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FORO DE LECTORES


Imperativa inversión forestal

Carlos Manuel Rodríguez ministro@minae.go.cr | Miércoles 09 octubre, 2019

Carlos Manuel Rodríguez

  • Costa Rica es ejemplo para el mundo por la inversión que destina a resguardar su biodiversidad, sus reservas de carbono, el desarrollo rural y combatir la deforestación tropical



Los incendios registrados recientemente en las selvas del mundo, y el negativo impacto ecológico que sufrirá la humanidad a raíz de la degradación forestal que se ha provocado, ponen una vez más de manifiesto la responsabilidad de los Estados en la conservación local de los ecosistemas forestales, no como una acción meramente nacionalista sino, enfocada en que cada país sea un eslabón más de la cadena que sostiene el futuro ambiental del planeta.

Hoy, en medio de estos incendios forestales en distintas latitudes, nos sentimos con propiedad para dirigir la atención del mundo a Costa Rica, una nación centroamericana que, además de ser uno de los países socialmente más progresistas y estables de América, también se ha ganado el reconocimiento internacional en el área de la conservación y manejo ambiental, no solo por su biodiversidad y atractiva naturaleza autóctona, sino por la lucha constante y activa que la sociedad costarricense libra en contra del calentamiento global provocado por la deforestación y la degradación forestal, sin descuidar las necesidades socioeconómicas de la población ni el desarrollo del país.

Por ejemplo, el Estado costarricense invierte más de $65 millones anuales en el manejo y administración de las Áreas Silvestres Protegidas y paisajes rurales, y $35 millones adicionales que se destinan a los pequeños y medianos productores forestales que conservan los bosques en el marco del Programa de Pago por Servicios Ambientales (PSA), desarrollado con éxito desde 1997, y que decidimos fortalecerlo con otros $62 millones de dólares provenientes de créditos con el Banco Mundial.

Fuente y año de los $62 millones

Estos fondos públicos hacen que la protección del bosque, la reforestación, la regeneración natural y la rehabilitación del paisaje por medio de los sistemas agroforestales, permitan la reducción de emisiones de carbono de forma eficiente, y que se convierta en una solución inclusiva de desarrollo (rural) comunal, pues se han diseñado para proveer beneficios a la población local con especial énfasis en pequeñas parcelas campesinas y comunidades indígenas, cuyas oportunidades laborales y productivas se potencian con la implementación de las acciones. Tomemos en cuenta que un alto porcentaje de la cobertura forestal costarricense es propiedad de pequeños y medianos productores privados y comunidades indígenas. A estos últimos, se les ha trasladado aproximadamente $57 millones desde 1997 hasta el 2018 para la creación y desarrollo de capacidades colectivas por el servicio que fijación de carbono que prestan sus bosques.

Como resultado de este esfuerzo estatal, Costa Rica es uno de los pocos países que ha logrado revertir los procesos de deforestación y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), proceso vital para combatir el cambio climático. Es precisamente en este marco de acción que se dan medidas directas de preservación como la Estrategia Nacional de Manejo Integral del Fuego en Costa Rica 2012-2021, orientada al mejor tratamiento de los incendios forestales, tanto naturales como provocados.

Proteger esos bosques no solo asegura el bienestar de las personas, sino de toda forma de vida alrededor del planeta. Somos conscientes de que mantener a salvo ese 6% de la biodiversidad mundial que yace en Costa Rica, y sostener nuestras reservas de carbono como lo hacemos, puede verse costoso en otros países, cuya inversión en el cuido forestal --proporcionalmente hablando-- ni siquiera se compara con la nuestra. Sin embargo, ese valor se justifica de sobra porque, al final, el resultado de nuestra inversión es comparable con un producto gourmet, que se respalda en miles de pequeños productores, y gracias a la excelente relación de costo-beneficio del mecanismo y la ostensible transparencia en la rendición de cuentas a los contribuyentes e inversores.

Inversión fructífera

Nuestro caso de éxito se reconoce alrededor del mundo. El empeño que ponemos en aplicar medidas directas, efectivas y consecuentes, tanto políticas, sociales y económicas, ha demostrado que la protección forestal sostenible no puede verse solo como un asunto comercial.

Para revertir la deforestación que azota a muchos países es necesario maximizar el valor agregado que se obtiene con el aprovechamiento de los distintos recursos, pero asegurando, a la vez, que estos no se deterioren ni se agoten. Es decir, que las políticas de desarrollo económico sean compatibles con la conservación de la riqueza natural con la que cuenta el país. Gracias a esta visión, somos un “laboratorio” donde se generan modelos idóneos para la conservación y el aprovechamiento de los bosques.

Los anteriores ejemplos de nuestro compromiso con la protección de los bosques son una pequeña muestra de lo mucho que las naciones pueden hacer por sus reservas forestales. Hoy, Costa Rica es un punto de referencia mundial cuando se trata de inversión y procesos participativos para la conservación de los recursos forestales: se reconoce y admira a nuestro pequeño país. Y seguiremos manteniendo nuestros objetivos, invirtiendo en un mejor futuro al que llegaremos por un camino de huellas verdes y a la sombra de los árboles.

Los bosques representan un 30% de la solución al cambio climático, pero solo se dedica un 2% de los presupuestos institucionales a su conservación. Por esas razones, Costa Rica hace un llamado en especial a los países industrializados y a las agencias multilaterales, para que los montos establecidos por tonelada de dióxido de carbono reducida sean mucho mayores a los actuales, para favorecer la acción climática y la conservación. Con esto, no solo solo se estarían conservando, sino que se apoyarían los ecosistemas y los servicios que estos proveen, y se atenderían desafíos como la lucha contra el cambio climático, que impacta a las sociedades mundiales, la seguridad alimentaria y el riesgo a desastres, con soluciones que incorporan al hombre y la naturaleza.

En estos momentos de angustia por la deforestación de grandes zonas verdes de la Tierra, ”pulmones” para nuestro planeta, las voces costarricenses se alzan en un llamado urgente a que todas las naciones se unan a nuestra labor… solo haciéndolo hoy es que podremos hablar de un mañana mejor.











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