La respuesta al desempleo y la pobreza
Jonathan Prendas jonathan.prendas@gmail.com | Lunes 06 junio, 2022
Jonathan Prendas Rodríguez
Analista político
Contrario a lo que muchos puedan pensar en las condiciones actuales del país la generación de trabajo es solo el 25% de la solución al problema del desempleo y la pobreza
Costa Rica, lamentablemente, tiene índices de inseguridad y tráfico de drogas muy altos, principalmente en las zonas costeras y rurales que impide que el trabajo sea una respuesta certera y confiable o al menos mejor pagadas para muchos.
Es por eso que otro 25% de la respuesta al problema social está en dotar al país de altos flujos de seguridad, pero no de la que dan con los patrullajes ordinarios de prevención, sino de aquellos que desarticulan las redes ilícitas, es decir, la que retoma el control.
Adicionalmente, otro factor que debilita la teoría de que el trabajo es la única respuesta al desempleo y la pobreza es el alto costo de la vida y de la producción, basta con ver que 63 de cada 100 colones que se produce en la formalidad del sector privado van a las arcas del gobierno, que la electricidad y la gasolina está por las nubes o que el costo de los alimentos no permite tener una adquisición viable de víveres aunque estén dentro de la canasta básica.
Si no se logran contener estos factores inflacionarios que representa otro 25% de la solución, la escala salarial de los eventuales trabajos no alcanzan para tener un estándar de vida plena, lo cual arroja a muchas personas a la informalidad total o paralela a su labor asalariada.
El último 25% de la solución al desempleo y la pobreza está en la educación. Costa Rica hasta la década de los 90 no tenía problemas en este apartado, pero cometimos tres errores que hoy nos relegan atentando contra el presente y futuro del país: 1. No innovó, siguió siendo memorístico, 2. El patrón lectivo de 3 años que arrastramos recientemente que puso en peligro el consolidado de la educación de toda la generación frente a los retos laborales al 2030 y 3. Los costos que implica enviar a estudiar a los hijos versus el poder asistir con trabajos para ayudar en la casa o la tentación de actividades ilícitas no han sido resueltos.
Según datos oficiales 589 mil hogares (cerca de 2.3 millones de personas) están en pobreza o pobreza extrema, mientras que el 15% de la población está en desempleo abierto, mientras un 51% está en la informalidad y en todos los casos los porcentajes son más altos en las zonas costeras y rurales, el problema es estructural.
Esta realidad si bien es consecuencia de las pésimas decisiones en el Ejecutivo de los últimos años y de la incapacidad, como país, para caminar en sintonía de una visión a largo plazo que permita el empoderamiento de las condiciones para invertir y generar bienestar, lo cierto es que también es porque no logramos ver que dar trabajo es solo un 25% de la solución del problema.