La crisis sanitaria del agua es una realidad
Ricardo Sancho Chavarría redaccio@larepublica.net | Martes 12 marzo, 2024
Ricardo Sancho Chavarría
Expresidente Ejecutivo AyA
Semanas atrás veíamos en los medios de comunicación la gran cantidad de personas que estaban afectadas por contaminación del agua en varios cantones de San José. Unido a ello, cada vez es más común ver como escasea el preciado líquido en diversos sectores del país, algo que es el pan de cada día en muchas comunidades, y que refleja, lamentablemente, la ruta hacia una crisis sanitaria del agua en nuestro país.
Con gran preocupación, veo el rumbo que está tomando el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), y cuya consecuencia recae dolorosamente en muchas familias, la calidad de vida de los ciudadanos, así como el desarrollo económico, especialmente en los cantones del Gran Área Metropolitana (GAM).
El AyA no responde a las exigencias de la sociedad costarricense, ni del cambio climático que la institución no ha sabido enfrentar debido a serios problemas operativos actuales, falta de liderazgo y gerenciamiento. Es una alerta que tiene que ver con la vida de las personas y con el desarrollo nacional.
La contaminación deplorable y mortífera por hidrocarburos que afecta a gran cantidad de familias, personas, niños y adultos mayores de los cantones del norte de San José es apenas la punta del iceberg de un problema mayor.
Hablamos de una institución rectora, que gasta millones en publicidad y no es capaz de comunicar asertivamente a la población, qué es lo que pasa, escondiendo información pública valiosa y sin encarar los problemas cotidianos.
Es doloroso y crea frustración, el saber que teniendo los recursos para solventar en gran medida las situaciones que se enfrentan e implementar mejoras que permitan incluso planes preventivos en épocas donde hay menos cantidad de líquido disponible, simplemente se pierdan oportunidades.
Me refiero a pérdidas por falta de formalización de créditos aprobados por la Asamblea Legislativa por un monto aproximado de 900 millones de dólares. Uno de ellos, un crédito por el orden de a un crédito de $400 millones para la 5ta etapa del Acueductos Metropolitano llamado Orosi II, el cual venció su plazo de formalización desde al año pasado. Esta inversión permitiría garantizar el abastecimiento de agua del Área Metropolitana.
Igualmente falló el AyA en formalizar otro crédito con el BCIE por la suma de $400 millones para el proyecto Agua para Guanacaste, dejando a una provincia con constantes sequías sin garantía de agua para las próximas décadas.
Otro crédito con el banco alemán KFW para plantas de tratamiento de Jacó, Quepos y Palmares tampoco fue formalizado.
Las ASADAS, que representan un 30 % del abastecimiento nacional con más de 1800 acueductos comunales, están abandonadas y llenas de exigencias burocráticas, a algunas las quieren desaparecer y eso representa otro deterioro del abastecimiento de agua potable en las comunidades.
Es una incapacidad total y absoluta en el liderazgo de la institución, en su Junta Directiva y Presidencia Ejecutiva, porque personal técnico del más alto nivel lo posee el AyA. En esta noble institución trabajan los mejores ingenieros en materia de recurso hídrico y saneamiento que tiene el país, y más bien lo que sucede es que las actuales autoridades lo que han hecho es atacar y culpar a los técnicos y mandos medios de todos sus yerros.
Este mes de marzo se celebra el Día Mundial del Agua cuyo lema según lo determinaron las Naciones Unidas es “Agua para la Paz”, ya que cuando cooperamos en esta material el efecto cascada es positivo favoreciendo la salud, la armonía, generando prosperidad y fomentando la resiliencia hacia desafíos comunes de los pueblos.
Resolver los problemas de abastecimiento, de infraestructura hídrica que facilite el acceso al agua, de apertura en la comunicación de cara a la población generaría un ambiente no sólo con mayor calidad de vida sino también de sana convivencia para la ciudadanía.
El Presidente de la República, Rodrigo Chaves y su jerarca del AyA no pueden volver la vista hacia otro lado cuando se trata de la salud y el desarrollo, se requiere un cambio inmediato de rumbo en el AyA por el bien del país. Basta de buscar culpables para esconder la incapacidad.