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FORO DE LECTORES


Haciendo patria desde el Sistema de Banca para el Desarrollo

Victoria Hernández mcorrales@meic.go.cr | Miércoles 29 septiembre, 2021

Victoria

Victoria Hernández Mora

Ministra de Economía, Industria y Comercio y presidenta del Consejo Rector del SBD

En el marco de la celebración de nuestros 200 años de vida independiente, he meditado en la pregunta que una periodista de un medio de comunicación masiva hiciera a un grupo de escolares, ¿cómo hacer patria? Y ellos con mirada curiosa, ante el inesperado cuestionamiento, -pero sin dudarlo-, respondieron más o menos así: “Me siento muy feliz y maravillada de vivir en esta querida Costa Rica”, “Esforzándome mucho todos los días”, “Siendo mejor”.

Qué profunda consulta para un grupo de escolares que en esta etapa de su vida podían estar pensando en cómo representar de la mejor forma a su escuela, y así lo hicieron con sus cortas y perfectas respuestas.

Porque así es como hacemos patria, esforzándonos, siendo mejores cada día y construyendo un país de oportunidades, donde no existe duda alguna, que así fue como nuestra querida Costa Rica empezó a forjarse en las mentes de los primeros próceres, quienes sembraron las simientes de una república independiente; que en aquel momento daba sus primeros pasos y de la que hoy nos sentimos orgullosos.

Los acontecimientos que vivimos, nos hacen poner muchas cosas en perspectiva y a valorar otros; como cuando podíamos relacionarnos con toda libertad, sin vislumbrar que algo más allá del ser humano se interpondría entre las personas y su entorno. Hoy todo es distinto, los protocolos han pasado a formar parte de nuestra vida; sin embargo, gracias a Dios vivimos en un país donde todos los días desde nuestras trincheras podemos hacer patria.

Podemos sentirnos zarandeados, tal vez con las rodillas “cholladas” pero como siempre, nos levantamos erguidos una y otra vez, pues estos 200 años de vida independiente y de revitalización constante de nuestra democracia, muestran a una Costa Rica más sabia, responsable con las generaciones futuras, deliberante, reflexiva, inclusiva y pausada en su actuar.

Hoy quiero ejemplificar cómo desde el ámbito financiero también buscamos hacer patria, con objetividad, sentido de la inclusión y con toda certeza lo logramos, aunque rara vez lo contemos.

Soy la vocera también de quienes por tres años y cuatro meses, me han acompañado en el Consejo Rector del Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD) y puedo afirmar con propiedad, que la Ley del SBD, ha sido uno de los grandes aciertos que ha tenido nuestro país en el presente siglo.

El SBD es un sistema que se apoya en operadores financieros y no financieros para cumplir su labor y aunque representa únicamente el 2.2% de todo el Sistema Financiero Nacional (SFN), el 31.3% del crédito que se otorga a la micro y pequeña empresa, ha roto paradigmas y ha logrado permear en la economía nacional con más de ₡1.4 billones de colones colocados y casi medio millón de operaciones de crédito en unidades productivas.

Es un sistema que impulsa directamente los micro créditos y en la actualidad, prácticamente es el único instrumento que moviliza recurso fresco en todo el país. Durante los últimos 12 meses el SBD logró movilizar más de ₡265 mil millones de colones, ayudando con más de 113 mil créditos a pequeñas unidades productivas de todo el país y con créditos para capital de trabajo que no superaban los ₡2.35 millones por solicitante, ¡esto es hacer patria!

En el mes del bicentenario, las colocaciones totales del SBD muestran crecimientos interanuales por encima del 20% en lo que llevamos del 2021. Por otro lado, el sistema financiero medido por el Crédito Sector Privado (CSP), se ubica por debajo del 3% y se mantiene relativamente estable desde inicios de 2021, (medido con el CSP cifras BCCR, junio2020 a junio 2021).

Esta labor trasciende fronteras, tal cual lo confirma un estudio en el 2018 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), al señalar: “El SBD es una interesante innovación institucional que permite articular las infraestructuras financieras públicas y privadas, por medio de diferentes fondos públicos y regulaciones bancarias e impositivas, en pos del objetivo de promover la inclusión financiera MIPYME y fortalecer la expansión y surgimiento de nuevas actividades económicas. En tal sentido, los primeros pasos muestran una interesante combinación entre objetivos de política pública y complementación con la banca privada. La experiencia tiene aún poco tiempo de funcionamiento, pero sus primeros resultados marcan un escenario potencialmente funcional y versátil, probablemente con menores rigideces que las presentes en las grandes instituciones de banca de desarrollo…”.i

Por su parte, en el 2020, la Secretaría General de la Asociación Latinoamericana de Instituciones Financieras para el Desarrollo (ALIDE)ii, señaló que: “En estos momentos complejos, los bancos de desarrollo demuestran su especial relevancia en los países, en cumplimiento de tres de sus roles importantes: acción contracíclica, descentralización y dispersión de los recursos, y sostenimiento del aparato productivo y el empleo”.

La evaluación continua del impacto de este sistema es todo un desafío, así como su fortalecimiento, por lo cual, desde finales del año 2020, la Secretaría Técnica del SBD ha venido haciendo diferentes estudios técnicos con el objetivo de precisar el impacto que tienen las soluciones financieras del SBD, logrando concluir que el crecimiento de sus colocaciones crediticias impactan en el crecimiento de la actividad productiva.iii

En un país con aproximadamente 97% de su parque empresarial conformado, por mipymes o pympas, sobre las que recae cerca del 90% de la producción nacional, debemos ejecutar acciones contundentes que hagan que empresas y productores encuentren en el SBD a un aliado.

Por ello, si me preguntaran: ¿cómo hacemos patria en el SBD? contestaría sin dudarlo: El SBD tiene la misión de ser un instrumento ágil, versátil, que sirva de apoyo al parque empresarial pyme y a pequeños productores de todo el país, capaz de articular otras instituciones para dar servicios de tipo financiero, sea de crédito o capital semilla; así como servicios de índole no financiera, como capacitación, acompañamiento, reducción de requisitos gubernamentales, entre otros.

En los próximos años debemos fortalecer el SBD y en su lógica de sistema, paulatinamente acercar más los programas y servicios financieros a las empresas y productores, así como fortalecer el necesario binomio crédito y acompañamiento, que genere las condiciones para un parque empresarial más competitivo, sostenible y resiliente.






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