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Lunes, 25 de noviembre de 2024



NOTA DE TANO


El juego sucio no es ilegal: es sucio

Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Lunes 03 julio, 2023


¿Qué hará don Osael para no caer en estas prácticas antiéticas, donde se engendran y reproducen la mayoría de tumores que van matando al fútbol nacional?
¿Qué hará don Osael para no caer en estas prácticas antiéticas, donde se engendran y reproducen la mayoría de tumores que van matando al fútbol nacional?


Un paso trascendental para revolucionar el progreso del fútbol nacional, es que la Federación de Fútbol esté integrada por personas ajenas a los clubes.

Cómo esta ilusión no es realista en nuestro entorno futbolístico repleto de intereses económicos, la información de qué en la próxima Asamblea de Clubes, los doce equipos de la primera división se pusieron de acuerdo para respaldar a un candidato único es buena noticia.

El elegido como candidato a suceder a Rodolfo Villalobos es el señor Osael Maroto, empresario ligado al equipo Sporting.

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Con esta decisión, que no le asegura a Maroto la presidencia de la Casa de los Sustos, pues se necesitan más votos para sumar mayoría, por lo menos se ofrecerá menos espacio, para que en la próxima Asamblea se presente como el gran protagonista de siempre: el “juego sucio”.

El juego sucio no es ilegal; como su nombre lo indica es “sucio” y lo ponen en práctica una serie de “personajillos” de tercer nivel, que se mueven al servicio del “capo” que pretende la presidencia del organismo.

Los grandes maestros del “juego sucio” fueron o son los “capos” de la FIFA, desde Stanley Rous en la era moderna, Joao Havelange, Joseph Blatter y hoy Gianni Infantino, que por lo menos tiene cara de niño bueno.

Al brasileño Havelange, el “juego sucio” se lo hizo su yerno Ricardo Texeira, aparte algunas estafas. A Blatter, entre otros, el zar del Caribe, Jack Warner, más el estadounidense Chuck Blazer.

Los maestros del “juego sucio” transmitieron sus enseñanzas a una inmensa mayoría de dirigentes locales, quienes en sus reinos se presentan como candidatos a dirigir el fútbol y copian la fórmula “sucia”, no ilegal, para conseguir los votos.

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La tarea es muy simple, pero urge de personas que no tengan en sus credenciales valores como la ética y la moral.

El “capo” necesita el voto, pero no pone la cara y le pide al “personajillo”, que ofrezca favores a cambio de votos.

Usualmente se negocian nombramientos en Comisiones de peso, como la de Selecciones o la Técnica y desde luego el regalo más codiciado, los viajes al exterior.

Como premio Gordo, el viaje al Mundial si la Selección se clasifica.

¿Qué hará don Osael para no caer en estas prácticas antiéticas, donde se engendran y reproducen la mayoría de tumores que van matando al fútbol nacional?

Cuando se haga pública la papeleta que lo acompañará en su gestión, conoceremos la respuesta.

gpandolfo@larepublica.net







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