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COLUMNISTAS


Los retos numéricos e incertidumbre de las elecciones

Vladimir de la Cruz vladimirdelacruz@hotmail.com | Miércoles 26 enero, 2022


Estamos a once días de las elecciones, de ejercer el derecho al sufragio, de votar, lo que es una verdadera y real tradición en Costa Rica, para escoger el Presidente de la República, sus Vicepresidentes, que son electos conjuntamente, y a los 57 diputados nacionales, que se eligen por provincia a razón de 19 por San José, 11 por Alajuela, 7 por Cartago, 6 por Heredia, 4 por Guanacaste, 5 por Puntarenas, y 5 por Limón.

En el 2018, la última elección, en la Provincia de San José participaron 21 partidos, en el 2022 participan 29, en la Provincia de Alajuela participaron 14 partidos, en el 2022 participan 26, en la Provincia de Cartago participaron 14 partidos, en el 2022 participan 28, en la Provincia de Heredia participaron 10 partidos, en el 2022 participan 25, en la Provincia de Guanacaste participaron 14 partidos, en el 2022 participan 26, en la Provincia de Puntarenas participaron 14 partidos, en el 2022 participan 25 y en la Provincia de Limón participaron 15 partidos, en el 2022 participan 26.

Respecto al cociente electoral para elegir un diputado en términos generales y en promedio redondeado, en la elecciones del 2018 fue de 38.000 votos, en las actuales elecciones ronda a los 42.000 votos, lo que hace mas difícil elegir para la inmensa mayoría de los partidos que participan con candidatos a diputados, y además por el sistema de licuadora que se aplica para elegir sobre la base de los partidos que eligen por cocientes y subcocientes, cuando algunos partidos con mayor número de votantes a su favor, sin alcanzar subcociente, fueron discriminados en la elección de su diputado cuando con un subcociente eligieron dos diputados, en un absurdo matemático, porque la aplicación total del subcociente elimina al subcociente para halar otros diputados, que deberían elegirse sobre el número mayor de votos existentes en otros partidos políticos aún cuando no hubieran alcanzado el subcociente, sobre la base de que llenadas las plazas de diputados con cocientes y subcocientes, si quedaren diputados por elegir, se deberían escoger de conformidad al mayor número de votos recibidos por los partidos que siguen en el orden del resultado. Esto incluso aplica para una mejor representación popular, como debe ser reflejo la Asamblea Legislativa. La práctica como lo ha resuelto el Tribunal Supremo de Elecciones ha sido a favor del bipartidismo histórico nacional, alejado de cualquier representación verdaderamente democrática. Una cosa más. A mayor número de diputados y partidos políticos en la Asamblea Legislativa, independientemente de su tamaño numérico de diputados, nos acercamos a la necesidad de avanzar hacia un régimen parlamentario o semi parlamentario, aspecto que se debe empezar a discutir nacionalmente después de las elecciones.

¿Qué podría haber más diputados o fracciones unipersonales? No sería problema. Ya esta Asamblea tiene 13 diputados en esa categoría por haberse separado de sus fracciones. Los partidos políticos en esta posible condición, con buenos candidatos a diputados, deberían desde ahora estar preparando sus Recursos de Amparo ante los organismos institucionales correspondientes. Tampoco serán muchos de darse esta situación. Será con pocos partidos en esta posibilidad. Y serán pocos, de los 14 candidatos que hay, como aspirantes en dobles candidaturas a esta posibilidad de ser electos a diputados. Pero, más posibilidad tendrán si afinan sus armas legales y constitucionales para hacer valer el número de sus votos, ante el robo institucional que se hace de curules por el mal uso e interpretación que se hace de los subcocientes para elegir con un subcociente a dos diputados, lo que es absolutamente absurdo, ilegal e inconstitucional.

El actual gobierno, en el Poder Ejecutivo, lo integra el Partido Acción Ciudadana, que pasó a segunda ronda, en segundo lugar, en las elecciones del 2018, y en esa segunda elección derrotó al partido Restauración Nacional, que había ganado la primera vuelta de votación.

En la segunda vuelta electoral, que se realiza el primer domingo de abril, solo participan los dos primeros partidos que sacan la mayor cantidad de votos en la primera ronda, en este caso, el próximo 6 de febrero. Pero, en la segunda ronda electoral, los electores y ciudadanos, que votaron por todos los partidos políticos en la primera ronda, se ven obligados a optar por alguna de las dos posibilidades que ofrece la segunda elección. Aquí se mueven alianzas político partidarias, donde los partidos pueden hacerlas con cualquiera de los partidos políticos que pasan a la segunda ronda o dejan en “libertad de conciencia” a sus seguidores y electores para que voten por quien les parece mejor opción para asumir las riendas del Gobierno, con participación o no de miembros de sus partidos en la integración del Gabinete o del Consejo de Ministros, como se hizo con el actual partido Acción Ciudadana que nombró ministros que eran de la Unidad Social Cristiana, del Frente Amplio y de Curridabat Siglo XXI, en lo que el Presidente Carlos Alvarado llamó Gobierno de Unidad Nacional, que fue más nombre que realidad política nacional.

Actualmente, por las elecciones del 2018, los partidos políticos eligieron 17 diputados Liberación Nacional, 9 Acción Ciudadana, 8 la Unidad Social Cristiana, 7 Restauración Nacional, 2 Integración Nacional, 1 el Republicano Social Cristiano, 1 el Frente Amplio. Hay 13 diputados más que se consideran “independientes” que son resultado de divisiones internas en las fracciones parlamentarias de los partidos políticos. Así la Asamblea Legislativa se integra multipartidistamente con 7 partidos y 13 diputados independientes, que actúan muchas veces como si fueran mini partidos o partidos unipersonales. Son tomados en cuenta con cierta importancia por el valor que tienen para las votaciones de los proyectos de ley.

En la actual Asamblea legislativa en la Provincia de San José se eligieron 4 diputados de Acción Ciudadana, 1 del Frente Amplio, 2 de Integración Nacional, 4 de Liberación Nacional, 1 del Republicano Social Cristiano, 4 de Restauración Nacional y 3 de la Unidad Social Cristiana. En la Provincia de Alajuela se eligieron 2 de Acción Ciudadana, 3 de Liberación Nacional, 1 del Republicano Social Cristiano, 2 de Restauración Nacional, dos de la Unidad Social Cristiana y 1 de Integración Nacional. En la Provincia de Cartago fueron electos 2 de Acción Ciudadana, 1 de Integración Nacional, 2 de Liberación Nacional, 1 de Restauración Nacional y 1 de la Unidad Social Cristiana. En la Provincia de Heredia fueron electos 2 de Acción Ciudadana, dos de Liberación Nacional, 1 de Restauración Nacional y uno de la Unidad Social Cristiana. En la Provincia de Guanacaste fueron electos 2 de Liberación Nacional, 1 de Restauración Nacional y 1 de la Unidad Social Cristiana. En la Provincia de Puntarenas fueron electos 2 de Liberación Nacional, 2 de Restauración Nacional y 1 de la Unidad Social Cristiana, y en la Provincia de Limón fueron electos 2 de Liberación Nacional y 3 de Restauración Nacional.

Los partidos que eligieron en el 2018 diputados si no se han dividido tienen más posibilidad de repetir y de aumentar sus diputados en esta elección. Pero, algunos de esos partidos arriesgan a perder su curul.


Para esos partidos que eligieron diputados en las elecciones del 2018 el reto, en estas elecciones es, al menos, repetir el número de diputados que ya lograron, lo que no es fácil, por los cambios de la población, por el número de partidos que hoy postulan candidatos, no menos de 25 partidos en cada provincia y algunas más de 30 partidos, y por el fraccionamiento o división que sufrieron algunos de esos partidos.

La legislación nacional todavía no ha podido regular a los llamados diputados independientes, que no están obligados a renunciar a la curul legislativa si dejan el partido, porque son electos popularmente. Tampoco ha podido regular su situación parlamentaria de considerarlos “independientes” o como mini partidos porque algunos a veces se inventan un nombre partidario para su existencia parlamentaria, aunque después no desarrollen ese partido. Y, porque exigen ser reconocidos como fracciones políticas parlamentarias cuando no responden a un partido político que hubiera participado en las elecciones por el cual hubieran sido electos.

De los actuales “independientes” y de la rupturas que tuvieron algunas fracciones parlamentarias, surgieron para estas elecciones del 2022 algunos partidos que participan con candidatos presidenciales y también a diputados.

Multipartidos en la Asamblea Legislativa siempre ha habido. Es parte de su esencia institucional y es parte de la vida democrática costarricense. También porque en la realidad de las elecciones para diputados participan más partidos que para candidatos presidenciales, aunque los partidos con candidatos presidenciales también participan con sus propias candidaturas para diputados, procurando elegir la mayor cantidad posible para tener “músculo político parlamentario”, especialmente para el partido que gane las elecciones. Los partidos buscarán que no les suceda lo que le ha pasado al Partido Acción Ciudadana que en sus dos gobiernos apenas ha elegido 14 y 10 diputados respectivamente. Aún así siento que la campaña para elegir diputados es de baja intensidad, dada la lucha para elegir al Presidente, que acapara el mayor esfuerzo de los partidos.

La clave de esta existencia de muchos partidos es que hasta 1998 dos partidos, Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana, dominaban por si la mayoría de los diputados lo que facilitaba la toma de acuerdos políticos parlamentarios, en una época que hasta ese momento solo esos dos partidos elegían el Poder Ejecutivo, lo que dio origen al llamado bipartidismo nacional. Después de las elecciones del 2014 y 2018 hay un tripartidismo nacional en el ejercicio y control del Poder Ejecutivo.

Desde 1998 hasta hoy la experiencia de muchos partidos y diputados “independientes” o separados de sus fracciones, ha desarrollado experiencias políticas para la toma de acuerdos, aunque más complejas, pero en aspectos esenciales se han hecho acuerdos mayoritarios como ha sucedido en las Legislaturas del 2019 y 2020, con participación de varios partidos que por sí suman la mayoría parlamentaria. Las votaciones claves en la Asamblea Legislativa se definen por 29 votos, por 38 votos y excepcionalmente por 43 votos.

Estos son los números que están en juego en esta elección, cuál es la troika que dirigirá el Poder Ejecutivo, el Presidente y sus dos Vicepresidente, los 19 diputados por San José, los 11 por Alajuela, los 7 por Cartago, los 6 por Heredia, los 4 por Guanacaste, los 5 por Puntarenas, y los 5 por Limón, y cómo se distribuirán estos diputados por partidos políticos.

Hay donde escoger y donde decidir. Piénselo amigo lector. Su voto es de conciencia, de valorar qué es lo que más le conviene al país en este momento, frente a los dos gobiernos del Partido Acción Ciudadana que hemos tenido desde el 2014 hasta hoy. Si conviene mantener a Acción Ciudadana en el Gobierno o si es necesario cambiar de partido político gobernante. Si de cambiar partido gobernante se trata hay que determinar cuál es la mejor opción dentro de lo que hay. Esto se debe valorar con serenidad, con responsabilidad, valorando la experiencia, el conocimiento y condiciones de los partidos, pensando que en estas elecciones se está definiendo no el próximo gobierno, no los próximos cuatro años, sino que lo que está de por medio es el futuro de Costa Rica por los próximo 25 años. Por ello es importante valorar también la calidad y condiciones de los candidatos que aspiran a la Presidencia de la República, su preparación, su experiencia, su capacidad y sus posibilidades de integrar el equipo encargado de la Dirección Política Nacional de Costa Rica, desde su Consejo de Gobierno.

Los años que vienen son complejos y difíciles. Veo los siguientes campos en que hay urgentemente que actuar, incluso si fuera necesario declarando una Emergencia Nacional para atenderlos. Estos campos son la recuperación de los 450.000 empleos perdidos por la pandemia, la creación de nuevos empleos, la recuperación de los 100.000 empleos de las mujeres cabezas de familia que también salieron afectadas por el desempleo causado por la pandemia, la recuperación de los 100.000 estudiantes que la pandemia expulsó del proceso educativo, la recuperación de los casi 1000 escuelas y colegios que sanitariamente los han cerrado, la humanización de los tugurios y la construcción de nuevas viviendas, la lucha a todo vapor contra la corrupción, el narcotráfico y la narcopolítica, la recuperación de las instituciones culturales que casi las han cerrado, la continuación de la construcción de obras de infraestructura, la reconstrucción de la economía nacional y la reactivación de áreas económicas claves, nuestra inserción en las nuevas relaciones económicas internacionales.

¡A votar todos!



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