Guimaraes ante un desafío táctico determinante
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Miércoles 22 mayo, 2024
Como estratega, Alexandre Guimaraes tiene uno de los desafíos más relevantes de su carrera: cómo bloquear la gestión de fútbol ofensivo que construye en el Saprissa Mariano Torres, sin contar lo que edifica con las “bolas muertas”.
Y no planteamos esta interrogante, porque consideremos que el campeón nacional depende para su actual y prolongado éxito, solo del fútbol de su capitán argentino. Nada que ver. El Saprissa de Vladimir Quesada se ha convertido en una máquina arrolladora de buen fútbol, con una contundencia impresionante que lo ratifican las estadísticas, con mano de obra de primera mano y exceso de magníficos obreros, pero no se puede negar que el “Monstruo” gira su pasión devoradora, montado en el talento del mediocampista argentino.
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Limitar, cortar, destruir, obstaculizar, de buena ley, sin faltas arteras ni juego sucio, el fútbol que construye Mariano, es la principal misión táctica que debe analizar el técnico erizo.
Y deseo que me entiendan una cosa: puede que Saprissa juegue sin Torres e igual será un rival de cuidado y peligroso, pero en estos momentos, anularlo es el punto clave para un eventual éxito del Alajuelense esta noche en La Catedral y luego en La Cueva.
Guimaraes tuvo aciertos tácticos para frenar el empuje ofensivo del Herediano en el juego de vuelta, que se veía venir por el corto 1-0 de la ida. Paró un 5-4-1 y reforzó la marca por los costados “dobleteando” tanto a Gerson Torres por la derecha, como a Andy Rojas en el otro sector. Tampoco descuidó la marca a presión a Elías Aguilar.
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Sin meter el bus, el León soportó el asedio del Team en la segunda parte, pero no olvidemos los “tapadones” de Leo Moreira y cómo la ofensiva que dirigió desde la banca Jafet Soto desaprovechó unas tres claras oportunidades de gol, en las narices de un portero que caprichosamente, Gustavo Alfaro sigue sin convocar a la Selección Nacional.
Contra Saprissa, estos “descuidos” de la retaguardia manuda se pueden pagar caro, porque el tridente ofensivo morado con East, Ariel y Paradela no perdona estos obsequios.
Vladimir mueve y varía la formación de su equipo a su antojo: todos juegan y todos sirven y además, está Mariano.
Controlar y bloquear este excelente equipo, porque juega como equipo, es misión desafiante para cualquier técnico con trayectoria. Guimaraes la tiene y suma también buena nómina, sobre todo, ataque explosivo.
El Monstruo luce favorito; el León, desafiante.
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