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INVERSIONISTA


Invertir en línea baja costos

Carolina Acuña cacuna@larepublica.net | Lunes 20 agosto, 2012




• Opción web requiere conocimientos del mercado por parte del cliente
Invertir en línea baja costos
• Montos menores a puestos de bolsa tradicionales atraen clientes a la red

Si usted quiere invertir en acciones de una compañía extranjera como Apple, por ejemplo, puede hacerlo a través de un corredor de bolsa tradicional o de las plataformas web conocidas como discount brokerage (corredores de descuento), cuyo principal beneficio —como lo dice su nombre— son los descuentos que se ven en el bajo costo de transacción, así como montos mínimos para invertir muy manejables.
Entre las plataformas más conocidas que permiten que usted haga inversiones en línea están Etrade, Ameritrade, y Charles Schwab, de Estados Unidos. En Latinoamérica está Invertironline.com, de Argentina, y se utiliza también Sala de Inversión, del Saxo Bank de Dinamarca.
En ellas usted puede abrir una cuenta y comprar o vender acciones y otros instrumentos por montos tan bajos como $500 mientras que un corredor de bolsa tradicional normalmente no permite transacciones tan pequeñas, ya que no les resultan rentables. En Costa Rica la mayoría de los puestos de bolsa solictan un balance de cuenta mayor a los $20.000.
Otra ventaja es que usted no necesita pagar comisiones muy grandes aunque vaya a invertir cantidades considerables ya que manejan sistemas de tarifas planas que pueden ir desde los $8,95 por transacción.
Por ejemplo si usted quiere comprar 100 acciones de la empresa Apple que al viernes 18 se cotizaban cerca de $643,58 tendría que desembolsar solo $8,95 por el trámite en alguna de estas páginas web. Si lo hiciera a traves de un puesto de bolsa el pago sería porcentual sobre el monto, variando de 0,25% hasta 1,50% lo que esa misma compra le podría salir desde $160 hasta $965 solamente de comisión. Algunos puestos de bolsa ticos cobran también tarifas planas cercanas a los $50, dependiendo del cliente y volumen. Pueden llegar a no cobrar nada si los inversores que tienen un balance elevado, que varía de puesto en puesto, pero en general es un mínimo de $250 mil.
“El operar por intermedio de una empresa como la nuestra permite a los clientes ahorro del 50% de lo que cobra un broker tradicional”, detalla Ariel Manito, gerente de Operaciones y Servicios de Invertironline.com.
Además, los servicios de inversión online tienen sus tarifas publicadas y explican que cambian en función de volumen y productos transados, mientras que los puestos de bolsa no publican sus tarifas por lo que compararlas es sumamente difícil. Habría que llamar uno por unoa todos los puestos, exponer el caso particular y preguntar la tarifa, por lo que no se puede comparar el trato que se le da a un inversionista comparado con otro. Tendrían que hablarse entre los inversores.
Tanto los sitios web como los puestos de bolsa pueden variar sus comisiones por volumen y hasta decidir no cobrar nada de comisión por transacción por ciertors períodos a manera de promoción, este es un gancho utilizado para atraer clientes a “probar” su servicio.
Para inscribirse a estos servicios web necesita abrir una cuenta en esos portales con sus datos personales y en algunos casos se solicita una cuota de apertura. En el caso de los sitios en Estados Unidos, la mayoría pide que se tenga cuenta bancaria en ese país y algunas piden tener residencia permanente y número de seguro social, pero fuera de esa nación norteamericana la mayoría no los piden y aceptan transferencias desde cualquier cuenta bancaria o tarjeta de crédito.
El trámite de inscripción puede durar entre dos días y una semana, mientras se corroboran los datos y se ejecutan los pagos. Los portales mencionados anteriormente son supervisados por la comisión de valores del país en que están radicados y aplican las políticas de impuestos y de conozca a su cliente de esas naciones, así que es bueno que los lea.
En caso de que no se cobren impuestos en el país de inversión, en Costa Rica tampoco se le rebajarán sus ganancias dado que no hay gravámenes a las ganancias de capital, lo cual es una ventaja sobre las inversiones locales gravadas con un 5% en bolsa y un 8% en los bancos.
Entre otros beneficios de este tipo de plataformas está que permite al inversionista tomar más control de sus operaciones, el monitoreo en cualquier momento durante la sesión; además existen plataformas con sistemas compatibles con smartphones o tabletas.
Pero no todo es de color de rosa. Es muy importante para las personas que invierten en línea tener conocimiento sobre el mercado, ya que no hay un experto administrando su dinero como sí sucede en los puestos de bolsa y no cualquiera puede hacerlo.
“En estos portales no existe la posibilidad de contar con las recomendaciones de un asesor experimentado y requiere atención del usuario, más aún en instrumentos volátiles”, detalla Hernán Varela, oficial de Riesgo de Aldesa.
Asimismo, a veces es difícil conocer de forma detallada los custodios que utilizan estas empresas y los costos de estas, ya que es posible que sean considerables si no se hacen transacciones en volúmenes importantes.
Aunado a lo anterior, el usuario tiene una responsabilidad de velar por la seguridad de la transacción; también “depende mucho de uno tener antivirus, no acceder a sitios transaccionales financieros desde computadoras compartidas y, por supuesto, conocer con quién se está haciendo negocios es vital”, dijo Olman Quesada, gerente del portal de asesoría financiera Misfinanzasenlinea.com
Para quienes quieran invertir en acciones o valores internacionales pero no tengan conocimientos del mercado, y además valoran ese tratamiento personal pueden siempre acudir a los puestos de bolsa en Costa Rica, en los cuales pueden adquirir desde acciones de Apple hasta bonos de Brasil, y algunos están listados en el mercado local por lo que se podrían negociar más fácilmente.
“Lo cierto es que para muchos, en lo que a temas de inversión se trata, el ‘cara a cara’ es importante y lo continuará siendo por un tiempo”, concluye Quesada.



Carolina Acuña
cacuna@larepublica.net







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