El frente de Ucrania que podría "colapsar" pronto con la aceleración de la ofensiva rusa mientras EE.UU. intenta frenar los avances de Moscú
Matt Murphy, Paul Brown, Olga Robinson, Thomas Spencer y Alex Murray - BBC Verify | Miércoles 20 noviembre, 2024
La decisión del presidente Joe Biden de suministrar minas antipersonas a Ucrania, sumada a la autorización que le otorgó a Kyiv de usar los misiles de largo alcance estadounidenses en territorio ruso, sucede mientras Rusia está acelerando sus avances en el frente.
Datos del Instituto para el Estudio de Guerra (ISW, por sus siglas en inglés) muestran que Rusia ha ganado casi seis veces más territorio ucraniano en 2024 que en 2023, y está avanzando hacia ejes logísticos clave en la región oriental del Donbás.
Entretanto, la incursión sorpresiva de Ucrania en la región rusa de Kursk está flaqueando. Las tropas rusas han hecho retroceder la ofensiva de Kyiv. Los expertos cuestionan ahora el éxito de esa ofensiva, con uno de ellos catalogándola como una “catástrofe estratégica” dada la escasez de personal militar que enfrenta Ucrania.
Estos acontecimientos suceden en un momento de creciente incertidumbre con la inminente llegada al poder de Donald Trump. El presidente electo de EE.UU. ha afirmado que pondrá un fin a la guerra cuando inicie su gobierno en enero, lo que despierta temores de que corte la asistencia militar de su país a Ucrania.
La medidas de Biden en el final de su mandato
La decisión de Biden de permitir el uso de misiles de largo alcance para atacar dentro del territorio de Rusia se interpreta como un intento de frenar los avances de Moscú y reforzar la posición de Ucrania antes de que Trump regrese a la Casa Blanca el 20 de enero.
Además, se acaba de saber que EE.UU. dotará a Kyiv de minas antipersonas diseñadas para detonar cuando una persona se acerca a ellas.
Según un funcionario del gobierno estadounidense, que solicitó mantener el anonimato, Ucrania prometió usar las minas que permanecen activas durante un período limitado, conocidas como “no persistentes”.
Eso significa que se inactivan después de un período predeterminado, entre cuatro horas a dos semanas.
Las minas operan con un fusible eléctrico que requiere de la energía de una batería para detonar. Una vez la batería se agota, ya no detonan.
La pregunta es cuánto ayudarán a revertir las posiciones ganadas por Rusia.
Los avances de Rusia en el este de Ucrania
En los primeros meses de la guerra, la línea del frente se movió rápidamente, con las fuerzas de Rusia ganando terreno apresuradamente antes de ser repelidas por una contraofensiva ucraniana. Pero en 2023 ninguna de las partes había hecho avances importantes y el conflicto quedó en gran parte estancado.
Pero los nuevos datos del ISW señalan que 2024 fue más favorable para Rusia en el campo de batalla. El ISW basa su análisis en videos en redes sociales y reportajes sobre movimientos de tropas confirmados.
Esa información muestra que las fuerzas de Moscú han tomado unos 2.700 km2 de territorio ucraniano en lo que va del año, comparado a apenas 465 km2 en todo 2023, casi seis veces más..
La doctora Marina Miron, investigadora de Defensa del Kings College de Londres, indicó a la BBC que existía la posibilidad de que el frente oriental de Ucrania “colapsara” si Rusia continuaba sus avances al ritmo actual.
Más de 1.000 km2 han sido tomados entre el 1 de septiembre y el 3 de noviembre, sugiriendo que la ofensiva se aceleró en meses recientes. Dos áreas que han recibido el golpe de estos avances son Kúpiansk, en la región de Járkiv, y Kurájove, un trampolín al eje logístico clave de Pókrovsk, en la región de Donetsk.
Kúpiansk y las áreas al este del río Oskil fueron liberadas durante la ofensiva de Járkiv de 2022, pero Rusia ha retomado progresivamente esta última área. En un reporte de inteligencia reciente, el Ministerio de Defensa de Reino Unido expresó que las fuerzas rusas intentaban penetrar en la periferia noreste de la ciudad.
Imágenes publicadas el 13 de noviembre y verificadas por la BBC coinciden con este análisis. El video muestra un convoy blindado de Rusia siendo repelido después de haber avanzado 4km por el puente clave en Kúpiansk, la última carretera principal que atraviesa la zona.
Mientras estos informes no se traducen necesariamente en el control del área, son indicativos de lo sobrecargada que está la línea defensiva de Ucrania.
En otras partes, desde que retomaron en octubre la ciudad de Vugledar, una posición elevada que yace sobre las rutas clave de abastecimiento y por la que Moscú luchó dos años, Rusia ha volcado sus recursos en Kurájove.
Las fuerzas ucranianas que defienden la ciudad han repelido hasta ahora los ataques en el sur y el este. Pero el frente se mueve cada vez más cerca, con Rusia amenazando con rodear a los defensores por el norte y el occidente.
El coronel Yevgeny Sasyko, exjefe de comunicaciones estratégicas del estado mayor, dijo que Rusia coloca “mandíbulas poderosas” alrededor de los flancos de una ciudad que lentamente “muelen” las defensas hasta que colapsan.
Imágenes de la ciudad verificadas por la BBC muestran una destrucción enorme, con edificios residenciales severamente dañados.
El ISW concluye que Moscú se ha apoderado ahora de 110.649 km2 de territorio en Ucrania. En comparación, las fuerzas ucranianas se hicieron a poco más de 1.171 km2 durante el primer mes de su incursión en Kursk, aunque las fuerzas rusas ya han retomado casi la mitad de ese territorio.
A pesar de las ganancias territoriales, el avance de Rusia ha tenido a un costo enorme.
Un análisis realizado por el Servicio Ruso de la BBC confirmó que por lo menos 78.329 soldados han muerto desde que Rusia lanzó su invasión a gran escala en febrero de 2022, registrándose más de 1,5 más bajas para Moscú entre septiembre y noviembre de este año que en el mismo período en 2023.
Las pérdidas están agravadas por la táctica preferida de los comandantes rusos conocida como “trituradora de carne”, que describe las oleadas de soldados enviadas contra posiciones ucranianas para abrumar a las tropas.
A pesar de los avances rusos, algunos expertos han indicado que la movimiento actual de la ofensiva sigue siendo lento. David Handelman, una analista militar, sugirió que las tropas ucranianas en el este estaban retirándose lentamente para conservar tropas y recursos, en lugar de sufrir un colapso más amplio.
La jugada arriesgada en Kursk
Ucrania lanzó una incursión sorpresiva en la región rusa de Kursk en agosto. No está claro por qué Rusia se demoró tanto en responder a la operación en la que las tropas de Kyiv rápidamente tomaron control de varias comunidades fronterizas.
La doctora Miron considera que aunque el Kremlin podría estar pagando un costo político interno mientras durara la incursión, el estado mayor ruso estaba interesado en mantener a las fuerzas ucranianas ocupadas en Kursk a medida que sus fuerzas lograban más avances en otros frentes.
Pero ahora Moscú está claramente decidido a reconquistar el territorio perdido en su propio suelo. Unas 50.000 tropas han sido desplegadas en la región.
Videos verificados de la región de Kursk muestran fuertes combates en el lugar, y que Rusia está sufriendo bajas considerables en términos de personal y equipos. Pero los datos muestran claramente que el control que tiene Ucrania sobre la región está reduciéndose.
Desde el comienzo de octubre, los contraataques rusos han retomado unos 593 km2 de territorio en la región fronteriza, según datos del ISW.
Al inicio, la incursión en Kursk sirvió para mantener la moral de Ucrania durante un período de serios reveses, y la audacia de la operación fue un aviso de su capacidad de sorprender y castigar a su enemigo.
Pero la doctora Miron opina que mientras la incursión en Kursk fue un momento de “genialidad táctica”, también resultó ser una “catástrofe estratégica” para Ucrania.
“La idea fue tal vez ganar un poco de palanca política para una potencial negociación, aunque militarmente querían sacar las fuerzas rusas del Donbás para que fueran a liberar a Kursk. Y lo que estamos viendo en cambio es que las unidades ucranianas están maniatadas allá".
Se sabe que algunas de las unidades más experimentadas y efectivas de Kyiv están combatiendo en Kursk. Unidades mecanizadas equipadas con blindaje de punta suministrado por Occidente también participan en la ofensiva.
Los líderes ucranianos habían indicado su esperanza que la incursión podría forzar a Moscú a redireccionar algunas de sus fuerzas en el este de Ucrania, frenando el avance ruso allí. En cambio, los expertos consideran que la mayoría de los refuerzos fueron trasladados a Kursk de regiones de Ucrania donde los combates no eran tan intensos.
“Según soldados ucranianos en diferentes lugares del frente, las tropas rusas de refuerzo en Kursk fueron principalmente sacadas de Jersón y Zaporiyia”, afirmó a la BBC Yurri Clavilier, un analista territorial del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos.
“Los combates allí no son tan intensos como en el este. Algunas unidades rusas atacando Járkiv también fueron desviadas a Kursk mientras Ucrania lograba frenar la arremetida rusa allí”, añadió.
La importancia del territorio para ambas partes es el fortalecimiento que les ofrece a su posición en el caso de una potencial negociación. Aunque las negociaciones de paz no han llegado, el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, ha afirmado que podría ponerle fin a la guerra en 24 horas, sin aclarar exactamente cómo.
Todavía persiste el temor de que Trump pueda cortar la asistencia militar de su país para forzar a Kyiv a la mesa de negociación. El presidente Volodymyr Zelenski expresó al noticiero Fox News de EE.UU. el martes que cree que perderán la guerra si se aprueban los recortes.
“Tenemos nuestra propia producción, pero no es suficiente para prevalecer y creo que no será suficiente para sobrevivir”, dijo.
El martes, Ucrania lanzó misiles de largo alcance suministrados por EE.UU. contra territorio en Rusia por primera vez, un día después de que Washington diera la autorización. Se cree que esa decisión fue tomada en parte para ayudar a Ucrania a mantener el control de una zona de la región de Kursk, que le podría servir como moneda útil en una negociación futura.
La doctora Miron le dijo a la BBC que el avance de Rusia la había dotado de una posición más fuerte para negociar a medida que el nuevo equipo de Relaciones Exteriores de Trump se prepara para asumir funciones.
“Lo que tienen bajo su control ahora mismo, les da una cierta ventaja”, comentó la experta. “Si llega a haber negociaciones, estoy segura que, tal como ha estado manifestando el lado ruso, la harán 'en base a la configuración del campo de batalla’”.
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