La eficiencia como meta
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Sábado 08 diciembre, 2007
El uso habitual del concepto de la eficiencia por parte de empresarios, autoridades gubernamentales y organismos internacionales tal vez haya ido desgastando la importancia de su aplicación.
La eficiencia se ha vuelto vital, y no solo para un sector privado acostumbrado a lidiar con los embates de la competencia, sino también para los sectores públicos que ahora bregan por ser una joya en la corona de la competitividad de los países, y no un lastre.
En Costa Rica la lucha contra los trámites engorrosos y la lentitud en los procedimientos del sector público llegó a tornarse agobiante.
Este año el país descendió diez posiciones en el ranking “Haciendo Negocios” del Banco Mundial, el cual evalúa la facilidad para hacer negocios en 178 países alrededor del mundo.
Desde 2005 el país viene en caída libre, en mucho debido a los trámites excesivos para la apertura de nuevos negocios, pues descendió del puesto 89 al 115 en el informe más reciente. En la región, Costa Rica solo supera a Honduras, uno de los países más pobres de América Latina.
Se han tomado algunas medidas para atenuar la situación, que rayaba en la tortura para cualquier ciudadano que quisiera realizar trámites básicos como la renovación de licencia o pasaporte.
La más reciente es el plan piloto de la Municipalidad de Curridabat que busca agilizar el trámite de permisos municipales para la construcción de viviendas unifamiliares, y con el cual se reduciría de manera importante el tiempo a solo dos días.
El Ministerio de Planificación trabaja además en la titánica tarea de modernizar la gestión de ministerios y demás instancias adscritas al Poder Ejecutivo. Los cambios abordarían temas como el empleo, la organización administrativa pública y la planificación y control del sector público.
Estas medidas para incrementar la eficiencia en el sector público son vitales no solo para la economía del país sino para la calidad de vida de sus habitantes.
Impulsar estas medidas tendientes a reducir las idas y venidas entre ventanillas y oficinas para cualquier trámite no debe significar borrar los controles en sectores como la construcción u otros.