Incontinencia urinaria: cómo proteger a sus hijos desde pequeños para prevenirla en el futuro

El suelo pélvico, una estructura compuesta por músculos y tejidos que sostiene los órganos pélvicos y proporciona estabilidad corporal, desempeña un rol crucial en la salud general.

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Sin embargo, la falta de atención a su cuidado desde edades tempranas puede desencadenar graves problemas en la adultez, como la incontinencia urinaria, una condición común y debilitante.

La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina, un problema que afecta a millones de personas en todo el mundo y que puede variar en severidad.

Las causas incluyen el debilitamiento del suelo pélvico, daños nerviosos, infecciones urinarias y en algunos casos, condiciones médicas como la diabetes, de acuerdo con Fabiola Fonseca, fisioterapeuta del Hospital Metropolitano.

“Es fundamental empezar a cuidar el suelo pélvico desde los primeros años de vida para prevenir problemas futuros y asegurar un desarrollo saludable. Muchas complicaciones que observamos en la adultez se originan en hábitos adquiridos durante la niñez”, detalló Fonseca

En este sentido, prácticas como la retención urinaria y fecal, o una gestión incorrecta de la presión abdominal, pueden afectar negativamente el desarrollo del suelo pélvico, predisponiendo a la incontinencia urinaria más adelante en la vida.

A esto se suma otro factor adicional como lo es la presión social para que los niños dejen el pañal antes de estar física y emocionalmente preparados, lo que puede ser perjudicial para su desarrollo pélvico.

“Forzar a los niños a dejar el pañal sin la autonomía física y emocional adecuada puede generar problemas que afecten su desarrollo pélvico”, advierte la experta, quien recomienda que antes de iniciar este proceso de transición, los niños desarrollen ciertas habilidades motoras y comunicativas, como subir escaleras o expresarse verbalmente.

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Además, es fundamental que, para garantizar un adecuado desarrollo del suelo pélvico, los padres y cuidadores adopten un enfoque positivo y relajado al enseñar hábitos de higiene a los niños.

“Comentarios despectivos como ‘qué feo huele’ o ‘qué asco’ sobre la orina o las heces pueden crear bloqueos emocionales que interfieran con el desarrollo saludable del suelo pélvico”, añadió Fonseca.

Ante este escenario es importante estar atentos a síntomas y señales de alerta más comunes como la pérdida involuntaria de orina al reír, toser, estornudar o realizar esfuerzos físicos.

También a la sensación constante de urgencia para orinar, incluso con la vejiga casi vacía, así como a la frecuencia urinaria alta, en la que se hace necesario ir al baño más de ocho veces al día.

El tratamiento de la incontinencia urinaria varía según la causa y la severidad del problema.

Las opciones incluyen fisioterapia especializada en suelo pélvico, ejercicios de Kegel, cambios en la dieta y estilo de vida, medicación y, en algunos casos, cirugía, por lo que consultar a un profesional de la salud se vuelve trascendental.

“Si experimenta síntomas de incontinencia urinaria, es esencial buscar ayuda médica lo antes posible. Los especialistas en urología y fisioterapia pueden proporcionar un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado. Además, se recomienda a los padres consultar a un fisioterapeuta pediátrico para asesorarse sobre el cuidado del suelo pélvico de sus hijos desde la niñez como una medida preventiva a largo plazo”, finalizó Fonseca.