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Elecciones en Taiwán

Óscar Álvarez Araya oalvarezcocr@gmail.com | Jueves 11 enero, 2024


Bajo la atenta mirada de China, de los Estados Unidos y del mundo, el 13 de enero de 2024 se celebrarán en Taiwán las octavas elecciones libres y competitivas desde la apertura democrática que empezó hace tres décadas.

Será la primera elección de trascendencia internacional en la ola de 80 elecciones que tendrán lugar durante 2024 en más de 75 países.

Se trata de las elecciones presidenciales y legislativas en las que participan el actual vicepresidente de la República William Lai del Partido Democrático Progresista (DPP), Hou Yu-ih, Alcalde de Nuevo Taipei y del Partido Nacionalista Chino (KMT) y Ko Wen-je del Partido Popular de Taiwán.

De ellos tres ganará el que obtenga más votos el 13 de enero porque no está contemplada una segunda vuelta.

La realización de estas elecciones en un territorio que reclama como propio es para China un gran desafío.

De resultar ganador Lai abriría la tercera administración consecutiva del DPP después de los dos gobiernos de Tsai Ing-wen, primera mujer presidente de la República en Taiwán.

De ganar Hou, representaría el regreso al gobierno del KMT después de ocho años de permanecer como partido político de oposición. Mientras que una victoria de Ko significaría el debut en el ejercicio del gobierno para el nuevo Partido Popular de Taiwán.

El tema principal y más controversial de la campaña electoral es el de la política hacia China que seguiría el ganador.

William Lai representaría la continuidad de la actual administración del partido Democrático Progresista (DPP), con una orientación que el gobierno chino percibe como “independentista” o “separatista” y “anti chino”. Por su parte Lai se defiende de esas acusaciones aclarando que no necesita ser independentista porque ya Taiwán es independiente y tampoco es “antichino” puesto que su gobierno ha buscado muchas veces el diálogo con Beijing.

Por otra parte el candidato Hou Yu-ih del Kuomintang es la opción preferible para China porque se muestra más abierto a mantener relaciones con China, aclarando, sin embargo, que “no son pro chinos” y no aceptan la reunificación con China. Anteriores gobiernos del KMT han mejorado la relación con China y han fortalecido los vínculos económicos, turísticos y comerciales con Beijing. Incluso el ex presidente del KMT Ma Ing-jeou, sostuvo una cumbre de Jefes de Estado en Singapur con el mandatario Xi Jin-ping. Y durante su administración se declaró una tregua diplomática entre las dos partes al lado del Estrecho.

La estrategia del gobiernista DPP y de su candidato Lai es pro -Taiwán, pro-Estados Unidos y dura con China, mientras que la postura del KMT es también pro -Taiwán y pro-Estados Unidos pero abierta a las relaciones con China.

Como muestra de lo anterior la candidata a la vice- presidencia de Lai es la Señora Hsiao Bi-khim, recientemente la embajadora de facto de Taiwán en los Estados Unidos y una de las personalidades políticas más adversadas por el gobierno de China.

Por su parte el candidato del partido Popular de Taiwán mantiene una línea intermedia entre las del DPP y el KMT.

En estas elecciones del 13 de enero la gran prioridad de Beijing es evitar que el DPP, percibido por ellos como independentista, continúe en el gobierno.

En su mensaje de año nuevo, el 31 de diciembre, el mandatario de China Xi-Jin-ping describió las elecciones del 13 de enero “como una elección entre la guerra y la paz” y los voceros de China durante la campaña electoral han acusado a William Lai de ser “el instigador de una guerra potencialmente peligrosa en el estrecho de Taiwán”.

En respuesta de fecha primero de enero, la presidente de Taiwán Tsai Ing-wen ha contestado que “Las relaciones de Taiwán con China deben decidirse por la voluntad del pueblo”. Y agregó: “China debe respetar el resultado de las elecciones”.

Por otra parte durante la campaña electoral voceros oficiales del gobierno de Taiwán han “denunciado campañas de desinformación” y “guerra informativa” orquestadas desde China. Por ejemplo, la aplicación del “Yimeilum” o estrategia de China para influir en las elecciones sembrando dudas sobre la alianza con los Estados Unidos.

Numerosas veces China ha cruzado la línea fronteriza marcada en el Estrecho de Taiwán, tanto con aviones militares como con embarcaciones de la Armada china y desde diciembre unos 17 globos chinos han sobrevolado el estrecho como una especie de “guerra psicológica” de nuevo tipo para influir en el electorado.

En cuanto a los Estados Unidos, voceros del Departamento de Estado han manifestado que “La política estadounidense sobre Taiwán seguirá siendo la misma independientemente del partido que esté en el poder”. Y agregan:

“Esperamos trabajar con quienquiera que elijan los votantes en Taiwán”.

Hay que recordar que para los Estados Unidos Taiwán es un aliado especial en el Asia Pacífico, percibido como un referente de libertad y democracia y con una posición estratégica en las cadenas globales de suministros.

Washington ha demostrado capacidad para trabajar conjuntamente tanto con los gobiernos del Partido Democrático Progresista como con los gobiernos del Kuomintang. Y ambos partidos son claramente aliados y amigos de los Estados Unidos, más allá de los matices.

Así también el gobierno de Japón mantiene una cercana y amistosa relación con Taiwán independientemente del partido que esté al mando. Y después del inicio de la guerra en Ucrania se ha producido un acercamiento entre los gobiernos de Estados Unidos y Filipinas y de Filipinas con Taiwán.

El Partido Democrático Progresista es miembro de la Internacional liberal y tiene una orientación claramente democrática y una agenda social progresista.

Por su parte el Partido Nacionalista Chino es miembro de la Internacional Demócrata de Centro y de la Unión Demócrata Internacional y tiene una orientación de centro derecha.

Ambos son amigos de Estados Unidos y se oponen a la reunificación con China.

Estas elecciones serán vitales para definir el futuro de las relaciones entre China y Taiwán y también influirán en el tipo de relaciones entre las dos grandes potencias del momento: Estados Unidos y China.

Después del 13 de enero se abre un período de transición que culmina el 20 de mayo próximo, fecha de la toma de posesión de la nueva administración.

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