El INA y su rol estratégico en la formación de talento
Eric Scharf est@sferalegal.com | Lunes 29 julio, 2019
La desconexión que existe actualmente entre las carreras técnicas y universitarias impartidas en el país, versus la demanda del mercado laboral de las empresas multinacionales, representa un riesgo para un gran porcentaje de jóvenes que buscan una oportunidad de forjar para ellos y sus familias un futuro mejor.
Mientras el país invierte recursos públicos en promover capacitación técnica en áreas como manicura, manualidades, lombricultura, pintura o producción de hortalizas, las empresas multinacionales que operan en el país buscan técnicos en áreas como: ensamblaje de dispositivos médicos, inglés o informática. Es indispensable que nuestros modelos educativo y económico estén coordinados, para no simplemente educar, sino para procurar educación para la empleabilidad.
El avance de Costa Rica en la formación de talento humano, que esté alineado a las demandas del mercado, depende en gran parte del trabajo conjunto que puedan realizar la academia, pública y privada, con la empresa privada.
Si ambas están en la misma página, se podrán generar oportunidades de desarrollo para la población que se conviertan en beneficios para el país entero.
Esto es especialmente importante en momentos que se requieren acciones concretas para impulsar la necesaria reactivación de nuestra economía. Un ejemplo de estas alianzas es la del INA y las zonas francas.
Desde 1965, esta institución ha venido a cumplir un rol complementario al sistema educativo tradicional de gran valor. El INA ayuda al desarrollo de habilidades personales a aquellos que, por alguna razón, han tenido que abandonar el sistema educativo formal o este ha sido insuficiente.
Preservar y mejorar el futuro del INA y su función social depende del éxito de la reforma que lleve esta institución a ser una fuerza impulsadora del progreso económico del país y su población, a través de la enseñanza de técnicos modernos y enfocados en la empleabilidad.
Las zonas francas son hoy uno de los más importantes motores generadores de empleo del país. Más de 160 mil empleos son generados por este régimen. En estas, el empleo es estable, responsable y bien remunerado, casi el doble que el promedio del sector privado. El año anterior, 31% del empleo en el país fue generado por empresas multinacionales atraídas por CINDE al país y, en total, un 57% de los puestos que ofrecen son desempeñados por mujeres.
El reto, por lo tanto, es poder seguir generando las condiciones para que las empresas extranjeras mantengan y aumenten esa apuesta. Contamos con la presencia de más de 305 empresas multinacionales operando bajo el régimen, las cuales necesitan colaboradores con conocimientos técnicos y habilidades blandas que se ajusten a los procesos realizados en el país.
Es necesario que el sistema educativo, tanto en secundaria como universitario, no se quede atrás y actualice sus mallas curriculares para generar estas habilidades. Es de especial importancia el INA, institución que ha aportado en capacitaciones para aumentarle a personas en condiciones vulnerables las posibilidades de conseguir empleo en empresas de zona francas. Esta alianza debe continuar y se debe potenciar, alineando la capacidad formadora de esa institución con las demandas del mercado.
Tanto el INA como las zonas francas se benefician mutuamente. Las zonas francas aportan a esta institución un 11% de su presupuesto, y esta, a la vez, ayuda a seguir generando un valor diferenciador que haga atractivo al talento humano del país.
Si Costa Rica apuesta al desarrollo por medio de la economía del conocimiento, debemos asegurarnos que alianzas como estás se den en mayor medida y bajo una misma dirección.
Por Eric Scharf
Presidente de la Junta Directiva de CINDE