La OCDE y nuestras tareas pendientes en materia de sector público y educación
Alonso Erak alonso.erak@cr.gt.com | Jueves 15 julio, 2021
Llegando al final de las recomendaciones contenidas en el reporte Going for Growth, que la Organización para la cooperación y el desarrollo económicos (OCDE) ha emitido para Costa Rica, nos encontramos con dos temas delicados, pero a la vez importantes, el primero relacionado con la mejora en la eficiencia del gasto y desempeño del sector público y el segundo relativo a la mejora de la calidad y eficiencia del sistema educativo.
Con respecto a nuestro sector público, la primera recomendación de la OCDE obedece a la simplificación del modelo de remuneraciones mediante la adopción de una escala salarial única y racionalizando los esquemas de incentivos, basando los mismos en una evaluación de desempeño. Actualmente en la corriente legislativa, tenemos un proyecto de Ley que busca implementar esta recomendación, independientemente del destino el mismo, lo relevante es encontrar los mecanismos que nos permitan ordenar, en su totalidad, los sistemas de remuneración estatal.
Las otras dos recomendaciones indicadas en el reporte corresponden a reformar el sector público buscando reducir la duplicación de agencias públicas y empresas estatales, así como la centralización de compras del estado. Históricamente hablando, Costa Rica ha sido un generador de instituciones públicas.
En lugar de reorganizar, reasignar funciones y cerrar instituciones duplicadas, hemos caído en la trampa de crear nuestras agencias, oficinas y entidades. Es urgente un trabajo de reingeniería profunda que nos permita reasignar funciones, eliminar duplicaciones y simplificar el aparto estatal, esta disminución de entidades debería abonar también en el objetivo de contar con un único sistema de compras del estado, limitando al máximo posible el uso de excepciones para contrataciones directas, de forma que no solo nos ahorre dinero, sino que sirva como un filtro de control adicional para evitar la corrupción.
Pasando a nuestro sistema educativo, Costa Rica es de los países de la OCDE que más invierte recursos públicos en educación, sin embargo, lo importante no es solo gastar, sino la calidad del gasto. La pandemia del COVID19, ha revelado importantes deficiencias en nuestro sistema de educación pública, desde problemas de infraestructura física y tecnológica, hasta capacitación de profesores y maestros, por lo que la revisión de la calidad y no de la cantidad es fundamental.
Mejorar el reclutamiento, la selección y la capacitación de maestros y profesores, basados en evaluaciones regulares tanto a ellos como a sus estudiantes, son herramientas que nos pueden permitir la inversión inteligente de recursos y nos permite movernos hacia un sistema educativo basado en el desempeño.
Rebalancear nuestro gasto hacia la educación infantil y secundaria, fortaleciendo el cuidado infantil y el apoyo a los estudiantes en riesgo de deserción, puede ayudarnos a tener cada vez más una base de juventud educada.
Así mismo, condicionar parte de la asignación de recursos a las universidades, para que la misma sea utilizada en carreras afines a las necesidades actuales y futuras del mercado laboral, debería colaborar en la generación de empleo. Nuestro modelo educativo no puede ser distante de nuestras estrategias de crecimiento económico, las empresas que se funden o las que vengan a Costa Rica, deben cada vez más, encontrar personal altamente capacitado.
Ninguna de las recomendaciones que la OCDE ha emitido en su reporte, deben ser consideradas como elementos aislados. Todas en su conjunto, forman parte de una estrategia que puede mejorar de forma importante nuestra imagen tanto local como internacional, pero, sobre todas las cosas, pueden ayudarnos a cambiar el paradigma que tenemos hoy, siendo herramientas fundamentales para superar los retos que tenemos actualmente, pensando en nuestro futuro como país.