Impuestos frenan industria aeroespacial
Natasha Cambronero redaccion@larepublica.net | Miércoles 02 febrero, 2011
Firma de Franklin Chang en el país contrae operaciones ante pago excesivo de tributos
Impuestos frenan industria aeroespacial
Altas tasas impositivas impiden la contratación de más personal y el traslado de más operaciones de Ad Astra en Houston a Costa Rica
Hace seis años, el astronauta costarricense Franklin Chang trasladó parte de las operaciones de su empresa Ad Astra Rocket al país, con la intención de que Costa Rica incursionara en la industria aeroespacial.
Sin embargo, el sueño de Chang de que ingenieros ticos participen en el diseño y construcción del motor de plasma se ha visto mermado.
Ello debido a que cuando intenta ampliar sus operaciones en suelo nacional, las altas tasas impositivas se lo impiden.
Principalmente, tiene que dar marcha atrás en sus intenciones cuando busca traer nuevos equipos, pues cada aparato representa un costo muy alto que la empresa no puede darse el lujo de atender.
“Por el último equipo que trajimos, tuvimos que pagar $20 mil, este es un monto muy alto para una empresa de investigación y desarrollo que no genera dividendos, pues todavía no producimos nada. Sobrevivimos solo con los recursos que nos envía nuestra casa matriz en Houston, Estados Unidos, y algunas charlas y seminarios que impartimos sobre los proyectos que estamos realizando”, explicó Ronald Chang, director ejecutivo de Ad Astra en el país.
Al año, en promedio esta compañía paga entre $20 mil y $30 mil solo en impuestos, monto que alcanzaría para contratar dos ingenieros y por ende agilizar el proceso de investigación.
Así mismo, el tema tributario ha impedido que Chang traiga al país otros procesos operativos que Ad Astra tiene en su casa matriz en Houston.
“En Costa Rica solo tenemos el 10% de las operaciones y básicamente están aquí porque Franklin así lo ha querido, su amor por Costa Rica es muy grande, pues en Houston se podría hacer lo mismo que se hace aquí y saldría mucho más barato”, añadió Ronald Chang.
La problemática se sustenta en que el Ministerio de Hacienda no cuenta con una regulación arancelaria diferente para las empresas de investigación y desarrollo como Ad Astra, y por ende estas deben pagar todos los impuestos como cualquier empresa, pese a no generar dividendos.
La única opción sería formar parte de una zona franca; sin embargo, la firma de Chang no tiene los recursos económicos para cumplir con los requerimientos que eso significaría.
Además, no podría cobrar por las charlas y seminarios que realizan con ingenieros en diferentes partes del país, lo cual reduciría aún más los recursos con que cuenta Ad Astra para operar en suelo nacional.
“No podemos darnos el lujo de no cobrar honorarios por servicios profesionales, porque ello nos genera buenos ingresos, lo que pasa es que a nivel internacional, una empresa como la nuestra tendría que pagar cero impuestos; no obstante, en el país ocurre todo lo contrario y esa medida lo que hace es desincentivar la investigación y el desarrollo”, explicó Chang.
De momento, Ad Astra continúa con las investigaciones para el diseño y construcción del motor de plasma y espera este año cumplir con la segunda de cinco etapas para ser proveedor de la NASA. Esta segunda fase consiste en presentar los documentos que comprueben el diseño preliminar del proyecto.
Natasha Cambronero
ncambronero@larepublica.net
Impuestos frenan industria aeroespacial
Altas tasas impositivas impiden la contratación de más personal y el traslado de más operaciones de Ad Astra en Houston a Costa Rica
Hace seis años, el astronauta costarricense Franklin Chang trasladó parte de las operaciones de su empresa Ad Astra Rocket al país, con la intención de que Costa Rica incursionara en la industria aeroespacial.
Sin embargo, el sueño de Chang de que ingenieros ticos participen en el diseño y construcción del motor de plasma se ha visto mermado.
Ello debido a que cuando intenta ampliar sus operaciones en suelo nacional, las altas tasas impositivas se lo impiden.
Principalmente, tiene que dar marcha atrás en sus intenciones cuando busca traer nuevos equipos, pues cada aparato representa un costo muy alto que la empresa no puede darse el lujo de atender.
“Por el último equipo que trajimos, tuvimos que pagar $20 mil, este es un monto muy alto para una empresa de investigación y desarrollo que no genera dividendos, pues todavía no producimos nada. Sobrevivimos solo con los recursos que nos envía nuestra casa matriz en Houston, Estados Unidos, y algunas charlas y seminarios que impartimos sobre los proyectos que estamos realizando”, explicó Ronald Chang, director ejecutivo de Ad Astra en el país.
Al año, en promedio esta compañía paga entre $20 mil y $30 mil solo en impuestos, monto que alcanzaría para contratar dos ingenieros y por ende agilizar el proceso de investigación.
Así mismo, el tema tributario ha impedido que Chang traiga al país otros procesos operativos que Ad Astra tiene en su casa matriz en Houston.
“En Costa Rica solo tenemos el 10% de las operaciones y básicamente están aquí porque Franklin así lo ha querido, su amor por Costa Rica es muy grande, pues en Houston se podría hacer lo mismo que se hace aquí y saldría mucho más barato”, añadió Ronald Chang.
La problemática se sustenta en que el Ministerio de Hacienda no cuenta con una regulación arancelaria diferente para las empresas de investigación y desarrollo como Ad Astra, y por ende estas deben pagar todos los impuestos como cualquier empresa, pese a no generar dividendos.
La única opción sería formar parte de una zona franca; sin embargo, la firma de Chang no tiene los recursos económicos para cumplir con los requerimientos que eso significaría.
Además, no podría cobrar por las charlas y seminarios que realizan con ingenieros en diferentes partes del país, lo cual reduciría aún más los recursos con que cuenta Ad Astra para operar en suelo nacional.
“No podemos darnos el lujo de no cobrar honorarios por servicios profesionales, porque ello nos genera buenos ingresos, lo que pasa es que a nivel internacional, una empresa como la nuestra tendría que pagar cero impuestos; no obstante, en el país ocurre todo lo contrario y esa medida lo que hace es desincentivar la investigación y el desarrollo”, explicó Chang.
De momento, Ad Astra continúa con las investigaciones para el diseño y construcción del motor de plasma y espera este año cumplir con la segunda de cinco etapas para ser proveedor de la NASA. Esta segunda fase consiste en presentar los documentos que comprueben el diseño preliminar del proyecto.
Natasha Cambronero
ncambronero@larepublica.net