La política energética expone al país a los vaivenes imprevistos y especulativos del mercado petrolero internacional
Roberto Dobles roberto.dobles@gmail.com | Lunes 05 junio, 2023
Las características nefastas del mercado petrolero internacional y la alta y creciente dependencia nacional del petróleo genera grandes riesgos e impactos al sistema económico y social del país.
Entre más se dependa de este mercado para el abastecimiento energético, más aumentan estos riesgos.
Existen muchas y muy diversas dinámicas internacionales que inciden en la evolución incierta e imprevista de este mercado, las cuales provocan, entre muchas otras cosas, grandes fluctuaciones y cambios abruptos en los precios internacionales del petróleo y de sus derivados.
Como se expuso en las dos columnas anteriores (“¿Conviene que el país dependa tanto y de manera creciente del mercado petrolero internacional en detrimento de las fuentes nacionales de energía? I y II”), entre estas dinámicas mundiales, que son imposibles de prever y que tienen grandes impactos en el mercado, se encuentran las de orden geopolítico, las guerras militares y económicas, la especulación y la manipulación del mercado por parte de los principales países exportadores de petróleo.
En cuanto a los principales proveedores que manipulan este mercado se encuentran los países miembros de la OPEP y la OPEP Ampliada (llamada también OPEP Plus), la cual controla aproximadamente el 90% de las reservas petroleras del mundo.
Estos países exportadores de petróleo acuerdan colectivamente cuánto petróleo producir y exportar, lo que afecta directamente los precios internacionales al manipular la oferta de crudo disponible en ese mercado.
El objetivo colectivo de estos países exportadores es regular la oferta mundial de petróleo para incidir significativamente en los precios con el fin de maximizar sus ingresos a costa de los países importadores
Así las cosas, la pregunta clave es la siguiente: ¿por qué muchos países se abastecen de petróleo, en mayor o menor grado, de este mercado internacional tan incierto, volátil y vulnerable?
La respuesta es que muchos de estos países lo hacen por necesidad (por destino) porque no tienen los suficientes recursos energéticos en su territorio para no depender o depender menos de ese mercado energético.
Aun así, la dependencia petrolera promedio actual de los países en el mundo es del 33,1% y no todo este petróleo proviene del mercado petrolero internacional porque muchos países son productores parciales o totales.
El caso de Costa Rica es diferente ya que el país se abastece del mercado petrolero internacional por voluntad propia (por acción, inacción y omisión de su política energética).
El abastecimiento energético del país depende en un 64,5% del petróleo y el 100% proviene del mercado petrolero internacional en la forma de derivados.
La factura petrolera nacional es alta y cuando los precios del petróleo suben esa factura aumenta aún más. Los aumentos en los precios de los derivados de petróleo que importamos en grandes y crecientes cantidades se propagan rápidamente en toda la economía nacional aumentando los costos de todos los bienes y servicios.
Para responder a los estragos que provoca esta funesta situación, simplemente se indica que “las alzas en los precios nacionales vienen del mercado petrolero internacional y que, por lo tanto, no podemos hacer nada”.
Lo que no se dice es que sí se pueden hacer muchas cosas en el sector energético nacional para no tener esta altísima dependencia y estas variaciones constantes en los precios nacionales de los derivados de petróleo que tanto afectan al país y para evitar que la economía nacional sea tan vulnerable a lo que ocurra en el mercado petrolero internacional.
La altísima y creciente dependencia energética y económica de este funesto mercado internacional se origina en las decisiones de política energética que se toman en el sector energía, las cuales son en gran medida inducidas por decisiones políticas sin ningún criterio técnico, económico y social.
No se justifica, ni conviene para nada, que el país se abastezca de manera masiva de este mercado energético (aproximadamente las dos terceras partes del abastecimiento energético nacional) y que además lo haga de manera creciente.
Esta situación de alta dependencia pone en alto y creciente riesgo el bienestar, la calidad de vida y el desarrollo económico y social del país.
Y lo peor es que las altas y crecientes importaciones provenientes del mercado petrolero internacional están desplazando además las fuentes nacionales renovables de energía, lo que crea problemas adicionales, como la reducción continua de la seguridad energética nacional y la falta de diversificación energética.
Los cambios abruptos en los precios internacionales del petróleo se transmiten a las economías de los países importadores a través de varias vías e impactan fuertemente los costos de todos los bienes (alimentos, ropa, construcción de viviendas, etc.) y servicios (transporte público y privado, etc.).
Conforme aumentan los precios nacionales de los combustibles, la población va a enfrentar un crecimiento en el costo de vida, donde las personas de más bajos ingresos son los que más sufren porque son los más vulnerables a estos aumentos.
Estos incrementos en los precios internacionales de petróleo tienen también otros impactos significativos en toda la economía, tales como mayor desempleo, un aumento de la inflación y un deterioro acelerado de la balanza comercial y de las cuentas públicas.
El alcance y la naturaleza de los impactos dependen de las características estructurales de la economía que cada país tiene y del nivel de dependencia del mercado petrolero internacional que se tenga.
Cuanto más débil sea la economía de un país y cuanto más dependa del petróleo importado, mayor será la exposición a las perturbaciones de los precios internacionales del petróleo.
Los países que dependen en una alta proporción del petróleo importado (como es el caso de Costa Rica) son los más vulnerables a los vaivenes del mercado petrolero internacional.
Los cambios abruptos en los precios internacionales del petróleo en el mercado internacional podrían amplificarse igualmente en países específicos, dependiendo de las presiones inflacionarias prevalecientes, las reservas monetarias que se tengan y la evolución del tipo de cambio con respecto al dólar.
En el caso de los países productores y exportadores de petróleo, los aumentos en los precios internacionales del petróleo son más bien muy positivos.
Adicionalmente, la volatilidad de los precios del petróleo reduce los horizontes de la planificación nacional y de las empresas (incluyendo la posposición de las inversiones).
La formulación y ejecución de los presupuestos de los países importadores de petróleo se vuelve más compleja y difícil en los países en desarrollo que, por su naturaleza misma, tienen un presupuesto nacional relativamente limitado.
Es importante señalar también que una situación de alta volatilidad de los precios internacionales, junto con una alta dependencia del petróleo importado de un país, se genera una alta sensación de incertidumbre económica, y cuando hay ausencia de volatilidad en este mercado se genera una falsa sensación de estabilidad económica y social.
Los aumentos abruptos de los precios internacionales del petróleo y sus derivados crean muchos impactos negativos en el país, como los siguientes:
• Tasas de crecimiento económico más reducidas.
• Mayor desempleo.
• Mayor pobreza.
• Mayor inflación.
• Mayores déficits comerciales.
• Mayores déficits fiscales, al disminuir el crecimiento económico y, al bajar el consumo de derivados de petróleo por una disminución del crecimiento económico, lo que reduce adicionalmente los ingresos fiscales asociados a los impuestos directos al consumo de combustibles.
• Mayor gasto de divisas que impacta las reservas.
• Aumento importante en la transferencia monetaria y de riqueza nacional hacia los países exportadores de petróleo y de derivados. Se aumentan las ganancias de los países petroleros al tener que pagar una alta y creciente factura petrolera.
También aumentan fuertemente las ganancias de las empresas petroleras. Las informaciones de los medios internacionales reportan que solamente las cinco compañías petroleras más grandes de occidente obtuvieron ganancias combinadas de casi $ 200 mil millones en 2022 . Este monto de ganancias en el 2022 de estas cinco empresas petroleras es mucho mayor que el PIB de la mayoría de los países del mundo.
Todas las importaciones petroleras que realiza el país provienen de empresas petroleras internacionales, donde el 97,4% del abastecimiento petrolero nacional proviene de empresas petroleras de los EE. UU.
Esto es ni más ni menos una transferencia de riqueza nacional hacia países muy ricos y empresas muy grandes en el extranjero.
Debido a la compleja interacción de los impactos directos e indirectos, los efectos en cadena y las múltiples repercusiones inducidas por la volatilidad de los precios internacionales del petróleo, sus consecuencias se extienden desde el nivel gubernamental hasta las empresas y los hogares, por lo que es fundamental que los responsables de la formulación de las políticas públicas adopten un enfoque integrado para solucionar el problema.
Para reducir la exposición estructural de la economía nacional y la vulnerabilidad del país a la incertidumbre y a la volatilidad de los precios en el mercado internacional del petróleo, una de las prioridades ineludibles es disminuir progresivamente la dependencia que se tiene de este mercado, a través de una disminución de la participación de los derivados de petróleo importados en la matriz energética nacional.
Esto incluye medidas como el aumento de la participación de la producción nacional de energía y el aumento de la eficiencia energética, entre otras medidas, como el desarrollo de alternativas estructurales y tecnológicas.
Lo anterior es clave, ya que las crisis en el mercado internacional del petróleo han sido responsables de crisis energéticas y económicas, incluyendo recesiones, aumentos significativos en la inflación, desaceleración de la productividad y estanflación (coexistencia de inflación y de estancamiento económico).
El país no puede seguir más con la falsa afirmación que señala que “no podemos hacer nada porque las alzas en los precios nacionales vienen del mercado petrolero internacional”.
Lo curioso es que una gran parte de la gente no cuestiona la política energética (y económica) que ha venido induciendo la alta y creciente dependencia del país del mercado petrolero internacional, la cual es una de las más altas del mundo.
Adicionalmente, la política energética ha venido provocando un desplazamiento y una disminución de las fuentes nacionales renovables de energía.
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