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FORO DE LECTORES


La encíclica Caridad en la Verdad

| Viernes 17 julio, 2009


La encíclica Caridad en la Verdad

La reciente encíclica del papa Benedicto XVI sobre la caridad será de trascendental referencia para el desarrollo de la doctrina social de la Iglesia. Es la primera de carácter social de este papa.
Esta encíclica conmemora los 40 años de la Populorum Pregressio, de Pablo VI, y los 20 años de Centesimus annus —la última de carácter social de Juan Pablo II— y sale a la luz a un siglo de la Rerum Novarum de León XIII.
Es importante recordar algunos aspectos expuestos por el humanista Juan Pablo II en la encíclica Sollicitudo rei socialis, donde expresó: “Una de las mayores injusticias del mundo contemporáneo consiste precisamente en esto: en que son relativamente pocos los que poseen mucho, y muchos los que no poseen casi nada. Es la injusticia de la mala distribución de los bienes y servicios”.
En un mundo en medio de una crisis financiera y económica, caracterizado por un verdadero culto a la tecnología, con una profundización cada vez mayor de la globalización, con la presencia del hambre y la injusticia en muchos países, y con una desigualdad social cada vez más amplia, determina al papa Benedicto XVI en la encíclica Caridad en la Verdad, a considerar el tema del amor, de la caridad, en el centro del debate sobre el desarrollo.
Para el Papa la caridad va más allá de la justicia y del bien común, tiene que ver con la gratuidad, con la solidaridad y en fin con la construcción de una verdadera familia humana. Pero no es cualquier concepto de caridad, “un cristianismo de caridad sin verdad se puede confundir fácilmente con una reserva de buenos sentimientos, provechosos para la convivencia social, pero marginales”. El Papa insiste en que el desarrollo requiere la verdad. Esta verdad considera temas como el de la centralidad del hombre en los procesos de desarrollo; ocuparse del tema del desarrollo centrados en Cristo; de darle una respuesta al hambre en el mundo, que es un problema no de recursos sino de distribución; de un cuidado de la naturaleza como creación y no como depósito de recursos, de darle a la familia la centralidad en la organización social. Benedicto XVI, en esta encíclica de carácter social, afirma que la economía necesita de la ética para su correcto funcionamiento y que el mercado “no es el lugar de atropello del fuerte sobre el débil”. Aboga por un progreso sostenido, que respete la dignidad humana, asegura que la actual crisis muestra que los tradicionales principios de la ética social, como son la transparencia, la honestidad y la responsabilidad, “no pueden ser descuidados”.
Asimismo, señala que la economía no elimina el papel de los Estados y tiene necesidad de “leyes justas”.
El Pontífice exige que las “finanzas, después de su mal uso, que han dañado la economía real” regresen a ser un instrumento orientado al desarrollo. Esperemos que estas reflexiones del Papa ayuden a que exista un mundo más solidario y con menos desigualdades sociales.

Lic. Bernal Monge Pacheco
Consultor externo





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