Investigación bioacústica pretende conservar los manatíes en el Caribe costarricense

Con la intención de preservar la población de manatíes en el Refugio Nacional de Vida Silvestre Barra del Colorado, Tortuguero, un estudio busca determinar los sitios claves para la alimentación y la cantidad de individuos presentes en las aguas del Caribe costarricense.

Mediante una investigación bioacústica, un grupo de expertos se ha dado a la tarea de monitorear la presencia de la especie desde 2020, grabando “las voces” de los manatíes y separándolas por su tono de voz, para empezar a contar individuos.

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Esta labor es todo un reto debido a que los animales a pesar de ser muy curiosos, tienden a ser tímidos y rara vez interactúan con las personas, a la vez que el color turbio de las aguas dificulta el seguimiento de la especie.

Estimar la cantidad poblacional ayudaría a fomentar un turismo sostenible en la zona y a conservar la especie que está en peligro.

Y es que desde hace más de 30 años se ha intentado determinar la cantidad de animales en la zona, sin embargo, las mediciones han sido muy imprecisas, según Sofía Pastor, bióloga e investigadora de la fundación CR Wildlife.

“Lo hacemos con el uso de una herramienta que se llama hidrófono, que son micrófonos en el agua, que nos permiten saber con cierta certeza cuantos hay, cuáles son los espacios más utilizados, donde se alimentan y donde puede haber apareamientos”, dijo Pastor en entrevista con LA REPÚBLICA.

Esta labor la realiza de manera conjunta con Héctor Guzmán, investigador del instituto Smithsonian, con el apoyo de la Fundación MarViva y el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac).

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En el proceso de investigación tiene un rol fundamental la comunidad de Barra del Colorado, que convive con los manatíes y a la cual se le han entregado datos preliminares de un estudio que será presentado de manera completa en julio de 2023.

El adelantar resultados a los pobladores busca proteger la integridad de los manatíes, ya que se ha dispuesto colocar rótulos preventivos en las lagunas y ríos de mayor uso por la especie, y que coinciden con el tránsito de botes en la comunidad.

“Surgió la idea de rotular esos espacios que descubrimos, pero no solamente para los boteros que transitan, sino para la que la misma comunidad conozca, es básicamente visualizar su presencia; fue como nuestra primera medida fuerte en conservación, ya que los golpes con botes son de las principales causas de muerte de los manatíes”, agregó Pastor.

El número de individuos encontrados hasta la fecha, los espacios que utilizan como hábitat, las plantas acuáticas disponibles que tienen para sobrevivir y las horas de actividad de los animales, son de los hallazgos que más han sorprendido al grupo de investigadores.

Los manatíes se pueden reproducir cada dos o cinco años, eso quiere decir que la tasa de reproducción y crecimiento poblacional es muy lenta, mientras que una cría puede permanecer junto a su madre durante ese periodo.

“A pesar de que es símbolo nacional de la fauna marina de Costa Rica, hay muchas personas que no saben de la presencia del manatí, muy pocas personas están enteradas de que está en el Caribe de Costa Rica”, explicó la investigadora.

Además de la investigación científica, el proyecto ha venido desarrollando un programa de educación ambiental con los niños de la comunidad, al cual llamaron “Club Manatí” y que está conformado por 17 miembros, con la intención de que el mensaje de conservación de la especie llegue desde edades tempranas a las poblaciones.

A pesar de que el estudio se desarrolla en Barra del Colorado, al comprobar que el método científico funciona adecuadamente, los investigadores pretenden replicarlo en el resto del Caribe costarricense.