Firme una alianza con los frijoles
Carmen Juncos cjuncos@larepublica.net | Lunes 16 agosto, 2010
Con Sumo
Firme una alianza con los frijoles
Estamos tan acostumbrados a ver los frijoles en la dieta costarricense, que no tenemos conciencia clara del beneficio que traen a nuestra salud. Escuché a una nutricionista explicando que el consumo de media tasa diaria de frijoles, preparados de acuerdo al gusto personal, puede marcar un cambio considerable en materia de prevención de enfermedades.
Si los frijoles son ya parte de nuestra cultura culinaria ¿Por qué no aprovecharlos al máximo en múltiples recetas que permitan su presencia cotidiana en la mesa sin que nos cansemos de comerlos? Lo que hace algo aburrido no es repetirlo cada día sino hacerlo de la misma forma.
No es necesario comer los frijoles a diario solos, sofritos o molidos, que es lo más común. A veces se incluyen dentro de empanadas pero estas pueden resultar muy grasosas y no saludables si son fritas. Sin embargo, otras preparaciones pueden hacer su aparición en el menú cotidiano. Es cuestión de ir probando…
Por ejemplo, pruebe a tomar un cucharón de frijoles escurridos, cocinados en agua con ajos, laurel y sal, y estando bien calientes póngalos en una fuentecita, agregue un poquito de aceite de oliva extra virgen, primera presión en frío y unas gotas de vinagre balsámico, un poquito de cebolla fresca rallada, chile dulce rojo en trocitos pequeños, unas florcitas de brócoli, aceitunas y mezcle bien. Puede comerlos acompañados con pan integral o, mejor aún, con pan de albahaca. Probablemente le resulten deliciosos.
Hay muchas otras formas de prepararlos… son su imaginación y su paladar quienes harán el resto.
Carmen Juncos
cjuncos@larepublica.net
Firme una alianza con los frijoles
Estamos tan acostumbrados a ver los frijoles en la dieta costarricense, que no tenemos conciencia clara del beneficio que traen a nuestra salud. Escuché a una nutricionista explicando que el consumo de media tasa diaria de frijoles, preparados de acuerdo al gusto personal, puede marcar un cambio considerable en materia de prevención de enfermedades.
Si los frijoles son ya parte de nuestra cultura culinaria ¿Por qué no aprovecharlos al máximo en múltiples recetas que permitan su presencia cotidiana en la mesa sin que nos cansemos de comerlos? Lo que hace algo aburrido no es repetirlo cada día sino hacerlo de la misma forma.
No es necesario comer los frijoles a diario solos, sofritos o molidos, que es lo más común. A veces se incluyen dentro de empanadas pero estas pueden resultar muy grasosas y no saludables si son fritas. Sin embargo, otras preparaciones pueden hacer su aparición en el menú cotidiano. Es cuestión de ir probando…
Por ejemplo, pruebe a tomar un cucharón de frijoles escurridos, cocinados en agua con ajos, laurel y sal, y estando bien calientes póngalos en una fuentecita, agregue un poquito de aceite de oliva extra virgen, primera presión en frío y unas gotas de vinagre balsámico, un poquito de cebolla fresca rallada, chile dulce rojo en trocitos pequeños, unas florcitas de brócoli, aceitunas y mezcle bien. Puede comerlos acompañados con pan integral o, mejor aún, con pan de albahaca. Probablemente le resulten deliciosos.
Hay muchas otras formas de prepararlos… son su imaginación y su paladar quienes harán el resto.
Carmen Juncos
cjuncos@larepublica.net