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IVA ¿Quién gana? y ¿Quién pierde?

Leiner Vargas lvargas@una.ac.cr | Viernes 14 junio, 2019


El impuesto al valor agregado IVA se empezará a cobrar este mes de julio, forma parte de la nueva legislación tributaria aprobada en el 2018, con una amplia mayoría en la Asamblea Legislativa y representa, un primer paso en la solución al déficit fiscal que tiene la economía costarricense y que ha puesto, en entredicho la estabilidad macroeconómica del país. Sin embargo, en vísperas de su lanzamiento, vale la pena preguntarnos, ¿qué es el IVA? y sobre todo, ¿quién? y ¿por qué motivos se verá afectado por esta nueva legislación? A este tema dedicaré los siguientes párrafos.

El IVA se cobra esencialmente al consumidor final de bienes y servicios, a diferencia del antiguo impuesto de ventas, que se cobraba básicamente sobre bienes, la inclusión de los servicios que generan valor en el sistema económico implica que la matriz productiva completa se verá afectada con el impuesto del 13%. Con las excepciones listadas de educación, salud, canasta básica alimentaria y un listado de bienes y servicios que tienen tasas diferenciadas o cero, todo lo demás pagará IVA. Hemos de decir eso sí, que si casi la mitad de la población económicamente activa PEA trabaja en el sector informal, seguramente cerca del 50% de las transacciones de la economía se realizan sin factura y sin impuesto, ya se trate de contrabando de bienes importados o de producción informal de bienes y servicios.

Si soy el último en la cadena y no forma parte de una actividad productiva o de servicios, es decir, si soy el consumidor final del bien o del servicio grabado, mi tasa será del 13% y no existirá forma alguna de evitarlo, a menos que la actividad sea ilícita u opere en forma clandestina o dentro de lo que los economistas llamamos, mercado negro o informalidad. Si por el contrario, soy un productor de un bien o un oferente de un servicio, pagaré IVA por mis insumos y cobraré el IVA por el resultado de mi servicio o producto, de tal forma que los IVAS pagados hacía atrás en la cadena productiva, podrán compensarse con el IVA cobrado al final de mi venta, pagando o liquidando al Ministerio de Hacienda, solamente el neto del IVA. En otras palabras, podré compensar el IVA pagado de mis insumos con el IVA cobrado, teniendo que pagar solo el referente al valor agregado por mi actividad. En conclusión, como productor, como generador u oferente de un servicio, si reporto correctamente mis ingresos y mis costos de producción y si soy formal y solo compro insumos en el mercado formal, estaré cubierto de pagar de más, dado que sólo pagaré por el valor agregado de mi actividad, no por el valor del costo o IVA asociado de mis insumos.

El IVA es entonces un mecanismo para formalizarse, tiene incentivos claros para las empresas, ya sean ellas razones jurídicas o físicas, dado que el reporte formal permite evitar el doble pago de impuestos. Razón por la cual, se dice que el IVA es neutral para las empresas y que favorece un desarrollo empresarial más justo. Es claro entonces, que el que gana en este contexto es la naturaleza de empresa, ya sea jurídica o física que vive en la formalidad. El costo de lo anterior, tener un contador más caro o un nuevo sistema contable automatizado y en lo posible conectado al sistema de factura electrónica.

Por el contrario, quién pagará el IVA es el consumidor final, no tendremos de otra que ver subir el gasto en los pagos de bienes y servicios, sobre todo estos últimos, que no venían pagando el impuesto sobre las ventas. Así las cosas, los consumidores finales y sobre todo, aquellos que tienen una canasta altamente basada en servicios, pagarán demás a partir de julio. Mis cálculos me dicen que una familia de clase media deberá pagar alrededor de un 5 a 6% de su ingreso en los nuevos impuestos, como proporción al gasto actual existente.

El IVA es un impuesto interno, se cobra a los consumidores que usarán los bienes o servicios dentro del territorio nacional. Esto significa que las mercaderías producidas para exportación están exentas del IVA. Este factor es particularmente relevante para lo referido a insumos que se venden a empresas exportadoras, los cuales en principio no deberían pagar el IVA. De igual forma, las empresas que exportan no cobrarán el IVA a sus compradores, dado que son actividades de consumo que se realizarán en otro país. No resulta así para las importaciones, todas las importaciones que no estén en la lista de excluidas o con tasas especiales deberían pagar el 13% a partir de julio, ya sean de bienes o de servicios. Es claro que la nueva estructura favorece a los empresarios que exportan e implica del lado de las importaciones el seguir pagando un impuesto a la internalización de mercancías.

En la Unión Europea, los visitantes hasta por tres meses, pueden descontar el IVA pagado de sus facturas realizadas por bienes y servicios al salir del país. Supongo que muy pronto, los turistas no deberían pagar el IVA en Costa Rica, lo que significa que debería haber un mecanismo de devolución de impuestos a las personas que por su naturaleza física no realizan un acto de consumo interno sino una importación de servicio en el ámbito local, es decir, el sector turismo tendría que cobrar el IVA a los turistas extranjeros y el Estado devolverlo, al salir estos del país. Ese sería un verdadero y justo impuesto al valor agregado. Pero como todo en Costa Rica, parece que también la industria sin chimeneas tendrá que pagar el IVA, haber si no nos hace demasiado caro el turismo también. En el fondo, que una tasa de café se la tome un turista en una cafetería local, es equivalente a exportar el café, seguro que también debería estar exento, nos les parece.


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