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NOTA DE TANO


Fría sentencia: Alajuelense siempre juega igual

Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Miércoles 26 agosto, 2020

Jürgens Montenegro

En el juego que Alajuelense perdió con Guadalupe, observamos detalles secundarios ajenos al desarrollo del partido que nos llamaron la atención.

En la zona técnica del León, siguen trabajando mano a mano, oreja a oreja, Andrés Carevic con su asistente de confianza Mario Acosta. Geiner Segura no se ve por ninguna parte.

En los dos partidos que ha jugado la Liga en el Apertura, las consultas tácticas que se observan, son las del binomio Carevic-Acosta, de manera que a la distancia, no sabemos si la colaboración de Segura se limita a los entrenamientos, en el vestuario y pare de contar. Puede que estemos mal de la vista, pero aún no observamos a Geiner de pie al lado o detrás de Carevic, como si lo hace Acosta.

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En el partido contra Guadalupe, el Alajuelense perdió 60 minutos de juego, tratando de que el balón le llegara a Alvaro Saborío y éste estaba atrapado en las redes de la tripleta Delgado, Ayala y Espinoza. ¿No fichó la dirigencia rojinegra a Geiner Segura para ayudarle a Carevic en estos menesteres tácticos?.

Otro detalle que nos llamó la atención, fue la exagerada pleitesía ofrecida al jugador Bryan Ruiz, al que le lanzaron la alfombra roja apenas pisó un metro de zacate.

Para este partido, el capitán del equipo era Leonel Moreira, quien en ningún momento fue sustituido del juego. El tenía que terminar el partido como capitán de la oncena.

Pero de pronto, el portero salió corriendo hacia la mitad del campo, para entregarle el brazalete de capitán a Ruiz, en una ceremonia que no se prestaba, que no venía al caso y en un momento en que el equipo perdía por un gol y debía estar concentrado en tratar de empatar el juego.

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También existe malestar en la feligresía manuda, al notar cómo Carevic de nuevo relegó a la suplencia a Jürgens Montenegro, llamado a ser el “nueve” de la línea de ataque. Se suponía que si lo trajeron de vuelta al equipo, era para tener un rol estelar y no, de nuevo, ser un emergente que ingresa a la guerra cuando los partidos están prácticamente perdidos.

Ya lo dijo José Luis Cordero: Alajuelense siempre juega igual, es un equipo predecible y fácil de controlar.

Desde luego que Carevic es el mayor responsable de este acontecimiento táctico y hasta ahora, transcurridas dos jornadas, no se nota ni por asomo, que tenga la claridad o la lectura para erradicar este mal. Si piensa seguir jugando 4-5-1, la añorada 30 seguirá en larga y eterna espera.

gpandolfo@larepublica.net

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