Embarazos en adolescentes reinciden con más frecuencia en ocho cantones

En ocho cantones del país, son más frecuentes los casos de adolescentes que reportan un segundo embarazo.

Estos son Hojancha, Flores, Bagaces, Coto Brus, Guatuso, Talamanca, Atenas y Belén.

Atender la alta incidencia en estos sitios es vital para acelerar el descenso en la tasa de embarazo en esta población.

Costa Rica mantiene una caída en este índice desde 2012. En el primer semestre del año, el 11,2% de los nacimientos registrados fue de madres adolescentes, mientras que el año pasado cerró en 12,5%.

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No obstante, habrá que esperar los meses que siguen pues son los que históricamente reportan la mayoría de nacimientos en el país, en tanto que el Fondo de Población de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe advierte que el aislamiento debido a la pandemia podría incidir en un alza en las tasas en Latinoamérica.

El embarazo en edades tempranas trae consecuencias negativas e irreversibles, advierte Harold Robinson, director de la Oficina Regional del Fondo de Población de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe.

Esto porque cambia todo el proyecto de vida de la adolescente, su dependencia económica se incrementa y sus perspectivas educativas y laborales se evaporan, argumentó.

Una evidencia de esto es que de los nacimientos registrados el año pasado, el 29% de las madres de 14 años o menos tenían la primaria incompleta o no habían asistido a educación formal durante 2019; mientras que el 30% se dedicaba a los oficios domésticos y no a estudiar.

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“Hay que dejar claro que son niñas o adolescentes. La estrategia de trabajo que hay que desarrollar es volver a fortalecerlas en su autoestima, en su educación, en su educación sexual, para evitar un segundo embarazo”, comentó Lilliana Mejías, trabajadora social de la Caja.

Al mismo tiempo, enfatizó en que hay que fortalecer el proyecto de vida de las madres jóvenes para garantizar que lleven la maternidad con desarrollo humano, mediante el acceso a medios educativos diferenciados, de la mano de entidades como el INA, que entiende que es una población especial cuyos hijos dependen de ellas.

Es allí donde radica la importancia de redoblar esfuerzos de educación en las zonas con mayor incidencia, tal y como se viene haciendo a nivel nacional desde 2015, con la atención de diferentes servicios en los hospitales y áreas de salud, con equipos interdisciplinarios que trabajan con la población adolescente.

El programa incluye campañas de prevención, de educción en colegios y comunidades, en los servicios de salud y generando acceso a consejería en los establecimientos de salud sobre métodos anticonceptivos, para los que también pueden tener acceso.

“Antes de 2010 llevábamos aproximadamente 20 años, en el cual la proporción del embarazo en adolescentes era de un 20% de todos los nacimientos del país. En estos últimos 10 años podemos ver que el número de nacimientos de madres adolescentes ha ido disminuyendo paulatinamente y se nota un cambio más significativo a partir de 2015”, comentó Nineth Alarcón, doctora del Programa de Adolescentes de la Caja.