La Tierra, un planeta mal gestionado
Candilejas candilejas.cultura@gmail.com | Viernes 08 enero, 2021
La principal tarea para 2021 pareciera ser la de erradicar las guerras, el egoísmo, la avaricia, la corrupción y la crueldad.
Demasiado y muy grave, cierto, pero es lo que detiene el progreso humano en el mundo con buena calidad de vida para la mayoría.
Por duro que suene, las cifras indican que quienes han gobernado y gestionado al planeta Tierra, su vida y sus riquezas -quizás con excepciones - en sus diferentes latitudes y países, no lo han hecho de un modo que podría haber llevado a la humanidad a una vida agradable y plena para la gran mayoría.
En el mundo se desperdician anualmente mil 300 millones de toneladas de alimentos que, en general, terminan en vertederos, según informó la ONU en 2018.
Esto ocurre mientras 821 millones de personas padecen de hambre y unos 2000 millones sufren su amenaza.
En el mundo se produce suficiente comida para alimentar hasta 10.000 millones de personas, mientras que hay solo unos 7.500 millones.
Ahora, como si no faltaran males, la humanidad vive una pandemia que ha matado a miles, enfermado a otros miles y ocasionado una gravísima crisis económica, que aumentó el hambre y la pobreza en la mayoría de los países.
Y un estudio *con miles de especies muestra que la transformación de terrenos salvajes para el cultivo – de alimentos para la gente - beneficia a unos pocos animales que albergan muchos patógenos con potencial para saltar a humanos.
Un estudio de la Universidad de Brown Providence, en el estado de Rhode Island, Estados Unidos, estimó que entre 1980 y 2010 el número de brotes epidémicos de enfermedades infecciosas se multiplicó por tres.
El trabajo debe ser colaborativo. Shutterstock / La República
Para intentar comprender cómo funcionan estas interacciones, un equipo liderado por University College London (UCL) recopiló información recogida en 184 estudios, que les permitió analizar 6.801 grupos ecológicos con más de 7.000 especies, de las que 376 tienen patógenos que también pueden infectar a humanos.
Sus conclusiones, publicadas en la revista Nature, según lo informa el diario El País del 5 de agosto de 2020, muestran que cuando se transforma la tierra para cultivo, se favorece a especies más acogedoras para microorganismos que pueden provocar enfermedades a las personas.
Frente a la idea de que el virus que provocará la próxima gran pandemia se agazapa en el interior de alguna especie exótica, en una selva, los autores del equipo liderado por UCL, muestran que el peligro está precisamente en los lugares donde el entorno natural se ha transformado en tierras de cultivo o ciudades y en aquellos animales que se benefician de estos cambios, explica ese informe.
Estudios recientes han encontrado una relación entre la pérdida de biodiversidad y un aumento en la transmisión de enfermedades, agrega El País
En los próximos años, el incremento de la población va a continuar y con él la necesidad de transformar tierras y el riesgo de virus pasando de animales a humanos.
Todos los años, dos nuevos virus que antes solo infectaban a animales saltan a los humanos.
¿Qué quiere decir todo esto? ¿Qué la humanidad está condenada a las epidemias y pandemias? ¿A vivir vacunándose permanentemente (si dispone de vacunas) para intentar sobrevivir? ¿A cambiar nuestra naturaleza de seres sociales?
Desde luego que no. La solución pasa, sin duda, por erradicar el desperdicio para que todos puedan alimentarse bien y así no tener que utilizar más tierra para mayor cantidad de cultivos cada año.
¿Cómo lograr esto?
Cambiando hacia un modelo de vida que utilice los modernos adelantos de la ciencia y la tecnología para hacer el bien. Un modelo que garantice la paz, la generosidad, la decencia y la solidaridad.
No por romanticismo, sino por inteligencia para salvar a la humanidad.
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Carmen Juncos Biasutto y Ricardo Sossa Ortiz
Editores jefes y Directores de proyectos
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Fuentes: El desperdicio de comida, una oportunidad para acabar con el hambre, La reducción de la biodiversidad favorece la aparición de nuevas pandemias y *y elaboración propia.