Intercambio de postales invadió principales centros comerciales
Javier Carvajal jcarvajal@larepublica.net | Viernes 13 abril, 2018
La fuerte lluvia del sábado por la tarde no impidió a los coleccionistas del álbum Panini del mundial de Rusia 2018 asistir a los quioscos de PupyiD en diferentes centros comerciales del país para intercambiar sus postales repetidas.
Los seguidores del álbum se adueñaron de los pasillos de los principales centros comerciales como Multiplaza de Escazú, City Mall, Mall San Pedro, Multicentro y Terramall; cuando al marcar el reloj las 3 p.m. comenzó el intercambio de postales que se mantuvo por más de cinco horas y finalizó hasta la hora de cierre de los diferentes establecimientos.
ACCIÓN estuvo presente en Multiplaza Escazú, y recorrió varias de las zonas de intercambio.
Una mesa alargada con un mantel negro se colocó en medio de un pasillo, los mazos de postales se acumularon sobre ella, así como el cúmulo de personas simulando un mercado persa.
Sin embargo, el piso, las bancas y prácticamente cualquier rincón era ideal como centro de intercambio, uniendo a desconocidos provenientes de todas partes.
Las personas preguntaban si tenía postales repetidas, niños, adultos, todos buscaban conseguir un trueque que les ayudara a estar un paso más cerca del objetivo.
Los fajos de postales repetidas pasaban de mano en mano y la mirada se fijaba en aquellas cuyo valor eran mayor; no monetario, ya que todas tienen un costo de fábrica de ¢90, pero en la calle este aumenta si es un escudo, equipo o jugador codiciado, llámese Ronaldo o Messi. También tenía un costo más elevado la Copa Mundial, la mascota Zabivaka, el balón Adidas Telstar o el sticker de Fair Play de la FIFA.
“Esta me sirve... ¿cuántas mías ocupa?”, decían algunos, aunque se sentía el temor de no conciliar el trato ante la alta demanda.
Quienes contaban con más postales repetidas llevaban las de ganar.
Al final, todos se convirtieron en empresarios con experiencia en negocios en un evento en el que los cambios, ventas y arreglos fueron grandes protagonistas.
Cuando surgía un déficit de pegatinas en el intercambio, había que buscar la venta para no irse con las manos vacías.
El funcionamiento y dinámica son más complejos de lo que aparentan.
Quienes estaban inmersos en el centro del huracán, hacían las del camaleón y con su visión debían asegurarse que ningún amigo de lo ajeno se apoderara de alguna postal en medio del tumulto de manos.
Muchos aprovecharon para realizar ventas de postales en vez de intercambios y de esta manera recuperar parte del dinero invertido en sobres; ya que, vendían sus postales a ¢100.
Otros solo intercambiaban y algunos solo compraban. El “mejor postor” tenía las de ganar, sin importar la competencia desleal.
Tanto adultos como niños pudieron ser empresarios, vendedores y compradores en una sola tarde y en distintas partes del país se repite esta historia.
Todos los sábados en los locales de PupyiD a partir de las 3 p.m. se acoplarán los centros de intercambio. Las personas también se reúnen en distintos parques, los fines de semana, para unirse a la fiebre mundialista.