Es urgente un plan vial serio
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Sábado 20 octubre, 2007
Año a año en el país, los temporales con sus fuertes y prolongadas lluvias arrasan con la infraestructura vial y terminan de deteriorar los puentes, ya de por sí descuidados y muchos de ellos en situación de haber agotado su periodo de vida sin haber recibido revisiones y mantenimiento oportunos.
Eso, además del drama humano que les toca vivir a quienes por alguna circunstancia adversa sufren inundaciones o derrumbes que acaban a veces con la vida de sus familiares y, en el más favorable de los casos, con su vivienda y enseres.
En vista de que el calentamiento global y los cambios atmosféricos provocados por la acción del hombre sobre la naturaleza, mediante el impulso a una forma de vida insostenible, son los que originan estos fuertes temporales que azotan el país cada año, es obvio que seguirán ocurriendo y que podrían aun empeorar.
Así las cosas, se hace imprescindible e impostergable realizar un estudio y diagnóstico de la situación de la infraestructura vial, mediante un consenso con expertos nacionales y la supervisión de uno internacional, a fin de tomar acciones que permitan su reprogramación sin más desperdicio de recursos.
Ya no es posible continuar arreglando calles y carreteras cada año para que el próximo invierno las deteriore y se deba aprobar nuevamente presupuesto para hacer lo mismo el siguiente año en una cadena interminable de desperdicio de recursos, mientras la población soporta las consecuencias de la improvisación y la irresponsabilidad.
Costa Rica, los costarricenses y los turistas, merecen un estudio y proyecto serios para salir de un problema como el de la mala infraestructura vial. Los recursos que se destinen a ello deben responder a un plan para garantizar que no serán derrochados en obra que se lleve el agua el siguiente invierno.
La situación no puede esperar porque las inclemencias del tiempo no pedirán permiso para volver a presentarse. Las acciones al respecto apremian y deberían promover simultáneamente una conciencia ambiental que conduzca a un desarrollo sostenible.
Solo si el país lo hace muy en serio, este tipo de acciones y soluciones bien estudiadas, diligente y transparentemente realizadas, serán una carta de presentación para pedir al mundo desarrollado ayuda y respeto a la naturaleza, además de mejorar las condiciones de vida de los costarricenses.