Habilidades subjetivas
Eleonora Badilla ebadilla@castrocarazo.ac.cr | Viernes 29 marzo, 2019
Por muchos años, el mundo laboral privilegió el conocimiento de la disciplina específica para la contratación y permanencia de profesionales en sus puestos y para considerar posibles ascensos. En la formación de profesionales también, por lo que se dio énfasis a una epistemología disciplinar, haciendo una diferencia entre sujeto y objeto. Esto significa que se dio la supremacía de la objetividad, buscando un conocimiento aséptico del saber, del contenido disciplinar, de la realidad sin contaminación por parte del sujeto. Se trató de un contexto disciplinar, fragmentado y con la subjetividad invisibilizada.
De unos años para acá, tanto en el mundo laboral como en los ámbitos de formación de profesionales emerge una preocupación por la división entre la disciplina (objeto) y la persona (sujeto). Aparecen las voces que alertan sobre la necesidad de que los profesionales, además de un conocimiento sólido de la disciplina, tengan habilidades para la convivencia, el trabajo en equipo, la colaboración, la comunicación asertiva, empatía, capacidad de negociación, facilidad de adaptación, entre otras. En síntesis, lo que se conoce como hablilidades blandas (soft skills) y se insiste en la necesidad de que complementen la formación disciplinar.
Desde mi perspectiva, se trata (¡finalmente!) de un reconocimiento de que la persona profesional no puede fragmentarse; es un intento por recuperar la subjetividad, (por mucho tiempo desacreditada al homologarla erróneamente con arbitrariedad). Se busca que, tanto en el ámbito personal, educativo como en el laboral se supere el ideal disciplinar y objetivo para evolucionar hacia una visión compleja, incluyente y sin miedo a la subjetividad.
Es decir, las llamadas habilidades blandas, en realidad son habilidades subjetivas y hay que reconocerlo así, sin temor. Eso sí, sabiendo que la subjetividad no es arbitrariedad, y que las habilidades subjetivas siempre deben procurar la convivencia armoniosa y el bien común.
Desde la academia, es imperativo que, además de ofrecer una formación disciplinar rigurosa, acompañemos al estudiantado para que, de manera consciente, desarrolle sus habilidades subjetivas. Porque esta recuperación de la subjetividad les permitirá desempeñarse satisfactoriamente en el ámbito laboral y contribuir con el establecimiento de relaciones armoniosas con su mundo interior y con el medio social y natural.
Las habilidades subjetivas no solamente son deseables para el trabajo. Son imprescindibles para nuestra supervivencia como especie.