Eric Vargas - Urge reforma para prevenir el desastre fiscal
Urge reforma para prevenir el desastre fiscal
Los problemas que atraviesa la economía de Grecia deben recordarnos que la crisis financiera internacional no ha terminado, y que el riesgo de una recaída se mantiene latente.
Los programas de estímulo aplicados por los gobiernos alrededor del mundo ayudaron a evitar el colapso del sistema financiero, y permitieron que la economía global saliera de la recesión, al menos de forma transitoria, e iniciara un frágil proceso de recuperación.
Pero este proceso ahora se ve amenazado por el impacto de las medidas de estímulo sobre las finanzas públicas. Los déficits fiscales no pueden seguir creciendo permanentemente sin llegar a desembocar en una nueva crisis, como la que enfrenta Grecia en estos momentos. Los gobiernos deben ahora empezar a pagar las cuentas pendientes, y a poner sus finanzas en orden.
Esto implicará un menor crecimiento económico en los países desarrollados, probablemente una nueva recesión en algunos, y una feroz competencia por el capital en los mercados internacionales. En este escenario, no podemos esperar que la demanda por nuestras exportaciones sea la fuente de crecimiento de nuestra economía, ni que los flujos de inversión extranjera directa garanticen la estabilidad en el valor externo de nuestra moneda.
Con este amenazante entorno global, en Costa Rica debemos actuar pronto para detener el persistente deterioro de nuestras finanzas públicas. Resulta preocupante la apuesta a que la recuperación del dinamismo económico solucione nuestro creciente desequilibrio fiscal. Esperar a ver si la situación mejora por sí sola podría ser el camino al despeñadero.
El Gobierno ha impulsado el gasto público aumentando rubros que generan una presión permanente sobre el fisco, pues no podrán ser revertidos. Esto implica la necesidad de reformas estructurales para asegurarnos de que los mayores gastos se puedan financiar de manera sostenible. Una reforma tributaria implicaría un enorme esfuerzo de negociación en la Asamblea Legislativa, y esta podría llegar en forma tardía si no se empieza a trabajar en ella de inmediato.
La reforma fiscal no debería recaer sobre las personas de menores ingresos, que serían las más afectadas si se aplican incrementos en impuestos indirectos. Se deberá apuntar hacia un sistema más progresivo, donde los más afortunados sean los que contribuyan más, por medio de impuestos directos.
Esta debería ser una prioridad para la próxima administración, de lo contrario las propuestas en el campo social quedarían en el aire, y la inestabilidad económica seguiría agravando los crecientes problemas del desempleo, la pobreza y la desigualdad social.
Cargo: Socio Director
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