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Miércoles, 27 de noviembre de 2024



NOTA DE TANO


El trabajo sucio se le encarga a un segundón

Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Viernes 30 septiembre, 2022


Joseph Blatter: maestro en negociar su reelección
Joseph Blatter: maestro en negociar su reelección


Cuando di cobertura a los Juegos Olímpicos Seúl 88, quedé impresionado de las atenciones y honores que recibió el entonces Presidente del Comité Olímpico Nacional (CON), Jorge Nery Carvajal.

Conocer el hotel donde se hospedó, las limusinas que lo transportaban a las reuniones, cenas, estadios y otras actividades, era vida de reyes.

Jorge Nery, como jerarca del CON, durante años ejecutó las maniobras legales y pactó las negociaciones correspondientes para no perder la mayoría de votos que lo mantuvieron en su puesto.

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Ayer, comentamos qué por ejemplo, el joven delantero de la Selección, Anthony Hernández, descubrió un mundo nuevo con su primer viaje desde Fray Casiano en Puntarenas hasta Corea del Sur.

Lo suponemos impactado, maravillado, emocionado por las experiencias personales de las que se nutrió cada día en una nación de ensueño.

Anthony, regresó a Costa Rica ilusionado con ser convocado al Mundial en Qatar, conocer otro país mágico y reeditar las hermosas vivencias que le deparó su corto paso por Corea del Sur.

Pero, quedarse en el seleccionado no depende de él. Por más buen fútbol que siga practicando, son otras personas (el cuerpo técnico de la Tricolor), quienes decidirán si sigue o lo desenchufan.

Esto, no sucede con los dirigentes.

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Cuando un federativo, que no ha pasado de Tegucigalpa, es escogido como delegado de la Selección Nacional a una gira por Asia, Africa, América del Sur, Europa o cualquier otro país del primer mundo, viaja como un príncipe y hasta recibe viáticos, experimenta como ser humano, las mismas emociones, sensaciones, sorpresas y sentimientos que el jugador Anthony Hernández, de visita los dos en una nación desarrollada.

Lo que pasa es que ese delegado, ese federativo, ese integrante de alguna Comisión, contrario al futbolista, sí cuenta con las herramientas para sostenerse en su puesto, ser incluso reelecto y repetir una, dos y diez veces, viajes al extranjero mejores o similares al que lo cautivó.

Le bastan algunas cosas para lograrlo: hacer carrera en FIFA; enterrar sus valores personales en un basurero; negociar su reelección ofreciendo puestos y viajes a sus electores y fichar a un personaje segundón, sin principios, moral, ni ética, pero conocedor de ese “mundillo” maloliente que tiene el fútbol, para que le haga el trabajo sucio en las negociaciones con los electores y así sostenerse los dos en sus puestos.

gpandolfo@larepublica.net







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