Levantarse cuando el gallo cante
José Pablo Rodríguez eterms@gmail.com | Lunes 18 abril, 2022
José Pablo Rodríguez
Director Regional en Asia de la Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica (PROCOMER)*
Esta semana les quiero compartir nuevamente la historia de un proverbio chino que traduje años atrás durante mi época de estudiante de chino. La historia va así. Zu-ti fue un honesto y visionario hombre que vivió durante la Dinastía Jin. De pequeño, era un niño travieso y malcriado que odiaba estudiar. Cuando Zu-ti creció para convertirse en joven, él mismo se dio cuenta de las lagunas que habían dejado tantos años de poner los libros en segundo plano. Se dio cuenta de su ignorancia. Se dio cuenta también de que al ser una persona poco letrada, las posibilidades de servir a su país eran casi nulas.
Fue así que un día decidió retomar los estudios. Estudió a conciencia una gran cantidad de libros de historia y de estos acumuló un abundante conocimiento. En muchas ocasiones se le vio entrar y salir de Luoyang. Las personas que tuvieron oportunidad de tratarlo, decían que Zu-ti era un talento con la capacidad de asistir al Emperador en la administración del país. A los 24 años de edad, Zu-ti fue recomendado para fungir como oficial, pero él se negó y siguió estudiando sin dejar espacio para otras actividades.
Tiempo después, Zu-ti y su amigo de infancia Liu-tsun estuvieron a cargo del libro principal de la Secretaría de Estado. La amistad entre ambos creció y se fortaleció. Compartían muchas cosas, entre las cuales estaban sus ideales y sueños: construir una profesión, devolver la gloria a la Dinastía Jin y convertirse en personas de tremendo potencial para su país.
Una vez a media noche, mientras Zu-ti dormía, escuchó el canto de un gallo. Ya despierto, levantó a Liu-tsun para decirle:
“La gente dice que cuando uno escucha el canto de los gallos a media noche es de mala suerte, pero a mi no me parece que sea de esa manera. ¿Qué te parece si de ahora en adelante cada vez que escuchemos el canto del gallo, nos levantamos a practicar con la espada?”
Liu-tsun asintió contento y desde entonces, todos los días cada vez que el gallo cantó, ambos se levantaron a practicar el arte de la espada. El paso de las estaciones fue testigo del crujir del metal de las espadas que cortaban el aire a su paso. Pasaron muchas primaveras e inviernos, veranos y otoños. El sonido de las espadas nunca se detuvo.
Después de un largo periodo de tiempo de arduo entrenamiento y disciplina, ambos se convirtieron, finalmente, en maestros tanto de las letras y como de las armas, capaces de escribir por sí mismos un excelente ensayo y también de dirigir un ejército y ganar batallas. A Zu-ti se le conoció como General, cumpliendo su sueño de servirle a la patria. Mientras Liu-tsun, se convirtió en un gobernador a cargo de los asuntos militares de los Estados de Bin, Ji y You.
* Es Máster en Gerencia y Negociaciones Internacionales y tiene una especialización en Liderazgo de Talentos y Equipos.
*Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor y no representan la visión u opinión de la organización para la que trabaja.