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Innovación y RAC: centros de arbitraje en Latinoamérica

Dyalá Jiménez dyala.jimenez@comex.go.cr | Martes 22 noviembre, 2016


En Costa Rica tenemos varios centros RAC con diversos públicos meta. Cada uno tiene potencialidades distintas

Innovación y RAC: centros de arbitraje en Latinoamérica

Dyalá Jiménez Figueres

La innovación significa anticipar las necesidades futuras y crear soluciones para esas necesidades. Aplicada al arbitraje, la innovación generalmente significa ofrecer nuevos servicios a los usuarios que beneficiarán a esos usuarios en términos de previsibilidad, eficiencia y efectividad. En ese contexto, la creciente competencia en los servicios de arbitraje en el mundo impulsa a: a) mejoras por parte de las instituciones de arbitraje, b) rendición de cuentas por parte de los árbitros y los abogados y, en general, c) la necesidad de reforzar la legitimidad del sistema de “justicia privada” en su conjunto.
Entre mejor es el arbitraje como institución de resolución de conflictos, más satisfechos estarán los usuarios y menos casos terminarán en los tribunales de justicia, lo que permitiría reducir la mora judicial.
Quisiera compartir parte de una exposición que realicé recientemente en un seminario que se efectuó en Fordham University, Nueva York. Nuestro panel llevaba como título “Arbitraje en Latinoamérica, ¿hemos innovado o estamos alcanzando al resto del mundo?”. Mi aporte se centró en describir cómo están respondiendo las instituciones latinoamericanas encargadas de manejar casos internacionales/regionales a las necesidades de innovación. Se trata aquí de arbitraje en el ámbito puramente comercial.
En particular, quise medir el comportando en relación con tres temas: uso de la tecnología, diversidad en sus listas de árbitros y publicación de estadísticas. Las instituciones globales también han trabajando en estos tres aspectos, en menor o mayor medida. El cuestionario fue enviado a 18 instituciones de arbitraje de varios países de América Latina en octubre de 2016. Se trataba de una encuesta en línea que contenía algunas preguntas sencillas, lo que la hizo muy amistosa. De hecho, todas menos una de las instituciones completaron el cuestionario.
Los resultados proporcionaron una visión general del desarrollo institucional en las tres áreas cubiertas: uso de la tecnología en las notificaciones y las comunicaciones entre el centro, las partes y los árbitros, así como uso de videoconferencias para interrogatorios y audiencias; diversidad en las listas de árbitros, en términos de inclusión de profesionales extranjeros, profesionales entre las edades de 30 a 50 años y mujeres; y, por último, publicación de información estadística en cuanto al número de casos, montos de las disputas, tipos de disputas, entre otros. Estos tres temas se escogieron porque apuntan a: a) la eficacia y eficiencia en el manejo de los casos de arbitraje, b) una mayor y mejor oferta de profesionales y c) transparencia.
Los resultados arrojaron que, con algunas excepciones, las instituciones de la región están bastante al día con el uso de la tecnología: casi todas tienen el expediente en versión electrónica, aunque casi todas tienen respaldo físico del expediente, por ejemplo; y todas menos una ofrecen servicios para videoconferencia. Esto es digno de elogio, ya que hace pocos años las notificaciones todavía eran personales en la mayoría de los países, y los árbitros y los abogados tenían que visitar los centros para estudiar los expedientes. Ello significa un verdadero desperdicio del uso del tiempo de los profesionales, además de una contribución a la contaminación del medio ambiente.
En términos de diversidad en las listas, las instituciones tienen listas relativamente diversas en cuanto a género y edad, con un poco menos diverso en términos de árbitros extranjeros. En cuanto a la primera, el porcentaje promedio de mujeres en las listas es del 18%, lo que probablemente es mayor que las estadísticas a nivel mundial, con excepción de la ICC (alrededor de 20%). Desafortunadamente, no hay duda de cuántas mujeres son nombradas en estos casos.
Por lo general, cuanto más altas son las posibilidades de designar árbitros que participan en el arbitraje internacional, mayores serán las posibilidades de que la cultura internacional, que tiende a ser más flexible, penetre en los procedimientos institucionales nacionales. También ayuda a involucrar a personas que no van a ser presionadas y/o influenciadas por los casos nacionales a la hora de tomar las decisiones.
Por último, en lo que respecta a la publicación de estadísticas, aquí es donde las instituciones de América Latina son francamente débiles. Contar con estadísticas es algo que se hace generalmente en menor medida en América Latina en comparación con otras regiones, y es una lástima. Cuanta más información esté disponible públicamente, más transparente será la institución. Además, si las instituciones recopilaran estadísticas, podrían ser más eficientes, más eficaces y ganar en competitividad, ya que podrían identificar sus debilidades y responder a las tendencias del mercado. Dicho lo anterior, de los centros de la muestra hay instituciones que publican mucha más información que algunas instituciones globales, por lo que el desafío es para todas.
En Costa Rica tenemos varios centros RAC con diversos públicos meta. Cada uno tiene potencialidades distintas y, usando los mejores centros regionales como vara de medir, deben innovar constantemente para fortalecer el arbitraje en nuestro país.

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