La necesidad de fortalecer el sistema educativo
La necesidad de fortalecer el sistema educativo
Parte 2
Según CEPAL, la integración de personas a grupos de ingresos mayores y a las clases medias está directamente relacionada con el número de años de estudio, y luego de 16 ó 17 años de escolaridad ese fenómeno no solo se confirma sino que es muy relevante.
Después de un largo periodo en que se tuvo la falsa ilusión de prescindir del apoyo de las instituciones del estado para amplios sectores de programas sociales, se pensó que lo mejor era resolver situaciones focalizadas, concentradas en grupos más necesitados para ayudarlos, puesto que el resto de la sociedad sola resolvería las dificultades, bien mediante innovación, creatividad o simple “goteo” hacia abajo de las grandes acumulaciones de capital. Ese enfoque ha demostrado ser ineficaz.
En Costa Rica, afortunadamente, ese proceso ha sido más pausado, lo que permite reflexionar y corregir errores evidentes, o a veces no tan evidentes, pero que se han aplicado radicalmente en otros países y sus resultados han tenido efectos sociales devastadores. Recordemos por ejemplo, la eliminación en países desarrollados de ayudas a familias pobres, o de sustento a desempleados, ayudas que hoy se reestablecen para poder mantener la sociedad en un cierto equilibrio. O en países africanos en los que se aceptó limitar el desarrollo de la educación superior, pública y privada, focalizando en la primaria y secundaria, sin lograr nunca avanzar de un inmovilismo que se mantiene luego de años y años.
Ante la presión del entorno y para evitar la crisis, Costa Rica debe mantener un gran esfuerzo en todos los ámbitos de la educación, y los jóvenes deben formarse mejor y con más profundidad en la adquisición y generación del conocimiento. Deben prepararse para competir, cierto, pero no debe ser únicamente ese el enfoque, sino que deben prepararse para tener una formación integral, para impulsar el progreso de sus comunidades, de las organizaciones y empresas en que trabajan.
La vida cuyo fin es el consumo, pierde perspectiva, valores, sentido de la grandeza espiritual. Por eso la educación no es ni puede ser solo técnica, tecnológica o meramente utilitaria, siempre debe estar estrechamente relacionada con los valores del humanismo, y con el desarrollo espiritual de los estudiantes.
Fortalecer los sistemas de becas para buenos estudiantes son programas y esfuerzos que deben mantenerse. Los programas únicamente dirigidos a la pobreza familiar, tienen grandes riesgos. Si bien son objetivos que se relacionan, que se pueden apoyar, el de ayudar a que las familias de escasos recursos puedan mandar a sus hijos a las escuelas y colegios, lo que es laudable, meritorio, debe existir un sistema de estímulo para los buenos estudiantes para que sigan progresando, por sus méritos, por su esfuerzo y capacidad.
Recortes económicos y financieros en educación, tanto para los procesos formales como para la actualización y renovación en el conocimiento, recortes en dineros para la innovación y la investigación pueden ser fatales para afrontar las señales que envía el entorno internacional.
Hoy más que nunca, el esfuerzo nacional, público, privado y cooperativista en la educación debe fortalecerse, actualizarse, y convertirse en uno de los pivotes para impulsar el desarrollo en Costa Rica.
Luis Garita Bonilla
Rector Universidad Fundepos-Alma Mater
Parte 2
Según CEPAL, la integración de personas a grupos de ingresos mayores y a las clases medias está directamente relacionada con el número de años de estudio, y luego de 16 ó 17 años de escolaridad ese fenómeno no solo se confirma sino que es muy relevante.
Después de un largo periodo en que se tuvo la falsa ilusión de prescindir del apoyo de las instituciones del estado para amplios sectores de programas sociales, se pensó que lo mejor era resolver situaciones focalizadas, concentradas en grupos más necesitados para ayudarlos, puesto que el resto de la sociedad sola resolvería las dificultades, bien mediante innovación, creatividad o simple “goteo” hacia abajo de las grandes acumulaciones de capital. Ese enfoque ha demostrado ser ineficaz.
En Costa Rica, afortunadamente, ese proceso ha sido más pausado, lo que permite reflexionar y corregir errores evidentes, o a veces no tan evidentes, pero que se han aplicado radicalmente en otros países y sus resultados han tenido efectos sociales devastadores. Recordemos por ejemplo, la eliminación en países desarrollados de ayudas a familias pobres, o de sustento a desempleados, ayudas que hoy se reestablecen para poder mantener la sociedad en un cierto equilibrio. O en países africanos en los que se aceptó limitar el desarrollo de la educación superior, pública y privada, focalizando en la primaria y secundaria, sin lograr nunca avanzar de un inmovilismo que se mantiene luego de años y años.
Ante la presión del entorno y para evitar la crisis, Costa Rica debe mantener un gran esfuerzo en todos los ámbitos de la educación, y los jóvenes deben formarse mejor y con más profundidad en la adquisición y generación del conocimiento. Deben prepararse para competir, cierto, pero no debe ser únicamente ese el enfoque, sino que deben prepararse para tener una formación integral, para impulsar el progreso de sus comunidades, de las organizaciones y empresas en que trabajan.
La vida cuyo fin es el consumo, pierde perspectiva, valores, sentido de la grandeza espiritual. Por eso la educación no es ni puede ser solo técnica, tecnológica o meramente utilitaria, siempre debe estar estrechamente relacionada con los valores del humanismo, y con el desarrollo espiritual de los estudiantes.
Fortalecer los sistemas de becas para buenos estudiantes son programas y esfuerzos que deben mantenerse. Los programas únicamente dirigidos a la pobreza familiar, tienen grandes riesgos. Si bien son objetivos que se relacionan, que se pueden apoyar, el de ayudar a que las familias de escasos recursos puedan mandar a sus hijos a las escuelas y colegios, lo que es laudable, meritorio, debe existir un sistema de estímulo para los buenos estudiantes para que sigan progresando, por sus méritos, por su esfuerzo y capacidad.
Recortes económicos y financieros en educación, tanto para los procesos formales como para la actualización y renovación en el conocimiento, recortes en dineros para la innovación y la investigación pueden ser fatales para afrontar las señales que envía el entorno internacional.
Hoy más que nunca, el esfuerzo nacional, público, privado y cooperativista en la educación debe fortalecerse, actualizarse, y convertirse en uno de los pivotes para impulsar el desarrollo en Costa Rica.
Luis Garita Bonilla
Rector Universidad Fundepos-Alma Mater
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