Envejecimiento de la población está marcado por aumento significativo de deterioro cognitivo y demencias

Aunque el envejecimiento es una etapa más de la vida y por consiguiente normal, trae consigo diversos cambios, tanto físicos como mentales en las personas.

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Dos de estos, que son complejos para los adultos mayores y su entorno inmediato, son el deterioro cognitivo y las demencias, condiciones muy asociadas a la edad adulta mayor, que pueden afectar desde la memoria, el pensamiento y el razonamiento, hasta la capacidad de realizar tareas diarias.

Sin embargo, aunque ambas se han estandarizado como parte de la adultez mayor, el deterioro cognitivo no es una parte normal del envejecimiento del cerebro, así lo explica Marcelino Lostalo, especialista en geriatría del Hospital Metropolitano, quien es enfático en señalar que se puede envejecer sin sufrir deterioro cognitivo y es también posible que en las personas que sí lo desarrollan, no todas evolucionen a un cuadro de demencia.

“Primeramente hay que entender que un deterioro cognitivo no es lo mismo que una demencia. El deterioro cognitivo como tal es la disminución en la capacidad de las funciones mentales superiores y esto no es sólo la memoria, son también dificultades de lenguaje, capacidad de razonar, de cómo se perciben las cosas, todas necesarias para la realización de actividades de la vida diaria. Si es leve, moderado o grave va a depender mucho del momento en el que se hace el diagnóstico y también de la causa que lo origina”, detalló Lostano.

Entre tanto, una demencia es un síndrome que vive en una persona que tiene deterioro cognitivo, más fallas en la capacidad de mantener una vida independiente, son personas con problemas de memoria y conducta que requiere asistencia, hay leves, moderadas y severas, estos son diferentes estadios que se van viviendo o pasando en el tiempo.

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“Una persona con demencia pierde la capacidad para realizar las actividades básicas de la vida diaria, como arreglarse, bañarse, comer, ir al baño sin asistencia o tener un sueño adecuado. Son todos aquellos adultos mayores que se metieron al baño se pusieron la misma ropa que se había quitado, son aquellas personas que al cocinar muy frecuentemente queman lo que están haciendo, por ejemplo”, detalló el geriatra.

Sobre sus causas, el envejecimiento es el factor de riesgo más importante para el desarrollo de ambas, pero hay otros factores que pueden influir en su aparición. Antecedentes familiares, factores genéticos, son algunos de ellos, pero también se habla de condiciones adquiridas como la hipertensión arterial, diabetes, tabaquismo, obesidad, depresión, sedentarismo y la falta de estimulación cognitiva y social.

“Un diagnóstico temprano es fundamental para un manejo efectivo de las demencias. Síntomas iniciales, como pérdida de memoria, confusión y dificultad para realizar tareas diarias, deben ser evaluados. Se pueden utilizar pruebas cognitivas, análisis de sangre y escáneres cerebrales para evaluar el estado cognitivo y descartar otras causas más profundas, solamente a través de estos estudios integrales se puede determinar el tipo de demencia que está padeciendo una persona”, indicó el galeno.

La enfermedad de Alzheimer es la más común, esta condición se caracteriza por afectar la función cognitiva y la memoria. Otras formas de demencia incluyen la demencia vascular, causada por la obstrucción o disminución del flujo sanguíneo al cerebro, la demencia frontotemporal, o la originada por una deficiencia de vitamina B12, según lo explicado por el especialista.

“Aquí lo importante es ese llamado a la atención, a no normalizar conductas como parte de la adultez, pero también a la prevención, porque si se pueden tomar medidas para minimizar su aparición o retrasar su progresión. Mantener un estilo de vida saludable, que incluya una alimentación equilibrada, la práctica regular de ejercicio físico y mental, una vida social activa y controlar los factores de riesgo, pueden ayudar”, finalizó Lostano.