La pregunta
Randall Madriz redaccion@larepublica.net | Lunes 10 noviembre, 2014
La pregunta
El Ministerio de Hacienda anunció que presentará dos iniciativas al Congreso. La primera de ellas busca migrar el actual impuesto general sobre las ventas hacia un impuesto sobre el valor agregado.
La segunda pretende imponer, para efectos del cálculo del impuesto sobre la renta, que los contribuyentes presenten una declaración bajo el principio de renta global.
Como consecuencia de la aprobación de la primera medida, los costarricenses verán cómo los servicios que actualmente no están gravados con el impuesto sobre las ventas, lo estarían con una tarifa del 13%, en principio.
Así, el precio final al consumidor de los servicios se incrementará en ese porcentaje, lo cual afectará directamente la economía doméstica de todas las familias.
Con independencia de que este aumento generalizado de precios generará un efecto inflacionario, es importante señalar algunos aspectos de esta eventual reforma.
Por una parte, el Ministerio de Hacienda señala que pretende gravar con una tarifa especial (1% o 2%) ciertos servicios calificados como sensibles.
Siguiendo el modelo de la fallida reforma fiscal impulsada por el gobierno anterior (Solidaridad Tributaria), esos servicios serían educación y salud.
La sorpresa, sin embargo, podría darse al momento en que examine la lista de bienes exentos (canasta básica).
Lo anterior, pues ya se han expresado preocupaciones sobre los efectos de tal beneficio. En ese sentido, podría darse una imposición sobre algunos o la totalidad de esos bienes hoy exentos, aunque sea con una tarifa especial como la señalada arriba.
Claramente el Ministerio de Hacienda se encuentra calculando el efecto recaudatorio derivado de dicha reforma y, en la medida en que las necesidades de recursos sean más apremiantes, así más abrasivas serán las reformas que proponga.
Por lo anterior, no podemos descartar que la tarifa del 13% se pueda incrementar al 14% o al 15%, según ya se ha expresado en algunos foros.
Coincidimos plenamente con el Ministerio en la importancia y necesidad de los controles e información que se derivarán de esta reforma. A nuestro criterio, la Administración Tributaria debe acceder a esas herramientas para lograr una mejor gestión, tanto de este impuesto como del impuesto sobre la renta.
Sin embargo, no creemos en un aumento de la tarifa del impuesto, pues el bolsillo de los costarricenses ya sufriría suficiente con el gravamen sobre los servicios.
Entendemos las urgencias fiscales del Gobierno, pero la línea se tiene que trazar en algún lugar. Es necesario ver primero recortes de gastos antes de pedir un aumento en la tarifa del impuesto.
La lucha contra el déficit fiscal debe ser producto del esfuerzo, tanto de la sociedad civil como del Gobierno y, de este último, aún esperamos una propuesta de disminución de sus gastos. La mesa está servida con la discusión del presupuesto de la República para el próximo año.
La pregunta es: ¿Veremos ese esfuerzo de parte del Gobierno? Lo que hemos visto hasta el momento no es esperanzador.
Randall Madriz
Abogado tributario
randall.madriz@pachecocoto.com
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