¿Hay campo para llenar la frecuencia celular libre?
Luis Valverde lvalverde@larepublica.net | Miércoles 02 marzo, 2011
Hacer una nueva subasta parece poco conveniente, pero Gobierno lo analizará
¿Hay campo para llenar la frecuencia celular libre?
Claro y Movistar podrían competir por la concesión aún no ocupada, para ampliar sus servicios
Cuando George Miley, presidente de la Superintendencia de Telecomunicaciones, se dispuso el pasado 7 de enero a recibir los sobres de las empresas interesadas en la apertura celular de Costa Rica, solo dos, Claro y Movistar, dieron un paso al frente… los demás participantes prefirieron quedarse sentados.
El desinterés de entrar en el juego en un mercado tan pequeño como el local, enfrentando a dos gigantes y con un operador como el Instituto Costarricense de Electricidad ya montado, fue parte de las razones que desmotivaron a las compañías, dejando a los costarricenses sin la posibilidad de recibir los servicios móviles de una tercera empresa.
Ahora, el Gobierno se encuentra ante la disyuntiva de si debe sacar a concurso el tercer grupo de frecuencias celulares que quedaron libres, o si simplemente deja el espacio libre para el futuro.
Este es un análisis que se dará en los próximos meses y posiblemente a final de año, cuando se espera que ya esté en vigencia la apertura celular, se tome una decisión, de acuerdo con Hannia Vega, viceministra de Telecomunicaciones.
No obstante, todo indica que al menos en el corto plazo efectuar un nuevo concurso podría resultar riesgoso y poco atractivo.
“No parece que el mercado costarricense sea lo suficientemente grande para tener cuatro operadores. Será el comportamiento del mercado el que determine en un futuro su viabilidad, pero definitivamente hoy, no parece pertinente”, puntualizó Fabio Masís, director ejecutivo de la Cámara de Infocomunicación.
Para determinar si es factible económicamente buscar el ingreso de otra compañía al mercado, el país deberá analizar varios aspectos. El primero de ellos es el costo administrativo que implicaría el nuevo concurso.
De momento no existe un aproximado de cuánto le ha costado el actual proceso de concesión al país en gastos administrativos de planeación y ejecución. Conocer este cálculo sería importante para determinar cuán rentable es una segunda licitación y si se pueden cobrar los $70 millones que inicialmente se les establecieron como mínimo a las empresas participantes.
El segundo peldaño será el de tomar en cuenta la penetración que exista al momento de lanzar la segunda licitación; es decir, la cantidad de celulares existentes de acuerdo con la población que haya en el país. Esto permitiría saber cuánto espacio hay disponible para una tercera empresa celular.
En la actualidad, solo el Instituto posee alrededor de 2 millones de clientes móviles, entre prepago y postpago, con una penetración que apenas ronda el 50% de la población y con servicios de Internet aún limitados que no llegan a más del 20% de los hogares, revela el último informe de Brecha Digital elaborado por la rectoría de Telecomunicaciones.
Durante los próximos cuatro años es posible que esta penetración sea duplicada con la llegada de Claro y Movistar, de acuerdo con los cálculos de empresas como la argentina Signals Telecom Consulting, lo cual dejaría poco espacio para una tercera compañía.
Otro de los aspectos que será necesario tomar en cuenta son los costos de los servicios, para determinar si a una tercera compañía le resulta rentable ingresar a la competencia, así como el tipo de servicios que se estén prestando y los que hagan falta.
En vista de que se trata de un grupo de frecuencias libre, el Gobierno tendría la obligación de sacarlo a concurso; de lo contrario se dejaría ocioso un valioso bien del Estado, comentó Róger Echeverría, analista en Telecomunicaciones.
No obstante, existe otra opción, como es licitar las frecuencias disponibles solo entre Claro y Movistar, para que puedan ampliar los respectivos servicios o cobertura. “Esto quizá sea lo más conveniente y factible”, agregó Echeverría.
De momento, ambas empresas están enfocadas en culminar el proceso de apertura por el cual participan. Para ello deben terminar con la instalación de torres celulares y la conexión de los enlaces de microonda, que permiten la comunicación entre radiobases y celulares.
Una vez terminado este paso, solo bastará el aval de la Contraloría para comenzar a ofrecer sus servicios.
Luis Valverde
lvalverde@larepublica.net
¿Hay campo para llenar la frecuencia celular libre?
Claro y Movistar podrían competir por la concesión aún no ocupada, para ampliar sus servicios
Cuando George Miley, presidente de la Superintendencia de Telecomunicaciones, se dispuso el pasado 7 de enero a recibir los sobres de las empresas interesadas en la apertura celular de Costa Rica, solo dos, Claro y Movistar, dieron un paso al frente… los demás participantes prefirieron quedarse sentados.
El desinterés de entrar en el juego en un mercado tan pequeño como el local, enfrentando a dos gigantes y con un operador como el Instituto Costarricense de Electricidad ya montado, fue parte de las razones que desmotivaron a las compañías, dejando a los costarricenses sin la posibilidad de recibir los servicios móviles de una tercera empresa.
Ahora, el Gobierno se encuentra ante la disyuntiva de si debe sacar a concurso el tercer grupo de frecuencias celulares que quedaron libres, o si simplemente deja el espacio libre para el futuro.
Este es un análisis que se dará en los próximos meses y posiblemente a final de año, cuando se espera que ya esté en vigencia la apertura celular, se tome una decisión, de acuerdo con Hannia Vega, viceministra de Telecomunicaciones.
No obstante, todo indica que al menos en el corto plazo efectuar un nuevo concurso podría resultar riesgoso y poco atractivo.
“No parece que el mercado costarricense sea lo suficientemente grande para tener cuatro operadores. Será el comportamiento del mercado el que determine en un futuro su viabilidad, pero definitivamente hoy, no parece pertinente”, puntualizó Fabio Masís, director ejecutivo de la Cámara de Infocomunicación.
Para determinar si es factible económicamente buscar el ingreso de otra compañía al mercado, el país deberá analizar varios aspectos. El primero de ellos es el costo administrativo que implicaría el nuevo concurso.
De momento no existe un aproximado de cuánto le ha costado el actual proceso de concesión al país en gastos administrativos de planeación y ejecución. Conocer este cálculo sería importante para determinar cuán rentable es una segunda licitación y si se pueden cobrar los $70 millones que inicialmente se les establecieron como mínimo a las empresas participantes.
El segundo peldaño será el de tomar en cuenta la penetración que exista al momento de lanzar la segunda licitación; es decir, la cantidad de celulares existentes de acuerdo con la población que haya en el país. Esto permitiría saber cuánto espacio hay disponible para una tercera empresa celular.
En la actualidad, solo el Instituto posee alrededor de 2 millones de clientes móviles, entre prepago y postpago, con una penetración que apenas ronda el 50% de la población y con servicios de Internet aún limitados que no llegan a más del 20% de los hogares, revela el último informe de Brecha Digital elaborado por la rectoría de Telecomunicaciones.
Durante los próximos cuatro años es posible que esta penetración sea duplicada con la llegada de Claro y Movistar, de acuerdo con los cálculos de empresas como la argentina Signals Telecom Consulting, lo cual dejaría poco espacio para una tercera compañía.
Otro de los aspectos que será necesario tomar en cuenta son los costos de los servicios, para determinar si a una tercera compañía le resulta rentable ingresar a la competencia, así como el tipo de servicios que se estén prestando y los que hagan falta.
En vista de que se trata de un grupo de frecuencias libre, el Gobierno tendría la obligación de sacarlo a concurso; de lo contrario se dejaría ocioso un valioso bien del Estado, comentó Róger Echeverría, analista en Telecomunicaciones.
No obstante, existe otra opción, como es licitar las frecuencias disponibles solo entre Claro y Movistar, para que puedan ampliar los respectivos servicios o cobertura. “Esto quizá sea lo más conveniente y factible”, agregó Echeverría.
De momento, ambas empresas están enfocadas en culminar el proceso de apertura por el cual participan. Para ello deben terminar con la instalación de torres celulares y la conexión de los enlaces de microonda, que permiten la comunicación entre radiobases y celulares.
Una vez terminado este paso, solo bastará el aval de la Contraloría para comenzar a ofrecer sus servicios.
Luis Valverde
lvalverde@larepublica.net