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Formación docente y Conesup

Silvia Castro scastro@ulacit.ac.cr | Lunes 28 abril, 2014


El Conesup debería dar un plazo de un año para que las universidades actualicen sus carreras de educación


Formación docente y Conesup


Me siento muy complacida con el nombramiento de doña Sonia Marta Mora como ministra de Educación Pública, por su amplia trayectoria como académica e investigadora, como exrectora de la Universidad Nacional y presidenta del Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior (Sinaes), y por sus conocidas cualidades intelectuales y personales.
Me alegro, también, porque me consta que ella valora la importancia que reviste la calidad de la educación superior privada para el desarrollo nacional, por lo que esperaría que priorice, dentro de su ocupada agenda, el trabajo que desde el Conesup se realiza en la fiscalización de este sector.
Ya es hora de que el Conesup impulse las discusiones nacionales con respecto al perfil requerido de los profesionales en las distintas disciplinas, para acordar, en conjunto con las universidades, empleadores y expertos nacionales e internacionales, las competencias que deberían desarrollar los alumnos, así como los indicadores clave de desempeño que podrían utilizarse para determinar que los graduandos cumplen con el perfil esperado.
Debería iniciar con las carreras de educación, por el impacto que reviste el mejoramiento sistemático del perfil docente sobre la calidad académica en los ciclos de educación preescolar, general básica y diversificada.
Este grupo de trabajo calificado debería definir, entre otros criterios, los cursos medulares y complementarios mínimos que deberían impartirse en cada carrera, siempre y cuando se otorgue a las universidades la flexibilidad para que puedan, además, incluir otros cursos con el fin de cumplir con su misión y naturaleza.
Este grupo de trabajo también podría acordar el número mínimo de cursos en cada carrera, las horas lectivas por curso, las horas de práctica supervisada, y los mecanismos mediante los cuales los alumnos deberían ser evaluados para certificar su idoneidad antes de graduarse.
No puede ser que sigan existiendo carreras de bachillerato en educación de 28 cursos, impartiéndose con menos de 45 horas lectivas por curso, en las que los alumnos pasan múltiples materias por “suficiencia”, realizan pocas prácticas supervisadas y no son rigurosamente evaluados.
Contra estos marcos de competencias es que se deberían evaluar las propuestas curriculares de las universidades, para que las valoraciones no continúen dependiendo de analistas sin formación en las disciplinas que evalúan, o de la opinión de individuos de entes externos cuya idoneidad profesional y preparación académica se desconoce y cuyas observaciones, aparte de las de OPES, no son legalmente vinculantes.
El Conesup debería dar un plazo de un año para que las universidades actualicen sus carreras de educación y darles trámite prioritario, en aras de satisfacer los criterios de calidad establecidos por estos marcos de competencias y así contribuir con el mejoramiento de la calidad de la formación de los docentes en la educación preescolar, primaria y secundaria.

Silvia Castro

Rectora de ULACIT

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