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La dorada ilusión

Luis Fernado Rojas lrojas@larepublica.net | Lunes 22 julio, 2013


El ataque británico fue el protagonista por segundo año consecutivo, Chris Froome y Sky lograron llevar a sus tiendas el bicampeonato en la ruta gala.Jeff Pachouf-AFP/La República


La dorada ilusión

París recibió a Christopher Froome como nuevo monarca del Tour

La ruta triunfal de los Campos Elíseos fue el escenario que vio cómo Christopher Froome entró con el maillot amarillo con lo que se coronó campeón del Tour de Francia 2013. El ciclista logró así retener el título para el equipo Sky, ganado el año pasado por su compatriota Bradley Wiggins.

La escena final del Tour de Francia, Froome en lo alto, con la sorpresa mayor de Quintana en el segundo puesto y Joaquim “Purito” Rodríguez en el tercer lugar.Jeff Pachouf-AFP/La República

La edición del centenario premió la paciencia del rutero de 28 años nacido en Kenia, de pasar del segundo al primer puesto en solo un año. Fue el peón de lujo de Wiggins el año anterior, cuando debió aceptar con resignación que este era el líder y debía trabajar para él, su oportunidad ya vendría luego.

Y llegó solo un año después, donde aguantó más de media ruta con una camisa dorada que nunca jamás soltó, con un equipo disminuido, fue un brillante y resistente jefe de filas, con lo que consolida el dominio británico en la prueba. De no ganar nunca ninguna, los ingleses ya amarran dos títulos al hilo.

“La palabra felicidad no es suficientemente fuerte para expresar lo que siento, voy a necesitar mucho tiempo para darme cuenta de que este sueño es realidad”, afirmó el ciclista del Sky ante su gesta.

Él recibió el maillot amarillo de parte del belga Eddy Merckx, del francés Bernard Hinault y del español Miguel Indurain, los tres pentacampeones aún vivos. Atrás dejó las polémicas y especulaciones de dopaje.

Para Latinoamérica fue un Tour especial; a sus 23 años Nairo Quintana se convierte en el primer ciclista latino que consigue un subcampeonato en tierra gala en apenas su primera participación en la prueba. El novato de Movistar fue el único capaz de meterle pelea al inglés en la clasificación general.

Nacido en la ciudad de Tunja el 4 de febrero de 1990 en el seno de una humilde familia campesina, Quintana no adoptó la bicicleta por devoción, sino como su medio cotidiano de transporte, donde empezó a destacar como escalador.

“Me he criado a 2.800 metros, eso me da ventaja en este deporte, es el mejor lugar del mundo para entrenar”, indicó el cafetero. “Me recuerda a Miguel Indurain, que te venía al final de la carrera con una fotografía muy precisa de todos los corredores”, asegura su director, Eusebio Unzúe.

Por su parte, el español “Purito” Rodríguez encendió un puro en plena etapa para celebrar su tercer puesto. Después de un segundo puesto en el Giro y dos terceros en la Vuelta, al catalán le llegó el momento de alcanzar una plaza de honor en el Tour con el tercer puesto, a sus 34 años.

En lo que respecta a la vigésimo primera y última etapa, el alemán Marcel Kittel (Argos) se tomó en serio el sprint y se anotó su cuarta etapa por delante de su compatriota André Greipel y del británico Mark Cavendish.
Un emocionante desenlace para despedir un Tour especial, donde Kittel se consagró como rey del sprint, Froome cumple su cita con el destino y Quintana se muestra como el prodigio con un gran futuro.

Sergio Alvarado
salvarado@larepublica.net







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