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La inteligencia artificial en el mundo laboral

Eric Briones Briones redaccion@larepublica.net | Martes 11 abril, 2023


EB


Dr. Eric Briones Briones

Doctor y Profesor en Derecho Laboral

Según los estudiosos de la materia atinente a las tecnologías, como parte de la revolución 4.0, la inteligencia artificial (IA), cada vez se posiciona más, dentro de la vida de la humanidad. Entendiéndose por esta al conjunto de algoritmos dentro del mundo virtual de las máquinas, que siguen procesos pensados, con el fin de prever conductas humanas, ayudándole en el control y manejo de los procesos cotidianos, para lo cual sistematiza información y vivencias obtenidas del mundo real; aprendiendo cada vez más, superando así las expectativas, para la que fue creada, pero al servicio de las personas. Es decir, lo que ha buscado el Ser Humano, desde que se inventó el concepto (Alan Turing), es que por medio de la informática, se imite el cerebro humano con respuestas predeterminadas, mediante los mecanismos lógicos y matemáticos, debidamente conectados.

Esto como se puede prever, está trayendo consecuencias en todos los planos del quehacer humano, pues, si bien está contribuyendo a facilitar el trabajo cotidiano y las tareas, imposibles en muchos casos de realizar, para la misma capacidad del cerebro humano, hasta ahora desarrollada; también en su puesta en práctica, puede ser que no se está previendo de manera ordenada y concienzuda, su avance mismo; pues las expectativas están resultando infinitas y así eventualmente las sorpresas, en caso de no poner regulaciones no solo jurídicas, sino éticas/morales, mediante el control único y exclusivo de la humanidad, que resulta oportuno y de suma urgencia, para evitar, cualquier posible desviación del poder, con consecuencias nefastas para la misma civilización, como lo ha personificado Hollywood.

Ahora bien, PROCOMER como identidad pública (no estatal), que tiene como labor promocionar las exportaciones del país, ha considerado que casi un 90% de latinoamericanos, están de acuerdo en que la Inteligencia Artificial, socialmente es positiva, con ahorros en tiempo y eficiencia en las transacciones internacionales. Así por ejemplo, al día de hoy, los denominado “chatbots” (software que simula una conversación real con una persona, por medio de apps, WhatsApp, entre varias posibilidades), están sirviendo de complemento, en donde no se requieren habilidades humanas, por ser de la cotidianeidad, como el de responder “consultas simples, tales como el restablecimiento de una contraseña o la visualización del estado de un pedido”, entre otros casos oportunos en la consecución de la dinámica de exportación mundial (https://www.procomer.com/alertas_comerciales/exportador-alerta/inteligencia-artificial-al-servicio-del-cliente/?gclid=Cj0KCQjw4omaBhDqARIsADXULuXucE7KdBs5NMoW26C9PkVlyEJs4N44hKtcG9XHr4Kp1rqjmOW8Q10aAkMJEALw_wcB).

No obstante, ante esta realidad social, que en la mayoría de los campos, está posicionándose y causando sorpresa en unos y en otros incredibilidad, hay que ponerle muchísima atención y en el campo laboral, esto debe conllevar: si bien un incremento de la productividad, con margen de error mínimo, debe venir aparejada también un replanteamiento de las jornadas laborales, de la retribución monetaria, de los descansos en el trabajo, los horarios, la negociación colectiva, hasta ahora pensada; en donde, definitivamente se van a requerir nuevos perfiles por parte de las personas trabajadoras (dominio de la tecnología con independencia de su profesión, empatía, versatilidad, liderazgo, conducción, proactividad, etc.), para hacer frente a la demanda y requerimientos del nuevo mundo laboral, impregnado entonces por la inteligencia artificial.

Asimismo, amén de lo anterior, deben estipularse reglas sociales claras, con el fin de evitar discriminaciones o transgresiones de la vida privada de la persona trabajadora, producto de la IA, como parte del desarrollo tecnológico y la evolución científica, en donde no se permita que las contrataciones (sea para acceder a un puesto o mantenerse en él), la aplicación del régimen sancionador, el otorgamiento de permisos, de ascensos, por ejemplo, sean basadas meramente por variables frías cibernéticas (sin sensibilidad humana), consecuencia de las valoraciones de una máquina automatizada, mediante algoritmos matemáticos, sistematizados y codificados mediante información escondida en sistemas telemáticos.








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