Innovación tecnológica en el transporte público
Bernal Rodríguez redaccion@larepublica.net | Miércoles 01 noviembre, 2023
Bernal Rodríguez
Presidente de CANABUS
Recientemente se realizó el VI Congreso Internacional de Regulación promovido por la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos. Muchos temas como siempre interesantes, señalando las rutas por venir y sobre todo los retos. En esta misma línea quisiera presentar algunas ideas sobre cómo incide la innovación en la prestación de los servicios públicos, en específico para el caso del pago electrónico en el transporte público.
El transporte público como es bien conocido, es una industria fundamental en cualquier sociedad, y su correcto funcionamiento es esencial para la movilidad y calidad de vida de los ciudadanos. Sin embargo, en muchas ocasiones, este sector se ha caracterizado por moverse lentamente en términos de innovación y adaptación a las necesidades cambiantes de la población. En el caso de Costa Rica, como en muchas otras partes del mundo, existen desafíos significativos en el ámbito del transporte público. La alta inversión en infraestructura, la necesidad de un enfoque a largo plazo y los conflictos entre operadores y reguladores son factores que han generado problemas en la calidad del servicio, afectando directamente a los usuarios. Es en este contexto donde la tarifa cobra un papel fundamental, pues esta resume con especial inteligencia el tipo de relaciones y de organización en la cual está inserto el transporte público.
El Centro de los incentivos: La Tarifa
En la teoría económica el tema de los incentivos es nuclear, pues sobre estos descansan las decisiones y la conducta de los agentes económicos. Encontrar en la tarifa entonces las explicaciones a comportamientos reales y cotidianos de la operación del sistema es válido y además se sustenta en una herramienta realmente poderosa. La tarifa en el transporte público es el corazón del sistema, ya que es el factor que influye directamente en la toma de decisiones de los reguladores, operadores y usuarios. Es el componente que define los costos, los márgenes de beneficio, las inversiones, la calidad del servicio y variables económicas y financieras trascendentales.
Contar con unas tarifas bajas no ayudan a sostener el sistema de transporte, a menos que exista algún subsidio con cargo a alguna fuente de financiamiento, asunto que en el caso de nuestro país no existe, al menos en el transporte por autobús. Tener tarifas altas, tampoco ayuda a invitar al usuario al uso del sistema, a fidelizarlo y tenerlo presente de forma regular; pero más allá de estos niveles, lo importante es que introduzcamos un concepto valorativo en este análisis, el concepto de tarifa justa. Para ir hacia allí, el centro de la construcción de este precio justo debe tener al usuario exactamente en esa posición especial, justamente para garantizar la existencia de un sistema de tarifas justas que logre equilibrar los costos operativos con la accesibilidad para los ciudadanos, asegurando que el servicio sea asequible y de alta calidad.
El Rol de los Reguladores y Operadores
Los reguladores y operadores desempeñan un papel esencial en la determinación de las tarifas y la calidad del transporte público. Sin embargo, en muchos casos, existe un conflicto de intereses entre ambas partes. Los reguladores deben velar por el interés público, asegurando que se brinde un servicio de calidad a precios justos. Los operadores, por otro lado, buscan maximizar sus beneficios. Este conflicto de intereses puede llevar a tarifas injustas y una baja calidad de servicio.
Para superar este problema, es esencial fomentar un diálogo constante y constructivo entre los reguladores y operadores. Ambas partes deben entender que el éxito a largo plazo de la industria del transporte público depende de la satisfacción de los usuarios. Esto significa que la tarifa no debe ser vista como un mero instrumento para obtener ganancias, sino como una herramienta para brindar un servicio de calidad que beneficie a la comunidad en su conjunto.
El camino hacia un cambio institucional
Lograr un sistema de tarifas justas en el transporte público de Costa Rica implica un proceso de cambio institucional. Esto requiere la implementación de políticas y prácticas que fomenten la transparencia, la rendición de cuentas y la eficiencia en la toma de decisiones. Un paso crucial en esta dirección es la implementación de un sistema de control confiable que supervise y evalúe de manera constante la calidad del servicio y el cumplimiento de las tarifas establecidas.
Además, la introducción de sistemas de pago electrónico de tarifas puede ser una solución efectiva. Esto no solo facilita la recaudación de tarifas, sino que también proporciona datos valiosos que pueden convertirse en información pública. Estos datos pueden utilizarse para evaluar el rendimiento de los operadores, identificar áreas de mejora y, en última instancia, mejorar la calidad del servicio.
Tengamos en cuenta algunos datos inexistentes hasta ahora y que emergen del sistema gracias al sistema de pago electrónico con el cual contamos hoy. Según datos de la Intendencia de Transportes de la ARESEP, el transporte público aporta cerca del 0,5% del PIB anual y moviliza más de 1,3 millones de personas mensuales a lo largo y ancho del territorio nacional; es decir, el impacto del sistema es significativo en lo social y territorial. Pero, por suerte ahora podemos tener un poco mayor de profundidad en nuestro análisis, gracias al pago electrónico. En este momento existen más de diez empresas autobuseras conectadas al sistema que gestiona el Banco Central de Costa Rica y poco a poco se van uniendo más a esta innovación de pago. Hay más de trescientos validadores funcionando y generando más de veinticinco mil transacciones diarias, es decir, más de mil transacciones por hora, estas son transacciones que minuto a minuto y segundo a segundo van generando información valiosa para el mejoramiento del nuestro sistema de transporte, el cual debemos reiterarlo y recordarlo siempre, debe estar centrado en el usuario.
Geográficamente podemos decir que la adhesión al sistema de pago electrónico acontece en zonas tan diversas como Grecia, Guarí, Heredia Centro, Mercedes Sur, El Guarco, Cartago, Belén, Sabana, Coronado, Moravia, Tres Ríos, Tuetal, Alajuela Centro. Hasta agosto se realizaron más de cinco millones de transacciones, cuyo valor asciende a más de dos mil millones de colones. Ese dinero ya no circula en metálico, sino que fue transformado en transacciones electrónicas. Esta básica información no estaba antes disponible y ahora es manifiesta por la presencia de la combinación de la innovación a través de las tecnologías de medios de pago. Aquí es donde se puede tener un excelente ejemplo de innovación en los servicios públicos.
¿Cómo impulsar entonces la innovación de los servicios públicos?
Si bien la tecnología es posible obtenerla o construirla y no se trata de desmeritar la importancia de este rol en el proceso de innovación, en gran medida, para impulsar la innovación en los servicios públicos, es necesario contar con una institucionalidad sólida, con reglas de negocio claras, responsabilidades establecidas y el respecto al proceso que se acuerda por llevar adelante; es decir, crear una nueva gobernanza. La innovación no es solo cuestión de tecnología, es más de procesos y políticas, de aquellas que justamente fomenten un entorno propicio para el desarrollo y la adopción de soluciones innovadoras.
Al abordar la innovación en los servicios públicos, es importante considerar varios aspectos metodológicos clave:
¿Hacia dónde voy con esto que impulso?
Esto implica definir claramente qué se espera lograr con las innovaciones y cómo beneficiarán a la sociedad en general, y en especial a la triada Estado-Usuario-Operador. En el caso del transporte público, el objetivo podría ser mejorar la eficiencia, reducir los costos, aumentar la accesibilidad o proporcionar un servicio de mayor calidad, mejorar el desempeño del sistema y robustecer la operación del mismo.
¿Cómo establezco responsabilidades?
La responsabilidad es esencial en la implementación de innovaciones en los servicios públicos. Debe establecerse una clara asignación de responsabilidades entre las partes involucradas, ya sean reguladores, operadores, proveedores de tecnología o ciudadanos. Esto garantiza que las innovaciones se desarrollen y operen de manera efectiva y que se rindan cuentas en caso de problemas. En el caso del pago electrónico el avance que se tiene se ha logrado con apego a una ley, sino basado en el respecto de convenios signados por reguladores, rectores, ministerios y operadores. Ese andamiaje fue lo suficientemente robusto para llevar el proyecto hasta donde está en este momento.
Crear un ambiente ganar-ganar
Fomentar un ambiente de beneficio mutuo es fundamental. Las innovaciones en los servicios públicos deben diseñarse de manera que todos los actores involucrados se beneficien de alguna manera. En el caso del pago electrónico paga el usuario pues ahora tiene un medio de pago fácil, rápido y seguro, gana el autobusero pues se ahorra tener que buscar “el menudo” para los usuarios, tiene el recaudo asegurado y menores costos de tesorería, gana los reguladores y rectores porque cuentan con un fuente de información de la cual cada vez tiene más volumen, que se obtiene velozmente, que es variada, veraz y que aporta mucho valor en la construcción de mejor regulación y gestión de las políticas públicas.
¿Cómo se diseña esa tecnología para ofrecer esa innovación?
El diseño de la tecnología desempeña un papel crucial en la implementación de innovaciones en los servicios públicos. Debe ser eficiente, segura y capaz de satisfacer las necesidades específicas de la industria en cuestión. En el caso del transporte público, la tecnología utilizada para el pago electrónico de tarifas, por ejemplo, es fácil de usar, es confiable y compatible con otros sistemas, además que se vincula con el sistema financiero nacional de una forma que permite explotar las economías de escala y generar transferencia de conocimiento.
Por tanto, la innovación tecnológica y su aplicación en los servicios públicos es posible y deseable. En el caso del sistema de pago electrónico del transporte público de Costa Rica fue necesario colocar en el centro al usuario, construir una gobernanza robusta, construir una tecnología moderna que permitió replicar el ambiente de ganar-ganar y respetar el proceso acordado entre las partes. La inclusión de una gobernanza robusta y transparente es fundamental para llevar la innovación tecnológica a los servicios públicos.