Llevarse la caja y devolver la perla
José Pablo Rodríguez eterms@gmail.com | Lunes 21 febrero, 2022
José Pablo Rodríguez
Director Regional en Asia de la Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica (PROCOMER)*
Hoy les traigo este proverbio chino que trata de un hombre del país Chu, que atesoraba una hermosa perla. Un día decidió venderla y empezó a pensar de qué forma podía venderla por el mejor precio. Después de pensar por varias horas, se le ocurrió conseguir la mejor envoltura para su perla. Él pensaba que al conseguir una envoltura deslumbrante para su perla, de manera automática, el precio de la misma aumentaría sustancialmente.
El hombre del país de Chu, compró un exótico trozo de madera roja y luego se dio a la búsqueda de un experto artesano que transformara el trozo de madera en una caja para su preciada perla. Usó fragancia de casia para darle aroma a la caja y luego, talló delicados patrones de flores en los costados y la tapa. Por último le incrustó un borde decorativo de color dorado. La caja era hermosa desde cualquier ángulo que se le admirara y desbordaba un aire de elegancia exquisito. Era sin duda un producto altamente refinado. Nuestro amigo del país de Chu, tomó su perla y con el mayor de los cuidados la colocó en su nueva caja. Luego salió para el mercado dispuesto venderla.
Después de unos pocos minutos de haber llegado al mercado, muchos espectadores formaron un círculo alrededor de nuestro amigo para ver su peculiar caja. Un hombre del país de Zheng, mantuvo la caja en sus manos y la observaba con detenimiento, fijándose en cada mínimo detalle. Sin poder dejarla, ofreció una gran suma de dinero a nuestro amigo quien aceptó contento.
Después de sacar el dinero de su bolsillo y pagar, el hombre del país de Zheng, tomó su caja y se alejó caminando. No había caminado mucho cuando repentinamente regresó. El hombre del país de Chu, al verlo de vuelta pensó que se había arrepentido de su compra y que quería devolver el producto. Al llegar, el hombre de Zheng abrió la caja y sacó la perla diciendo:
“Señor, ha olvidado su perla dentro de mi caja. He regresado para devolvérsela”. Así, después de entregar la perla el hombre del país de Zheng volvió a alejarse caminando y admirando su caja mientras caminaba.
El hombre del país de Chu, se quedó parado en la calle, un poco avergonzado y con su perla en la mano. En un principio pensó que la gente admiraría su perla. Nunca pasó por su mente que el valor de la hermosa caja superaría el de la perla, como quien cambia champaña, por un vino de mesa. Nuestro amigo del país de Chu, quedó perplejo en la calle sin saber qué pensar.
*Es Máster en Gerencia y Negociaciones Internacionales y tiene una especialización en Liderazgo de Talentos y Equipos.
*Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor y no representan la visión u opinión de la organización para la que trabaja