Especial tributo a monarcas olímpicos

El pueblo de Costa Rica les tendió la mano; ellos y ellas la tomaron y nos llevaron a todos al Olimpo del éxito deportivo, porque más que las 67 medallas ganadas en Shanghái, China, los atletas especiales costarricenses demostraron que sí se puede, sin pensar en obstáculos intelectuales ni físicos, ni mucho menos en los económicos, simplemente con tesón y voluntad inquebrantables, sí se puede.

Con mucho esfuerzo pudieron ir a las Olimpiadas Especiales al otro lado del mundo, y a diferencia del fracaso mayúsculo de quienes gozan de todas sus capacidades en los Panamericanos Río de Janeiro 2008, sí pudieron darle satisfacciones al país, “goleando” por 67 a cero a los subordinados del hoy tan cuestionado Jorge Nery Carvajal, presidente del Comité Olímpico Nacional.

Correos de Costa Rica, el Icoder, los cuerpos técnicos de Herediano, Saprissa, Alajuelense y la Selección Nacional —que organizaron una cuadrangular de fútbol salón para recoger fondos—, la Federación Costarricense de Baloncesto, por medio del Juego de las Estrellas; los medios de comunicación con coberturas y llamados a la solidaridad, padres de familia y todos los que colaboraron aunque fuese con una moneda, pueden darse por satisfechos: Ellos y ellas fueron a China a representar al país y retornan bañados en oro, plata y bronce, tan relucientes como las sonrisas de todos aquellos que les tuvimos fe.

Como dijo Timothy Shriver, presidente de Olimpiadas Especiales Internacionales, estos exitosos juegos, donde participaron 7.291 deportistas de 164 países, y entre ellos los 60 héroes costarricenses, beneficiarán la campaña global para proteger mejor los intereses de la gente discapacitada mentalmente.

Por eso bien merecidos todos los homenajes a estos triunfadores, desde su llegada este domingo a las 5.30 p.m. en el aeropuerto Juan Santamaría, pasando por la caravana al Gimnasio Nacional, el almuerzo de este lunes con el presidente Oscar Arias y el desfile del martes desde las 9 a.m. por Pavas, la Uruca, Tibás, Moravia, Guadalupe y San José. Acompañemos a quienes nos han demostrado con claridad que… ¡Sí se puede!