La casa respira: PARASITE

La película que ganó la palma de oro en Cannes tendrá dos funciones en el festival coreano que presentará esta semana el Cine Magaly.

Bong Joon Ho, director de películas como Barking Dogs Never Bite, Okja o Snowpiercer, es conocido como uno de los cineastas más originales del cine contemporáneo por la libertad que se toma para utilizar los géneros en sus películas.

Sus producciones son únicas, y parece que poco le importa la lista de géneros, cuando las líneas de separación entre ellos a menudo se invisibilizan al influir y fundirse los unos con los otros.

En sus películas, los géneros pueden ser como un chicle raro que se moldea según cómo él se identifica con los temas que profundiza.

Antes que nada, Parasite es una película que retrata a una familia contra otra en medio de la lucha por la supervivencia. Los Kim diseñan un plan para infiltrarse en la lujosa casa y ocupar los puestos de trabajo como empleados domésticos de los Park, quienes representan una familia de clase alta.

Los Kim se aprovechan de la ingenuidad de la mujer de la casa, una señora rica demasiado aislada de lo que sucede afuera, que confía en cualquier persona que le hable con la determinación necesaria.

La comedia con la que juega Bong Joon Ho en su película provoca que celebremos las pequeñas victorias de la familia Kim, quienes van obteniendo poco a poco terreno en los espacios de la enorme casa: el padre de la familia de los Kim se vuelve el chofer de los Park, la madre de la familia de los Kim se vuelve la empleada doméstica de los Park, la hija de los Kim se vuelve una terapeuta artística del niño menor de los Park y el hijo mayor de los Kim se vuelve un tutor de inglés de la hija mayor de los Park. Pero, entre más suben los Kim en la escalera social, más van ignorando lo que esconde la casa por debajo de las habitaciones.

¿Y cuál es la importancia de la casa para Bong Joon Ho? La importancia que le ha depositado a la casa lo es todo: la casa respira.

Los elementos físicos particulares conforman el desarrollo mental de sus personajes: los movimientos van de arriba hacia abajo, los espacios de abajo están cerrados y los de arriba están abiertos. El vínculo que tienen todos con la casa es tan intenso que es imposible imaginar arrebatarle ese bienestar a alguno.

Entre más avanza la película, más nace en el espectador la necesidad de poder darles a todos la oportunidad de acostarse en el sillón de la sala mientras los rayos de la primera hora del día se cuelan por las ventanas altas que dan hacia el enorme jardín de la propiedad.

John Truby escribe en su libro de guion que la casa puede empezar siendo el nido del ser humano, pero ese lugar protector también es lo que posibilita lo contrario: la casa son los sólidos cimientos desde los que salimos para enfrentarnos al mundo.

Primero, es como una coraza, luego se extiende, lo que equivale a decir que vivimos en ella alternando la seguridad y la aventura.

Un personaje mira hacia afuera a través de los ojos de la casa, puede que hasta vea otra casa y sueñe con infiltrarse.

Parasite es una historia que sube desde el semisótano hacia la casa de la familia rica, y para eso hay que seguir subiendo.

En este momento, se mueve y se cambia constantemente la línea entre el mundo de abajo y el de arriba.

La casa de la familia rica invita a ser recorrida, y a partir de eso se les podrá comprender a todos los personajes en su totalidad; asimismo, transformarse en una historia sobre las personas que intentaron subir por las escaleras para perder la necesidad de escapar de la oscuridad en la que vivían.