Esperanza para la Educación Pública
Miguel Angel Rodríguez marodrige@gmail.com | Lunes 02 marzo, 2020
Se aprobó en la Comisión Permanente Especial de Ciencia, Tecnología y Educación el proyecto iniciativa del diputado Wagner Jiménez que modifica el Título II del Estatuto de Servicio Civil para introducir un inciso que exige para entrar en la carrera docente: “ Aprobar el examen de idoneidad que al efecto establezca el Ministerio de Educación Pública en coordinación con la Dirección General de Servicio Civil, el cual será el encargado de aplicar dicho examen, de acuerdo con la reglamentación que para tal fin se establezca” Esto abre una esperanza para poder mejorar la muy insuficiente calidad de nuestra educación pública, que no se ha arreglado ni con aumentos sustanciales de los recursos a ella destinados, ni con el uso de tecnologías modernas de info-comunicación, ni con cambios en los programas.
Se que muchos se sorprenderán de esta reforma, pues creerán que tan obvio requisito está vigente, y que antes de nombrar las personas a las que encomendamos la formación de nuestros niños, niñas y jóvenes se examina que tengan los conocimientos indispensables para poder hacerlo. Pero desdichadamente no es así.
Desde hace varios años he publicado artículos -disponibles en WWW.rodriguez.cr- todos basados en serias investigaciones internacionales que señalan:
Primero. - Que la calidad y los resultados de la educación dependen de lo que ocurre en el aula, y esto a su vez es producto de la capacitación y habilidad del docente (“Formación y selección de profesores excelentes, La República, 2 de febrero 2015) y por supuesto ese conocimiento de profesoras y maestros deben ser establecidos antes de nombrarlos, y evaluados periódicamente.
Segundo. – Que los beneficios de la educación para los estudiantes y para la sociedad no dependen del tiempo que niñas y jóvenes calienten pupitres, sino de las habilidades que adquieran (“Conocimiento y crecimiento: Costa Rica, La República, 20 de julio 2015) Esto implica, y es demostrado empíricamente, que el crecimiento está directamente relacionado con las habilidades que poseen los trabajadores de una sociedad.
Tercero. - Que a Dios gracias ese conocimiento no depende de genes específicos que permitan ejercer tan noble y trascendental labor solo a uno pocos súper dotados, sino que son conocimientos y habilidades que se pueden adquirir (“Formar y capacitar docentes, La República, 20 de junio 2016). Esto significa que los docentes requieren adecuada formación y que al inicio de su gestión deben contar con un apoyo especial para poner en práctica las habilidades adquiridas en sus estudios y desarrollar el arte de enseñar, de la misma manera como lo hacen los médicos durante su internado. También implica la importancia de la evaluación periódica de los docentes, para capacitarlos en las habilidades, prácticas de enseñanza y conocimientos que les hagan falta.
Por muchos años con angustia esperé a que se cumpliera el tiempo que la Sala Constitucional había dado hasta 2021 para que la contratación de profesionales del Servicio Civil estuviera obligada a realizarse previa constatación de los conocimientos de esas personas, creyendo que incluía a los docentes. Pero el año pasado constaté que mi interpretación estaba equivocada, y que no los incluía. (“Un cambio urgente en educación, Un llamado a los poderes del Estado y a la Defensoría de los Habitantes, La República, 25 noviembre, 2019)
En mi criterio la no verificación de habilidades y conocimientos a la hora de contratar docentes es una inconstitucionalidad, pues viola el artículo 192 de nuestra Carta Magna que dispone: “los servidores públicos serán nombrados a base de idoneidad comprobada”. Confiado en la acuciosidad de la Defensoría de los Habitantes solicité públicamente y por carta el 22 de noviembre pasado a la Señora Defensora estudiar el caso e interponer la acción respectiva ante la Sala IV. Pero no se ha tomado esa decisión.
Por dicha el acucioso diputado don Wagner Jiménez había introducido el proyecto para resolver esta grave omisión desde el 15 de octubre del año pasado, y ahora ha sido aprobado el proyecto en Comisión.
Una educación que trasmita habilidades a la juventud para enfrentar con éxito las demandas de las sociedades del siglo XXI es el mejor instrumento para generar mayor igualdad de oportunidades y facilitar la movilidad social. Esa es una aspiración de nuestro país desde su propia independencia. Es una demanda de la justicia social y del progreso económico.
Para logarlo es indispensable maestros excelentes, llevando a cabo una tarea excelente en las clases, e impartiendo habilidades y formación pertinentes a los estudiantes. Es necesario que se constaten conocimientos y habilidades al contratar a los docentes, que se les apoye durante el inicio de su gestión para desarrollar el arte de enseñar, que se les evalúe periódicamente y se les brinde la capacitación que las circunstancias de la sociedad y las condiciones de cada maestra y profesor demanden.
Es una inmensa responsabilidad de la Asamblea Legislativa aprobar este proyecto de ley.
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