemocracia durante la segunda mitad del siglo XX, ora impulsando la ampliación de las garantías sociales, por ejemplo, cuando desarrollaron la universalización de los seguros sociales, o bien, cuando emprendieron la ruta para conformar un “Estado de Bienestar”; ora defendiendo desde la oposición las conquistas alcanzadas. Estos líderes fueron los grandes edificadores de un estado social de derecho, consolidando y respetando la división de poderes, creando el Tribunal Supremo de Elecciones independiente del poder ejecutivo, o dándole solidez e independencia a la Contraloría General de la República, por ejemplo. Además, dieron forma a instituciones como el ICE, los bancos nacionales, el Instituto Nacional de Seguros, el Consejo Nacional de la Producción, el Instituto Nacional de Aprendizaje, Acueductos y Alcantarillados -aunque su creación fue aprobada en la administración de Mario Echandi, 1958-1962-, el Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo, el Instituto Costarricense de Turismo, el Instituto de Desarrollo Agrario. No puedo dejar de mencionar el fortalecimiento de los gobiernos locales, toda la legislación concerniente con las cooperativas, especialmente en las administraciones de Liberación Nacional, las empresas públicas estatales; todo ello para mencionar las más emblemáticas.
Hoy, tenemos un importante retroceso, por el proceso de desmantelamiento del Estado Social, y el debilitamiento de la institucionalidad autónoma y semi autónoma, el proceso desregulatorio de la economía. Debo aceptar que mucho de esto comenzó en los mismos gobiernos de Liberación Nacional desde la década de los ochenta, pero nada ha contribuido tanto a entronizar el neoliberalismo en el país, como este gobierno autoritario de Rodrigo Chaves. Lo dejo aquí -añadió Leonel- para abrir el espacio a la participación de ustedes. Gracias por la atención que me han prestado.
-Leopoldo Mora tomó entonces la palabra. Se observaba muy dueño de sí mismo. ¡Qué gran dicha que estamos conversando y debemos continuar haciéndolo! Primero que todo, nuestro grupo en lo poco que llevamos andado, convergemos con lo que acaba usted de decir, vinculado con la fortaleza de la institucionalidad democrática costarricense. -Polo, como se ve, decidió no tutear a Leonel desde el principio- Igualmente creemos que es justo reconocerle a Figueres y al Partido Liberación Nacional, cuando menos hasta mediados de los ochenta de la pasada centuria, haber sido quienes vehiculizaron principalmente, el desarrollo del Estado Social de Derecho. Dicho lo cual, nos separamos de lo planteado por usted, en cuanto a la importancia que tuvo la participación de diferentes sectores populares, sindicales, cooperativistas, estudiantiles y académicos e intelectuales, en una buena parte de las conquistas democráticas. Lo subrayo, porque usted Leopoldo, ni siquiera lo mencionó en su interesante presentación. Figueres y el PLN no hubieran podido lograr tanto, de no haber sido por la participación de esas fuerzas, en particular de las capas medias de la población organizadas, como los maestros y profesores, que, constituyen un ejemplo conspicuo de lo que argumento. Otra cuestión tiene que ver con la relevante participación de la Iglesia Católica, en la figura de Monseñor Sanabria Martínez en los hechos revolucionarios de la década de los cuarenta; y, más todavía del líder popular Manuel Mora Valverde y el Partido Comunista, por entonces denominado Vanguardia Popular. La oligarquía costarricense siempre ha querido desmerecer la robusta presencia de Manuel Mora en todos estos hechos. No obstante que, fue líder inspirador de muchas de estas conquistas sociales.
Por otra parte -continuó Leopoldo- Nuestro grupo no concuerda con que el PLN haya sido predominantemente socialdemócrata. Estamos de acuerdo en que hay sectores de esa orientación, pero, son claramente minoritarios. El PLN ha sido, sobre todo, un partido estatista, influido por el “Keynesianismo”. Por ello, nunca le concedió tanta importancia a organizar las capas medias o, los sectores populares de trabajadores y campesinos. Lo que digo, nos resulta muy importante, justamente porque de no haber sido así, habría resultado mucho más difícil que ese partido se deslizara casi imperceptiblemente hacia la derecha, como ocurrió, abrazando las políticas de la desregulación del Estado, y colindando con el neoliberalismo, sobre todo a partir del primer gobierno de Oscar Arias. Además, dicha orientación se vio disimulada, todavía más, por la importante política de paz, seguida por la administración Arias, en una Centroamérica incendiada, por la clara inclinación del gobierno de Ronald Reagan a intervenir militarmente en Nicaragua y de cara a la insurgencia en El Salvador.
Con Arias quedó el portillo abierto, para los devaneos derechistas durante la administración de José María Figueres y, ni qué decir después, en la segunda administración del mismo Arias, con el impulso al TLC con los Estados Unidos, tomando ya una orientación francamente neoliberal. Después, con un poco más de disimulo, la administración de Laura Chinchilla siguió por la ruta trazada, dejando a los sectores minoritarios de la socialdemocracia, de capa caída.
Luego -dijo Leopoldo- se produjo la corrupción rampante que sobrevino en las cúpulas tecno empresariales y sectores burocráticos, sobre todo de la cúpula de la administración pública. Esta corrupción, que ha carcomido al Estado, se entronizó en varios partidos políticos, como el Partido Liberación Nacional y la Unidad Socialcristiana.
Quizás algo muy relevante para nosotros Leonel y compañeras, es que usted no mencionó en ningún momento, la importancia de la lucha contra el cambio climático y el calentamiento global. Esto para nuestro grupo es clave, me ha llamado la atención la omisión.
Leonel no quiso contraargumentar constatando que Leopoldo acababa de hacer una exposición muy seria, que ameritaba mínimamente meditarla entre ellos y quizás preparar un documento borrador, base para un acuerdo. Así lo hizo saber a los contertulios y la reunión se clausuró, al menos en la parte formal.
Al final, se quedaron conversando informalmente de otros temas y compartiendo un vino.
(Final de la primera parte del relato “Los estudiantes y el aspirante a dictador).
Retomo mis ensayos de análisis sociopolítico e histórico. Daré un compás de espera de varias semanas para retomar estos relatos novelados. Gracias.
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