La Caja necesita un overhaul completo
Gabriela Masis gmasis@larepublica.net | Martes 16 agosto, 2011
No es un afinamiento, sino hasta cambios en la junta directiva, dice Fernando Naranjo, expresidente de la institución
La Caja necesita un overhaul completo
Hay una serie de leyes y decretos que han afectado las finanzas
Su reciente nombramiento en la Comisión de Expertos para analizar la Caja, y debido a su paso como presidente ejecutivo de 1976 a 1978, llevó a LA REPUBLICA a plantear esta entrevista a Fernando Naranjo, quien dice que hay que hacer una revolución en la institución.
Usted fue presidente ejecutivo de la Caja, de 1976 a 1978, ¿cómo recuerda a la institución de entonces?
Mire, es muy diferente a los que tenemos hoy en día.
Ese fue el periodo en que se trasladaron los hospitales de la Junta de Protección Social a la Caja y me correspondió todo lo que fue la universalización de la seguridad social.
Era una Caja más pequeña y con muchos menos problemas que los de hoy.
En ese momento, ¿hacia qué áreas se enfocaba el trabajo, cuáles los aspectos que se debían atender?
El problema mayor era la gran disparidad entre los hospitales de la Caja y los que manejaba la Junta de Protección Social, no podían brindar la misma calidad de servicios que daban los de la Caja. Entonces, la preocupación mayor era elevar el nivel de los servicios hospitalarios.
Recordemos que todo lo que era atención básica estaba bajo la tutela del Ministerio Salud; la Caja apoyó mucho ese esfuerzo de Salud, porque era un mecanismo importante para evitar que los enfermos llegaran a los hospitales.
¿Será necesario hacer algo similar hoy?
No quiero adelantar criterio con respecto al trabajo de los cuatro integrantes de la Comisión de Expertos —como la han llamado— que estamos viendo el futuro de la institución.
En lo que a mí concierne, la Caja debe invertir más recursos en el primer nivel de salud, siendo la Caja la que asuma un rol mucho más fuerte en ese aspecto.
¿Cuáles cree que son los factores que más han incidido para llevar a la Caja a la situación en que se encuentra?
Hay muchos elementos. Sin la menor duda, el incremento en el número de empleados que tuvo la Caja en los últimos cuatro años, alrededor de 10 mil, y los ajustes salariales por leyes especiales y decretos ejecutivos, significaron un golpe muy importante a las finanzas, especialmente cuando a raíz de la crisis internacional, la economía creció muy poco y eso impidió que aumentara el número de cotizantes.
Pienso que por una serie de leyes han sucedido situaciones que elevan mucho los costos de la institución, y que sin adelantar criterio de la Comisión, pienso que es un problema bien delicado.
Por ejemplo, hasta ahora nadie me ha explicado por qué un porcentaje del costo de los trabajadores independientes lo debe asumir el Estado.
Pero, ¿cómo calificaría la actual situación?
La Caja de hoy es una “Caja” complicada, difícil, que está en una situación muy lamentable desde el punto de vista financiero. Para ponerlo en términos automovilísticos, la Caja no requiere un afinamiento, sino un overhaul completo.
Hablando sobre el aporte del Estado, ¿debe la Caja retornar al 2,5% como lo hacía antes de 1986?
El problema de la Caja no está en el aporte del Estado. El problema está en cómo hacer eficientes procesos, procedimientos, gastos, organización estructura. Ahí es donde está el problema real de la Caja.
Ahí es donde las autoridades de la institución deben meterse muy de lleno y hacer con los recursos mucho más de lo que se está haciendo.
¿Qué tiempo debe consumir la Caja para quedar bien aceitada para que responda a la realidad actual?
Debemos pensar en la institución del siglo XXI.
No quiero adelantar criterios que le tienen que corresponder a la Comisión.
Hay medidas urgentísimas que la junta directiva debe tomar en las próximas semanas. Que son unas cuatro o cinco medidas, que no voy a catalogar en este momento.
Hay medidas que deben tomarse en 2012. Después un conjunto de acciones que debe aplicarse pensando en los próximos cuatro o cinco años.
Tener una institución moderna que atienda las necesidades tomará unos cinco años, no menos de eso.
Pareciera que se trata de un abandono, abandono en la gestión, en la administración, ¿por qué se dejó pasar eso?
Me pregunto, ¿por qué se llegó a esos niveles de déficit? ¿Por qué no se tomaron medidas correctivas más fuertes que las que se tomaron?
La Caja ha gastado más por encima de lo que puede gastar y las autoridades, lo digo con respeto, debieron tomar acciones muy fuertes desde hace muchos años.
Lo que se ve hoy día empezó por 2007.
¿Las presidencias ejecutivas pueden distorsionar la misión y visión de la institución por ser entes políticos?
Creo como parte de la estructura debe empezarse a diseñar una junta directiva diferente a la que maneja a la institución hoy en día. No hay razón para tener una junta directiva como la actual.
Siendo la institución más importante del país, debería tener una junta muy diferente, que debe responder más políticamente ante el gobierno.
Debe pensar en mecanismos como los tienen otras instituciones, como los de los bancos estatales, Instituto Nacional de Seguros y otros.
Entonces no es un problema de presidencias ejecutivas, sino de la constitución de la junta directiva.
Gabriela Masís
gmasis@larepublica.net
La Caja necesita un overhaul completo
Hay una serie de leyes y decretos que han afectado las finanzas
Su reciente nombramiento en la Comisión de Expertos para analizar la Caja, y debido a su paso como presidente ejecutivo de 1976 a 1978, llevó a LA REPUBLICA a plantear esta entrevista a Fernando Naranjo, quien dice que hay que hacer una revolución en la institución.
Usted fue presidente ejecutivo de la Caja, de 1976 a 1978, ¿cómo recuerda a la institución de entonces?
Mire, es muy diferente a los que tenemos hoy en día.
Ese fue el periodo en que se trasladaron los hospitales de la Junta de Protección Social a la Caja y me correspondió todo lo que fue la universalización de la seguridad social.
Era una Caja más pequeña y con muchos menos problemas que los de hoy.
En ese momento, ¿hacia qué áreas se enfocaba el trabajo, cuáles los aspectos que se debían atender?
El problema mayor era la gran disparidad entre los hospitales de la Caja y los que manejaba la Junta de Protección Social, no podían brindar la misma calidad de servicios que daban los de la Caja. Entonces, la preocupación mayor era elevar el nivel de los servicios hospitalarios.
Recordemos que todo lo que era atención básica estaba bajo la tutela del Ministerio Salud; la Caja apoyó mucho ese esfuerzo de Salud, porque era un mecanismo importante para evitar que los enfermos llegaran a los hospitales.
¿Será necesario hacer algo similar hoy?
No quiero adelantar criterio con respecto al trabajo de los cuatro integrantes de la Comisión de Expertos —como la han llamado— que estamos viendo el futuro de la institución.
En lo que a mí concierne, la Caja debe invertir más recursos en el primer nivel de salud, siendo la Caja la que asuma un rol mucho más fuerte en ese aspecto.
¿Cuáles cree que son los factores que más han incidido para llevar a la Caja a la situación en que se encuentra?
Hay muchos elementos. Sin la menor duda, el incremento en el número de empleados que tuvo la Caja en los últimos cuatro años, alrededor de 10 mil, y los ajustes salariales por leyes especiales y decretos ejecutivos, significaron un golpe muy importante a las finanzas, especialmente cuando a raíz de la crisis internacional, la economía creció muy poco y eso impidió que aumentara el número de cotizantes.
Pienso que por una serie de leyes han sucedido situaciones que elevan mucho los costos de la institución, y que sin adelantar criterio de la Comisión, pienso que es un problema bien delicado.
Por ejemplo, hasta ahora nadie me ha explicado por qué un porcentaje del costo de los trabajadores independientes lo debe asumir el Estado.
Pero, ¿cómo calificaría la actual situación?
La Caja de hoy es una “Caja” complicada, difícil, que está en una situación muy lamentable desde el punto de vista financiero. Para ponerlo en términos automovilísticos, la Caja no requiere un afinamiento, sino un overhaul completo.
Hablando sobre el aporte del Estado, ¿debe la Caja retornar al 2,5% como lo hacía antes de 1986?
El problema de la Caja no está en el aporte del Estado. El problema está en cómo hacer eficientes procesos, procedimientos, gastos, organización estructura. Ahí es donde está el problema real de la Caja.
Ahí es donde las autoridades de la institución deben meterse muy de lleno y hacer con los recursos mucho más de lo que se está haciendo.
¿Qué tiempo debe consumir la Caja para quedar bien aceitada para que responda a la realidad actual?
Debemos pensar en la institución del siglo XXI.
No quiero adelantar criterios que le tienen que corresponder a la Comisión.
Hay medidas urgentísimas que la junta directiva debe tomar en las próximas semanas. Que son unas cuatro o cinco medidas, que no voy a catalogar en este momento.
Hay medidas que deben tomarse en 2012. Después un conjunto de acciones que debe aplicarse pensando en los próximos cuatro o cinco años.
Tener una institución moderna que atienda las necesidades tomará unos cinco años, no menos de eso.
Pareciera que se trata de un abandono, abandono en la gestión, en la administración, ¿por qué se dejó pasar eso?
Me pregunto, ¿por qué se llegó a esos niveles de déficit? ¿Por qué no se tomaron medidas correctivas más fuertes que las que se tomaron?
La Caja ha gastado más por encima de lo que puede gastar y las autoridades, lo digo con respeto, debieron tomar acciones muy fuertes desde hace muchos años.
Lo que se ve hoy día empezó por 2007.
¿Las presidencias ejecutivas pueden distorsionar la misión y visión de la institución por ser entes políticos?
Creo como parte de la estructura debe empezarse a diseñar una junta directiva diferente a la que maneja a la institución hoy en día. No hay razón para tener una junta directiva como la actual.
Siendo la institución más importante del país, debería tener una junta muy diferente, que debe responder más políticamente ante el gobierno.
Debe pensar en mecanismos como los tienen otras instituciones, como los de los bancos estatales, Instituto Nacional de Seguros y otros.
Entonces no es un problema de presidencias ejecutivas, sino de la constitución de la junta directiva.
Gabriela Masís
gmasis@larepublica.net