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FORO DE LECTORES


El reinado de la improvisación que nos gobierna

María José Corrales maria.corrales@asamblea.go.cr | Lunes 18 noviembre, 2019

María José Corrales en un fondo azul

En el reinado de la improvisación, la ocurrencia es la reina que se aferra al trono.

Hoy, Costa Rica está gobernada por la masa acéfala de un buque que carece de bujía, con falta de precisión y sobre todo, determinación, para impulsar la consabida reactivación económica que no se mira en el horizonte.

No se mira justamente cuando el transitar de la actual Administración del presidente Carlos Alvarado lleva ya un año y medio de gestión. Ante la falta de respuestas contundentes de parte del Poder Ejecutivo, ha sido la propia Asamblea Legislativa la que ha cargado sobre sus hombros la responsabilidad de apoyar reformas para sanear las maltrechas finanzas públicas e impulsar su propia agenda de reactivación económica.

Mientras tanto, el Poder Ejecutivo sigue intentando darle a la piñata con los ojos vendados y anuncia con bombos y platillos un plan para que la ciudadanía recobre la confianza en el consumo, que, a propósito, registra los índices más deprimidos de los últimos años; hoy, por cada costarricense que siente optimismo en la economía, existen seis que piensan exactamente lo contrario.

Ciertamente, la confianza en el consumo encadena beneficios, pero la ruta por la que ha optado el Gobierno está plagada de grises.

Se buscan habilitar créditos de salvamento a tasas de interés preferenciales, en momentos en que otra iniciativa buscar resguardar el salario mínimo de los funcionarios públicos ahogados por las deudas.

Si el propio sector bancario y cooperativo ha expresado preocupación por el impacto que pueda generar una medida de éstas en los índices de morosidad, ¿cómo el Gobierno determina su viabilidad sin una estrategia clara de educación financiera?

Sí, nos hace falta educación financiera. Que un costarricense tenga deudas promedio de ₵8,5 millones refiere justo a esa necesidad. Entonces, no se trata solo de liberar liquidez, se trata de que las personas puedan administrar adecuadamente sus recursos.

La otra cara de la moneda la representan las pequeñas y medianas empresas. Las que en penitencia ven con intranquilidad que la mirada de prioridades no está puesta sobre ellas. A sabiendas de que generan hasta un 47% del empleo formal en Costa Rica y un aporte de hasta un 30% del Producto Interno Bruto (PIB), se trata de un motor de la economía que no revoluciona, más que todo por falta de un apoyo claro y consistente.

Precisamente, el proyecto de Ley de Fomento e Incentivos a los Emprendimientos y Microempresas, expediente 21.524, que presenté este año, busca dirigir los esfuerzos hacia la base de nuestro engranaje económico: las pymes.

Con una estrategia enfocada en facilitar los trámites que estas empresas deben realizar en las municipalidades y aportes diferenciados a la seguridad social que impulsen la formalización, estamos yendo a la raíz de las propuestas que determinen un empuje necesario para este sector.

Lo mismo pretende el proyecto 21.364 que presenté para reformar el Código de Comercio para permitir que la factura electrónica se habilite como prueba ante cobros judiciales que presenten los ciudadanos ante los Tribunales de Justicia, en vista de que hoy solo se acepta la factura física y firmada de puño y letra. ¡Tremenda contradicción que afecta a muchas pymes, atrasa los trámites y no va en sintonía con la digitalización! Parece que se le quieren poner palos a la carreta…

Lamentablemente, desde el Poder Ejecutivo no veo señales que apunten hacia el emprendimiento, la incubación de startups, la emisión de patentes de innovación, la aceleración de fintechs, la digitalización de procesos y la educación enfocada en la Cuarta Revolución Industrial, pero no, Fonatel acumula hasta $325 millones que deberían destinarse a conectar comunidades vulnerables, donde las bondades de la tecnología aun no llegan… la brecha crece, también la falta de visión.

¿Será que acaso debemos experimentar en carne viva un socollón que nos saque del letargo? Si no reaccionamos con prontitud, ese destino puede convertirse en lamentable certeza. La improvisación se enquistó en la tiranía de un reinado de oportunismos, no de visiones estratégicas. Y mientras el desempleo golpea a 278 mil costarricenses, las luces de esperanza permanecen desconectadas.








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