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FORO DE LECTORES


La resaca mundialista; un efecto económico y neuro-financiero

Juan Diego Sánchez Sánchez sanchez.juandiego@gmail.com | Martes 03 enero, 2023


JDS


Dr. Juan Diego Sánchez Sánchez, Ph.D

Asesor financiero empresarial, abogado, profesor e investigador

La justa mundialista en toda su plenitud, no solamente es analizada como un evento de magnitud global, de alcance diverso, y que sin duda desata y revela comportamientos de corte individual que parecen denotar patrones neurales de interés. Pero además es un fenómeno con diferentes aristas de estudio en materia económica y financiera, particularmente desde un enfoque dado a su abordaje desde una perspectiva neural inductiva y monetaria.

Finalizado el mundial mayor de futbol, puede observarse la obtención del campeonato por la selección de Argentina, reflejo de la constancia y disciplina, pues a pesar de diversos fracasos, el fútbol parece haber detallado justicia con la consecución del torneo, además de brindar al jugador histórico la oportunidad para cerrar su carrera con el título inconcluso en su vitrina. Adicionalmente, el torneo en cuestión deja una organización diferente, donde y a pesar de todas las críticas que puedan realizarse, al menos en el contenido logístico y organizativo, se cumplen con las expectativas de corte financiero, operativo y de gestión.

Al analizar este fenómeno desde una óptica un poco más económica, resulta de interés una primera afectación evidente, la cual es dada por el cambio en los patrones de consumo de los individuos, señalando su incidencia desde una afectación micro, donde claramente y de forma inexorable, la demanda por bienes y servicios ligados a la justa mundialista tiende a verse incrementada de forma casi exponencial, esto pues, al concentrarse un evento de consumo en una temporalidad específica y delimitada de forma reducida, la incidencia y patología transaccionales incrementan también.

El hecho antes descrito es conocido, al menos desde una perspectiva económica, como un fenómeno de híper-concentración consumista temporal, el cual detalla tener la característica de contar con una delimitación temporal corta, y usualmente con una ocurrencia en un espacio geográfico pequeño, pero con un alcance mucho mayor. Tipologías que claramente pueden ser extrapoladas al mundial mayor de fútbol, y que traen consigo consumos acelerados de bienes y servicios ligados al fenómeno en cuestión, además del incremento de los flujos monetarios, tanto de forma micro, así como en las variables agregadas económicas, precisando una aceleración de la actividad económica en líneas generales y de forma adyacente a su funcionamiento usual.

Derivado de la afectación microeconómica en los patrones compra y consumo de las personas, resalta de forma evidente, la incidencia en los flujos monetarios diligenciados por los individuos para el disfrute del fenómeno de concentración consumista, entiéndase el mundial. Para estos efectos surge una primera aproximación de interés dada por la reasignación de los recursos pecuniarios propios existentes, donde la proporción marginal de consumo es variada y adecuada, siempre que su magnitud sea suficiente, precisamente para hacer frente al pago de los bienes y servicios ligados al consumo del evento señalado.

Una segunda posibilidad implica, y para aquellos casos en donde la proporción marginal de consumo no sea suficiente para la participación en el evento, la obtención de recursos adicionales por concepto del endeudamiento, esto en aras de contar con la liquidez de corto plazo que otorgue, al menos de forma temporal, el poder adquisitivo para el disfrute del hecho de híper-concentración consumista. Sin duda, esta segunda situación no es recomendable, pues claramente se estaría observando una conculcación directa de una de las reglas fundamentales de la gestión financiera profesional y personal, la cual señala que el consumo de corto plazo, nunca debe ser financiado con deuda a plazo mayor, tema que eventualmente repercute en problemas de liquidez y pérdida del poder adquisitivo.

Ahora bien, al ligar el comportamiento microeconómico de la persona en función del disfrute cortoplacista del mundial de fútbol, y a la luz de su precisión como un hecho de híper-concentración consumista, parecen poder interpretarse algunos patrones inductivos neurales de conducta que llaman la atención. En primer lugar puede darse una asociación al sistema de recompensas neural, que cuenta con un particular ligamen al llamado sistema meso límbico, ligado de forma no tan precisa a la gestión de las emociones, tema que es parcialmente cierto, pues estas terminan por impregnar todo el cerebro y la conducta humana, y afectan de forma directa las decisiones de consumo.

Sin embargo, parece darse una clara activación del sistema emocional, sobre todo con particular afectación en el núcleo accumbens, gestor de las valoraciones entre esfuerzo y recompensa, en especial relación con la interpretación neural del dinero, dada precisamente en esta región. De igual forma puede observarse lo que pareciera ser un patrón neuro conductual llamativo ligado al circuito motivacional DAS (deseo-acción-satisfacción), o bien por sus neurotransmisores asociables, deseo, adrenalina y satisfacción, donde la expectativa es dada por la participación directa en el evento, la aceleración y excitación por el involucramiento en la justa mundialista, para finalizar con la consecución satisfactoria dada por la experiencia y recuerdos participativos.

Puede observarse una afectación de particular atención en la generación de neurotransmisores, elementos que en determinadas combinaciones pueden ser asociables a la generación de emociones, mismas que de no ser valoradas y razonadas, podrían repercutir en decisiones financieras de consumo de corto plazo sustentadas en deudas de largo plazo, o bien en caso contrario, de ponderarse de forma racional, en especial ligamen al lóbulo frontal, podrían derivar en el disfrute pero con la determinación de un flujo monetario no deudor, sino previamente determinado y diligenciado.

Es de interés señalar que el mundial mayor de fútbol genera estas situaciones, pues claramente la carga emocional es alta, y sin duda el regocijo generado por la observancia de la competición es alto, pero de no ser racionalizado, al menos en términos de una ponderación de las activaciones de neurotransmisores y circuitos recompensatorios, podría repercutir en afectaciones financieras futuras, en especial cuando el flujo monetario erogado para su consumo ha sido diligenciado por deuda.

Las emociones son parte integral de la vida misma y los seres humamos requieren de ellas para la existencia plena, no obstante, la toma de decisiones dinerarias en donde se pondere el elemento emocional por encima de la razón, tienden a afectar el poder adquisitivo en el mediano y largo plazo, incidiendo de forma directa en una disminución de la proporción marginal de consumo, pues el disfrute de corto plazo, tarde o temprano, en especial, si ha sido dado por apalancamiento, debe ser cancelado, ergo, afecta el comportamiento microeconómico. El mundial 2022 ha finalizado y nos premia con ver a Argentina campeón, ahora es menester personal balancear las finanzas personales, equiparar los flujos monetarios, y comprender la importancia del lograr un consumo balanceado sin afectar las Neurofinanzas.







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