Guerra y paz en el Caribe
Fred Blaser - | Jueves 26 septiembre, 2013
ANÁLISIS
Una Comisión para la Paz, evitaría varios potenciales conflictos
Guerra y paz en el Caribe
Unos $500 mil millones en reservas de petróleo y gas estarían en juego
RESUMEN
La participación de Costa Rica en una Comisión para la Paz, podría evitar un conflicto entre Colombia y Nicaragua, sobre los potenciales yacimientos de petróleo y gas en el Caribe.
El proceso nos permitiría a la vez, defender nuestros propios derechos en la zona.
Ni Colombia ni Nicaragua probablemente quieran pelearse, pero incluso los rumores de guerra, dañarían las economías de la región.
Nuestra fama como país desmilitarizado, ayudaría a encontrar una solución pacífica ante una creciente amenaza.
Nicaragua ha pedido dos fragatas rusas clase Molnya, con misiles tierra-tierra y tierra-aire, según los analistas estratégicos Janes Information Group, con sede en Londres
Óscar Arias ganó el Premio Nobel de la Paz, por su contribución a poner fin a la guerra centroamericana de la década de los 80.Sería importante para Costa Rica participar en una Comisión para la Paz, que ayude a Colombia y Nicaragua a evitar un conflicto, que sería malo para la gente, así como para los negocios en la región, incluyendo los de Costa Rica.
Semejante comisión además nos permitiría defender nuestras pretensiones en el área, que actualmente estarían afectadas por la presencia de los nicaragüenses en la Isla Calero.
Actualmente, Colombia y Nicaragua están reclamando los derechos sobre los recursos naturales, en la zona del suroeste del Caribe, que podría contener hasta 50 billones de pies cúbicos de gas natural, de acuerdo con un estudio reciente de la empresa geológica Halliburton.
A los precios actuales, el gas tendría un valor cercano a los $200 mil millones.
Suponiendo que la zona tenga una cantidad equivalente de petróleo, a un precio por unidad de energía de un 50% mayor al del gas, las reservas totales en la zona en disputa, podrían valer hasta $500 mil millones.
Ni Colombia ni Nicaragua probablemente deseen pelearse.
El país más pobre de Hispanoamérica, Nicaragua apenas tiene el dinero para la mantequilla, mucho menos para los cañones.
Por su parte, Colombia está apenas saliendo de una guerra civil, que ha durado 50 años, y tendría que pensarlo muy bien, antes de iniciar otra.
Pero en un ambiente tenso, cualquier cosa podría suceder.
Por un lado, el nivel de la retórica ya se intensifica.
Nicaragua es la dueña de los derechos de 70 mil kilómetros cuadrados cerca de la isla de San Andrés, declaró en noviembre pasado la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, después de diez años de litigio entre los dos países.
Pero la decisión del tribunal es errónea, asegura el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, mientras el presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, apoyado por Costa Rica y Jamaica, envió una carta formal a Naciones Unidas, denunciando las políticas “expansionistas” de Managua.
Por su parte, su homólogo nicaragüense, Daniel Ortega, podría estar pasando de las palabras a los hechos, al haber pedido dos fragatas de alta velocidad con misiles rusos, según los analistas militares Janes Information Group, con sede en Londres.
La solicitud de los buques de guerra, podría ser una fanfarronada.
Ortega sabe que aun con los nuevos barcos, tendría problemas para enfrentar las fuerzas armadas de Colombia, que incluyen cuatro fragatas, y 23 cazabombarderos supersónicos Kfir, de fabricación israelí.
Como si eso no fuera suficiente, Colombia sería respaldada por Estados Unidos, cuya Segunda Flota es el mayor poder militar en el Caribe.
Pero aun los rumores de guerra por sí solos, desalentarían la inversión, lo cual afectaría a varios países, incluido Costa Rica.
Además, nuestras importaciones costarían más, y nuestras exportaciones serían menos competitivas, si las navieras elevaran sus tarifas, para compensar un mayor riesgo de navegar en el Caribe.
Costa Rica no tiene ni fragatas ni cazabombarderos.
Tampoco somos percibidos como neutrales por muchos nicaragüenses, a raíz de la disputa que tenemos con ellos, sobre Calero.
Sin embargo, gozamos de gran fama mundial, gracias a nuestra desmilitarización, la cual nos ayudaría a influir en el mundo de forma positiva.
En este contexto, presentar la posición costarricense ante Naciones Unidas, tal como lo hizo la presidenta Laura Chinchilla anteayer, es importante.
Sería loable también montar un proyecto fijo, tal como una Comisión para la Paz, que buscara una solución negociada a un potencial conflicto.
Los integrantes de la comisión podrían incluir al expresidente mexicano Felipe Calderón, que conoce bien la región, como promotor del Plan Puebla-Panamá, así como el expresidente guatemalteco, Vinicio Cerezo, quien ayudó a restaurar la paz en el Istmo durante los años 80, entre otra gente destacada.
Y quizás, el mismo don Óscar.
Fred Blaser
Co Presidente República Media Group
@La_Republica