Horacio Elizondo, fichaje de lujo del arbitraje nacional

Horacio Elizondo, exárbitro mundialista argentino de fama y trayectoria universal, fue escogido como nuevo Presidente de la Comisión de Arbitraje nacional.

Las credenciales de don Horacio hacen de esta escogencia una selección de lujo, de parte de la Federación Costarricense de Fútbol, de manera que hay que aplaudir y apoyar la decisión.

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Si nos extraña que se perdieran muchísimos, pero muchísimos años sin que la Comisión de Arbitraje de nuestro país, no estuviera al mando de quién, no solo la merecía, sino que pudo darle a esa entidad el respeto, los conocimientos y el profesionalismo que urgía y requería. Desde luego que nos referimos al Ing. Luis Paulino Siles, al que nunca le quisieron cancelar un módico salario que pedía por sus servicios.

Los jerarcas de la Comisión de Arbitraje trabajaron “ad honorem”, don Luis Paulino, con cuatro profesiones en su currículo personal, valoró sus conocimientos y trayectoria como silbatero FIFA y decidió cobrar por sus servicios, lo que le cerró muchos años la oportunidad de dirigir administrativamente el arbitraje nacional.

Entendemos que para el señor Elizondo, sí se presupuestó un salario mensual millonario que suponemos, por su trayectoria, lo merece.

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Desde luego que hay que esperar a que se aclaren los nublados del día para conocer y sobre todo valorar en qué consiste el trabajo de Elizondo.

Le alaban de que tiene mucha experiencia en la implementación de proyectos de VAR. No sabemos si es que lo consigue fiado o a pagar a plazos, porque lo de tener o no tener VAR es un asunto meramente económico, que no depende, para contar con su aporte y auxilio en el campeonato, de la sabiduría del argentino.

Es sabido que Osael Maroto, presidente de la Federación, desea profesionalizar el arbitraje y meter a los árbitros en la planilla de la Casa de los Sustos. Esta es una gran idea y suponemos que don Héctor lo asesorará en este aspecto.

Elizondo reconoce que sabe muy poco del árbitraje nacional. Tendrá entonces que asistir a los juegos a supervisar los trabajos de sus discípulos y mientras se acomoda, asistentes suyos escogerán a los jueces de cada jornada. Tampoco sabemos si entre sus obligaciones está realizar y calificar pruebas físicas a los silbateros y actualizarlos con exámenes y tareas que tengan que ver con el reglamento.

Apoyamos la escogencia de Elizondo, pero no tenemos nada claras sus obligaciones.

gpandolfo@larepublica.net